diumenge, 24 d’agost del 2008

Ruta pa'l mono.

Por Jaqueton.

El domingo, como cada año en esas fechas y por no faltar a la tradición, la costumbre y a la festividad en si... A eso de las siete de la mañana -o quizá antes- ya se oían petardazos por la calle, música, fiesta y jolgorio... Y no eran precisamente individuos que no se huvieran acostado. Al menos, todos no... Pues advertí entre ellos a más de uno que tenía todavía los ojos inchados y una cara de acabar de desenroscar la sábana, que no podía con ella...! Je, je, je...

Un íntenso olor a pólvora entraba por la terraza, e impregnaba las fosas nasales de cualquier hijo de vecino... Me vestí, feliz, contento, ilusionado -como cada domingo de ruta-rutera y almuercera... y me dispuse a bajar a la calle e ir en pos de mi pequeña y adorada Bilú It....

Llegué al portal, lo abrí... y a mano fascista (derecha) me apareció un colosal dragón que echaba fuegos por la muelas, y bailaba como si estuviese poseido por el mismísimo Belcebú...! Así que, comprobando que calle abajo los que subían eran todos bichos de esa ralea... decidí girar a mano anarca (izquierda) e ir a dar la vuelta a la manzana.

Supuse que era mejor decisión que empeñarme en cruzar las tropas de Satanás en pleno akelarre de fuego y enloquecimiento festivo.... Y lo fué. Aunque a unos cuantos de ellos, tuve que esquivarlos hasta llegar a la esquina.
Sobre mí, llovían chispas, atronaban petardos, y se oían las carcajadas de esos mensajeros del averno que llegan tan de mañana a despertar a todo el mundo.... je, je, je....
Esquivé diablos, driblé dragones y curiosos... carros cargados de flores para regalar a las hermosas mujeres de la villa... -aparté la idea de llevarle un ramito a Eolia, con solo pensar en volver a cruzar las ordas de Lucifer- y una increíble multitud que se agolpaba por las calles a ojear el espectáculo lumínico-sonoro...

Como pude, llegué hasta el párquing, monté a mi dulce cabalgadura, y decidí llegar hasta Vilanova a pasarme por el cajero... pues el que tengo al lado de casa estaba literalmente tapado por un montón de.... gente.
Antes, me pasé por El Molino por si alguien se había atrevido a acudir a la cita....
Por si alguien se había atrevido a acudir, y a llenar el tanque. Pues iva en reserva... Je, je, je....

Una vez lleno, y tras pasarme por Vilanova... dirigí mi proa a Cubelles. Huérfano todavía de idea sobre a donde trasladar mis posaderas esa hermosa mañana de domingo.

Me pasé por Cubelles, por Cunit, Segur... Calafell... tiré para Bellvei, y allí enganché la N-340 que resolví enlazarla dirección a la Imperial Tarraco....

Empecé a bajarla tranquilo... feliz de sentir de nuevo el viento en mi rostro, y el traquetear tranquilo y seguro de Bilú It en mi trasero....
Bajé, bajé, bajé.... pensando... "donde me paro a almorzar?"
Pero no acertaba a elegir un lugar. Supongo que en ese momento no era lo más importante, y demasiado a gusto estaba devorando kilómetros, como para parame a almorzar...

Fuí bajando -la N-340 me encanta-, disfrutando del asfalto, de la brisa, del momento.... Y cuando -un poco antes de Tarragona- llegué a la Mora... pensé que quizá ya era momento de dar vuelta y empezar a pensar en llenar la panza... Pues tenía pensado llamar a Hombre de Nieve que a eso de las 10:30 debía que estar libre para cabalgar a mi lado en pos de una suculenta cervecilla... je, je, je....

Pasé La Mora, Altafulla, Torredembarra, Clarà, Creixell.... pero ya no desde la N-340, sino costeando... Iba entre distraído por el paseo, y buscando un garito que me despertara la curiosidad... Y allí estaba yo ensimismado con esa idea, cuando se me ocurrió almorzar en La Abadía de la Cerveza! Un localcillo simpático y refrescón, que se encuentra en Coma-ruga... y donde hemos ido en más de cuatro ocasiones a refrescar el gaznate....
Y para allí que dirigí mis gomas...

Llegué, y cual no fue mi sorpresa cuando adiviné el local más cerrado que el puño-un-judío....
Menos mal, que a pocas calles de allí descubrí una terracita donde me atenderían aquél hambre canina que empezaba a someter a mi voraz estómago a violentas sacudidas, que amenazaban con tirarme de la moto de un momento a otro...!

Me senté pues, en tan estupenda terraza, y tras pedirme un super bocata-lomo-con-queso, y un refresquillo... me dispuse a llamar al compañero Hombre de Nieve.

Quedé con él a las once en El Foix, pues hasta esa hora el hombre estaba ocupado... Y eso me fue la mar de bien para dedicarme a devorar el estupendo bocadillazo, la mar de tranquilamente... je, je, je...
Luego del bocadillo, un carajillete de ron y un pitillo, me dejaron más a gusto que McGyver en el museo de la ciencia.... je, je....

Salí de allí, con el tiempo justo.

Justo, para ir paseandico y sin prisas, disfrutando precisamente de eso. Del paseo...

Llegué a Cubelles, y tras llenar de nuevo el tanque -al que no le faltaban apenas cinco litros, en los 100 kilómetrso que había recorrido...- me dispuse a sentarme en la terracita del Foix, pedí un carajillete del hijo alegra de la caña de azúcar, y en ese momento sonaban las once en el campanario...

Aún no tuve tiempo de pegar el primer sorbo al carajata, que el amigo Hombre de Nieve me llamaba para decirme donde se encontraban él y Azucena, y comenterme si me podía reunir allí con ellos. Faltaría más! Y para allí que fuí...!

Bueno, fuí para allí, fuí para allí...... je, je, je... En todas las salidas he de perderme o despistarme, o las dos cosas.... y ese fue el momento que eligió el cruel destino para que me "perdiera".... Suerte que perderme, no me podía perder mucho.... y enseguida -y tras una llamada del amigo- me reuní con ellos. Que aguardaban mi llegada con más paciéncia que un santo....

Resolvimos en ir a echar una cervecilla a Canyelles, pero vía Bellvei.... Así que Hombre de Nieve, haciendo alarde de taxista, y de su excelente sentido de la orientación. Dedidió ponerse de Capitán de Ruta, y me guió hasta el semaforo de Bellvei, donde me cedió educadamente el cargo, para que ambos disfrutáramos de ir los primeros...

El trayecto fue tranquilo. Sin prisas... pero sin pausas... Y antes que nos diéramos cuenta, ya estábamos en El Casal de Canyelles, donde tienen una estupenda y refrescada terracita, y donde se acostumbra a almorzar y comer la mar de bien y barato...

Conversamos amicabemente, refrescándonos a base de zumito de cevada.... cuando -como sin darnos cuenta- se hizo la hora de regresar...

Así pues, y con todo el pesar en el corazón... recogímos campamento, y dirigimos nuestras proas a las motos.
Montamos, y empezamos a bajar la serpenteante C15 dirección Vilanova.
Más, en la segunda rotonda que encontré en el camino, me desvié para pillar la C32 que debía llevarme de regreso a mi suburenco pueblo...
No sin antes despedirme de Hombre de Nieve y Azucena, con quien estuve más que a gusto -como siempre- esa media mañana de domingo....
Desde aquí un abrazo compañeros! A ver si la proxima estamos más ratillo..... je, je, je...

Llegué a Sitges en un santiamén...
Descabalgué a mi pequeña, y enfilé la calle -esta vez sin diablos, ni dragones, ni fuego, ni tambores- hasta llegar a mi casa, donde me esperaba mi estupendísima y adorable esposa, Eolia... con quien iba a pasar aquella tarde de domingo, tras la ruta pa'l mono que me acababa de marcar... je, je, je...

Total. Que fue una salida sencillita, pero muy bien acompañado... y perfectamente capaz de quitarme aquél mono de ruta, que ya hacía días padecia.... je, je, je.... Una estupeda y genial salida donde las haya. Si señor...!!


NaClu2!!!!