dissabte, 9 de novembre del 2013

1er. Custom Movie. EL PRAT DE LLOBREGAT.

Por Jaqueton:


El pasado nueve de noviembre, nos fuimos al Prat del Llobregat.
Concretamente al edificio Mundiauto… donde Diablos MC Barcelona organizaban su Primer Custom Movie.
Un encuentro al uso… que realmente nos dejó con la boca abierta en más de una ocasión, al contemplar los espectaculares vehículos que allí se dieron cita…

Por la mañana –como siempre- encuentro oficial de la colla en nuestra Sede…!!
Allí nos dimos cita a las ocho de la mañanuela… para arreplegar la caterva, echar los cafetines, y salir luego en pos del siguiente punto de encuentro.
Lamentablemente… en ésta ocasión gran parte de la colla no pudo venir. Así que huelga decir que ese día echamos de menos -a un nivel superlativo- a los compañeros. Ya que realmente… faltaron muchísimas de las caras amigas.
Pero por si eso era poco… cuando fuimos a pedir los cafelotes a la barra del Monterrey, Pedro nos comunicó que faltaría también Juan Ninja. Ya que su suegra se había puesto enferma… y esa misma mañana salió zumbando para Málaga.
Desde aquí… nuestros mejores de deseos para él y toda su familia, especialmente para esa señora que esperamos se acabe de recuperar bien pronto… Ya que en días posteriores, llamamos a Juan… y ya nos dijo que iba todo mucho mejor, y su suegra ya estaba en casa.
Un abrazo gigante Juan…!!

En la Sede nos juntamos JuanPoti, Jaume, y éste que os habla. Y después de echar los pertinentes cafelotes… arrancamos motores a eso de las ocho y media con intención de hacernos una mini rutilla hasta Sitges.
Donde se encontraban los siguientes dos puntos de encuentro.

La rutilla la hicimos por Sant Pere de Molanta… y bajando por la pseudo-sinuosa carreterilla que pasa por Olivella, llegamos a Pere de Ribes. Y desde allí -por Vallpineda- hasta La Blanca Subur…!! Donde nos esperaba mi querida Eolia –cámara en ristre- que inmortalizó el momento de la llegada de las tres burras… con sus respectivos bu… esto… ejem… pilotos…!! Je, je, je…
Una rutilla medio frescota, que sin llegar a los niveles que –por definición- deberíamos tener a éstas alturas de noviembre… ya empezaba a dejar claro que el invierno se acercaba.
Poco a poco… pero va viniendo, va viniendo…
Así pues, recogimos a Eolia al llegar a la popular rotonda “del corazón”, de “las rocas”, de “las olas”… o como a vuestras mercedes les apetezca nombrarla, porque ciertamente... se la ha nombrado con innumerables calificativos…
…y de nuevo arrancamos motores para poner rumbo a “El Molino”. Nuestro últimos punto de encuentro…!
Popular –y única- gasolinera de ésta villa… donde años ha, nos juntábamos los crápulas de la noche a yantar, con la cogorza en tó lo alto… y el estómago –empujado por los cubatas- en los pies… je, je, je… (Vamos, el “after” de mis años más mozos… cada vez que se me ocurría la fantástica idea de tirar pa’ Sitges a “pillarla”…)
Aunque de ese recinto apenas queda el local con las puertas y ventanas tapiadas… que da un no sequé verlo…

No más de tres minutos después de dejar a nuestras espaldas la rotonda “de los mil nombres”… llegamos a la mentada gasolinera. Y en ella… nos aguardaba Jordi…!!
Que al lado de su estupenda y despampanante “Sonora”… nos esperaba con la más amplia de las sonrisas, y los brazos más que abiertos…!!
Allí estuvimos un ratuelo –echando uno o dos cigarretes-, haciendo tiempo para salir. Pues ya que el evento no empezaba hasta las diez… teníamos tiempo más que suficiente para charlar, o –si nos hubiera apetecido- hacernos una rutilla turística hasta El Prat.
Pero la elección fue dilatar el ratico en la gasolinera… hasta que –cuando salimos- vimos que llegaríamos –si no las diez en punto- un poquito más tarde de la hora en que arrancaba todo. Así que tiramos directamente para destino… siguiendo la ruta preconcebida por nuestro Capi.

Salimos pues de Sitges… poniendo directamente los cauchos en la popular “carretera de Las Costas”.
Por cierto…! Ese día Juan estrenaba goma delantera…!! Y en esa carreterilla… se dejó los últimos restos de parafina, dibujando sus decenas –si no centenares- de curvas…! Je, je, je…
La rutilla por Las Costas fue de lo más tranquila.
Como tiene que ser…!
Sin prisa, sin pausa, pero con mucho entusiasmo…!!
Una a una, fuimos trazando las curvillas que la componen hasta llegar a su término. Donde aumentamos sensiblemente el ritmo al entrar en la autovía de Castelldefels… locos por darle al gas después de haber “tolerado” a más de tres ciclistas en la carreterilla que acabábamos de dejar…
Y es que… vaya tela con los ciclistas…! Pero companys… el ancho de la carretera no da para más. Y en fin de semana… ya se sabe.
Menos mal que somos un grupete paciente, y muy tranquilo… y “comernos” unos cuantos ciclistas –de vez en cuando, y en sitios lógicos como ese- no nos supone demasiado esfuerzo… je, je, je…

Cuando la segura trazada de Juan nos llevó hasta el edificio Mundiauto… éste pasó del edificio en cuestión. Y siguiendo estrictamente las normas de circulación más básica… nos llevó hasta la siguiente rotonda para aparcar frente al edificio con seguridad, correctamente, y –importante- de la forma más legal y menos sancionable…! Bien por Juan!!

Ya habíamos llegado…!!
Habíamos llegado… pero el aspecto del parking del edificio era bastante “desértico”, pues no había más motos que las que podrían haber un finde cualquiera –si no menos, y por allí no se veía el más mínimo ambiente del fiestorro que –a priori- uno esperaba encontrarse.
Así que para empezar… dejamos las niñas en el parking, y nos fuimos a echar un cafelote al bar.
Un cafelote tranquilo… que disfrutamos sentados en aquellas butacas que –a juzgar por su aspecto- tienen más kilómetros que las maletas de “el fugitivo”, y más tiros echados que una escopeta de feria. Porque… vaya butaquitas…!
Cómodas, eso sí. Pero con un desgaste… que ni que los pantalones fueran de papel de lija, oiga…!

Allí echamos el cafelote… que duró lo que dura un cafelote. O sea, una charla… Y después, poniendo nuestras atribuladas pupilas en la pedazo de tienda de al lado… decidimos dirigir nuestros pasos hasta allí, dispuestos a embelesarnos con todo cuanto allí tienen expuesto. Cosa fina…!
Antes… Jaume y un servidor de ustedes se echaron un pitillo en la puerta, mientras admirábamos alguna que otra burrica de las que allí había. Y luego, sin perder más tiempo… tiramos para adentro para –junto a los compañeros- dejarnos seducir por los miles de cosas, complementos, y objetos… que le hacen a uno soñar en mil y una modificaciones que le haría a su niña… je, je, je…

No tardamos en enterarnos que la fiesta se celebraba en la azotea del edificio. Y que la razón por la cual casi no había motos abajo… era que se podía subir por la rampa hasta allí.
Así que después de babear con los accesorios… -yo me dejé las botas encharcadas, viendo el juego de alforjas con que vestiría a mi Guillermina en mis sueños más húmedos, si la cartera me permitiera tales licencias- …decidimos poner rumbo a las niñas, y subir para arriba.
Arrancamos motores… pusimos proa a la azotea… y en menos de dos minutos nos encontrábamos aparcando entre un buen puñado de motos…!
Sí señor…!!
Mención especial para un tricker… que representaba la reproducción más fiel de lo que fueron en sus orígenes, éstas motocicletas. Una moto… con dos ruedas detrás. Sin más…! Personalmente… los que más me gustan.
Sin olvidar –claro está- al impresionante Cobra que –sin duda alguna- era la estrella de la estampa!! Coche junto al cual, Jordi no tardó en inmortalizarse…
Aunque después –en uno de nuestros ratejos fuera del techado- veríamos llegar a algunas maravillas, dignas de poner en el “hall of fame” de los coches más guapos, carismáticos, y especiales del mundo…!!
Uno de ellos, como si acabara de llegar de Cuba…!! Donde esos diplodocus de los años cincuenta… se arreglan con lo que sea, y siguen rugiendo después de casi setenta años de vida…!
Y si no… un Hot-Rod que aparcó a su lado, cuyo motor bien se sabe que no es el original. Pero cuya transformación, imagen, y potencial… deja con la boca abierta y los ojos como naranjas, al más pintado…!!

Después de aparcar las burricas… tiramos para adentro. Y antes de visitar la primera de las paradicas… saludamos cariñosamente a Alabama, King Manowar, y las respectivas… Que hasta allí habían ido –como todos- dispuestos a disfrutar de ese pedazo de fiestorro…! Je, je, je…
Abrazotes, besitos, y la alegría sin límites que produce encontrarse a los amigos en sitios así…

Luego… a ver paradicas…!!
Camisetas, tatuajes, accesorios…
Tallas en madera, y algún que otro tótem junto al que se volvió a inmortalizar al bueno de Jordi…!
Bicicletas!!
Pero no bicicletas comerciales, eh…? Ni tan solo modificadas…
…si no bicicletas “caseras” en plan custom, que no veas si eran guapas…!! Sobre todo una, hecha con cadenas… que molaba a piñón…!! (Y nunca mejor dicho… je, je, je…)

Una vez visitadas todas las paradicas… decidimos salir a fuera a echar un pitillo, tomar un refresquillo… y descansar las bembas del volumen de la música.
Y es que yo no sé el por qué de ciertos volúmenes de músicas en directo…! Pues la verdad, desvirtúan mucho la ejecución de los artistas… Y la verdad –al menos para mí- no es nada agradable. Si no todo lo contrario…
Pero bueno, ese es un mal endémico de muchísimas concentraciones… y ya está uno más que acostumbrado. Así que con alejarse de los bafles, y –a ser posible- hacerlo al aire libre… solucionado.

Luego del descanso “dumbal”… entramos de nuevo dentro –porque entrar “fuera”, es súper complicado-, dispuestos a almorzar.
Bueno, yo no… porque desayuné en casa. Y a la hora que era… ya mismo me iría para comer, para luego ir a trabajar. Pero eso no quitó que nos sentáramos los cinco en una mesa… y disfrutáramos todos juntos… de la conversación más suculenta de la mañana… je, je, je…
Como digo, era ya una hora cercana a la de partir –para mí y Eolia. Así que llegados a la hora del ángelus… y tras haber pitilleado nuevamente antes de despedirnos… fuimos de nuevo para las motos –donde los compañeros nos echaron unas cuantas fotillos- y arrancamos motores, Jaume y éste que os habla.
Jordi y Juan se iban a quedar allí. El primero… porque realmente estaba cerquita de casa, y la dirección que tomaría al partir sería totalmente antagónica a la nuestra. Y el segundo… porque después de disfrutar un rato más del fiestorro, tiraría a visitar a la family… que se encontraba también por la zona.
Así pues, con todo el dolor del corazón… mi crónica termina aquí. Pues después de echar las fotillos que comento… salimos para la rampa –Jaume, Eolia, y yo-, pusimos proa hacia la carretera de Las Costas…
…y tras recorrer nuevamente –una a una y con paso tranquilo- todas las curvillas que la componen… nos despedimos de Jaume en Sitges.
Donde me aguardaba el papeo… y el currele de la tarde.

Llegando así a casa, felices por la salida… y esperando ansiosamente la siguiente…!!
Que… si bien es cierto que el día diecisiete se tuvo que suspender por culpa de la lluvia… esperamos que para el próximo día uno la podamos celebrar y compartir con todos y cada uno de los compañeros y compañeras de ésta guapa collita…!!

Oh, yeah…!!!

NaCluT!!!