Per l'Anna:
Y al fin llegó el domingo y volvimos a salir ....
Esta vez éramos poquitos, Jordi, con un Fura color rojo, Txetxu, Jaque y yo. Llegamos a la gasolinera acordada con Txetxu para ir juntos al taller en donde habíamos quedado, basicamente, porque de haber ido sin Txetxu, todavia estaríamos buscando dicho taller. Llegamos, nos dijimos hola y nos subimos al Fura, y para la Rambla Marina del Hospitalet.
Ya hemos ido otras veces, y, además, por ahi vive Jordi, asi que le dejamos ir el prime, porque sabiamos que no se iba a perder. Y efectivamente, no se perdió. Llegamos de los más tempraneros, aparcamos el Fura y para almorzar.
Fuimos al bar de siempre, el que está tirando para abajo, cruzas y en la esquina...pos a ese, desayunamos, tomamos café, contamos cuatro chistes malos, y para la Rambla Marina again.
La Rambla ya lucia super vivaracha, llena de gente, coches de mil y un modelos y de mil y un colores, todos bien colocaditos, entre el banco y el árbol, y mirándose de frente, como debe de ser.
Hicimos fotos, charlamos con la gente y nos perdimos recordando, aquellos años de antaño, en que quién más y quién menos, habia tenido un cochecito de esos.
Txetxu se tuvo que marchar, a eso de las 12h, pk el curro le llamaba, asi que nos quedamos solo tres...bueno, súmale a Marc, que apareció al igual que, poco rato más tarde, desapareció...
Nos encontramos con unos amigos, y nos fuimos para otro bar, el que está subiendo para arriba, cruzas el semáforo, caminas y poquito, y cuando vés unas mesas fuera, pos ahi...
Nos tomamos algo, charlamos más y más, vino Raül con su niño , perro y patinete, seguimos charlando, tomando más cervezas, hablamos de coches, de motos, de patos y vuelta a la Rambla Marina.
Eso ya estaba a petar, estaban hasta los cuñados del Jordi, con el Jaky, que por cierto, está super guapo, y alli estaba un Seat 124 amarillo, propiedad del dueño del pato, que nos encandiló.
Jordi lo probó, se hizo una carrera, de 10 metros, pero una carrera es una carrera, ganó, y no se llevó premio pero si el orgullo de haber conducido un 1430 maravilloso.
Se suponia que luego Jordi se iba a comer macarrones a su casa y nosotros de concentra por el Maresme, pero, nos liamos en que bla bla bla... nos fuimos a recoger a Paqui y a Cristina y acabamos todos en un Bar del Barri de Bellvitge, el que "pasas x la estación, giras, y entras y ahi puedes aparcar la moto que la tienes a la vista" comiendo unos platos combinados, y charlando un rato más.
Tras la comida vino el café, con el café los cuñados del Jordi, con su familia, y del café pasamos a la copa, y de la copa a la charla, y de la charla a los chistes, y habla que te habla, nos echamos una tarde, la mar de dicharachera.
Momentos de esos que no se pagan con dinero, y que se recuerdan con cariño, porque la vida son cuatro dias, y merece la pena aprovecharla.
Un gran dia...mucho colorido, mucha simpatia y mucho buen humor. Un dia AMICUS.
diumenge, 19 de juny del 2016
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