diumenge, 7 de desembre del 2008

Visita a Mazinger Z, y almuerzo en SANTES CREUS.

Por Jaqueton:


7 de diciembre de 1941. La Armada Imperial Japonesa, haciendo uso de algo que nadie había hecho hasta la fecha –una flota combinada- ataca estoicamente la base militar de los EE.UU. en Pearl Harbor, para abrirse camino hacia el sudeste asiático y así romper el embargo económico al que estaba sometido el país...
Aunque, como diría más tarde el mismísimo Almirante Yamamoto –genio del ataque-, lo único que lograron fue: “despertar a un gigante, y obligarle a tomar una terrible determinación”...

Los yankies que sabían que iban a ser atacados, se limitaron a sacar los dos únicos portaaviones del Pacífico –en total tenían tres- y se dejaron atacar, para tener la excusa perfecta para entrar –como ellos querían- en la 2ª Guerra Mundial...

Justo 67 años después, un grupito de intrépidos moteros marchan a admirar de cerca un monumento a los nipones, situado en un marco más que incomparable... singular, extraño e incomprensible.... Una estatua de Mazinger Z...!!!

Aquella mañana me levanté tranquilo, con tiempo, y con muchas ganas de ruta... Ducha, arreglo y bocadillo fue todo uno, y poco después de las 6:30 de la mañana, salía de casa con la intención de despertar a Bilú It... que se encontraba –como siempre- descansando en la primera planta del parking subterráneo de Plaça d’Espanya, en Sitges... La desperté... la calenté.... y salí raudo y veloz a mi encuentro con nuestros amigos en LB2.

Pasando por Segur, en el tercero de los semáforos en rojo que me encontré, Bilú It soltó uno de sus peos en medio del silencio de la negra y agonizante noche, y frente a unos gossos que estaban con un coche que acababan de detener. Y claro, me miraron, me hicieron señas, y yo –encomendándome a mis dioses particulares- no tuve más remedio que hacerles caso y parar a su altura...
La cosa no fue más que un intercambio de preguntas; y cuando les quedó claro que el de la “horrible explosión” había sido yo, o mejor dicho, el tubo de mi montura... me dejaron marchar sin más impedimentos...

Llegué a LB2, llené el depósito de Bilú It, y me dispuse a llenar el mío con “corajillo” descafeinado de sobre... je, je, je.... Corrían cerca de las 7:15 de la mañana, y allí aún no habían llegado mis compinches.

No tardó en aparecer Fredy.... que se procuró su consabido café con leche, su caña de crema, y juntos nos sentamos a conversar mientras esperábamos a los Nieve; que no tardarían en llegar...

Poco más tarde, el secretario de Wanderers MG entró por la puerta. Carles. Quien se sentó con nosotros y nos comunicó la feliz notícia: Había dejado de fumar hacía 15 días... Luego, Toni, vice-presidente del grupo, se sentó con nosotros y amenizó aún más –si cabe- la feliz charla mañanera que nos tenía enfrascados.

Y ya, por fin, Hombre de Nieve y Lis hicieron acto de presencia... Fredy encargó su bocadillo en la barra, yo comuniqué a los miembros de Wanderers MG la ruta del día 28 invitándoles a acompañarnos, y justo cuando entraron por la puerta Rufus y Tomasa –presidente y primera dama respectivamente- decidimos marchar. Pues eran ya las 8:00 menos cinco de la mañana, y la salida estaba pronosticada para las 8:00...

Así que nos despedimos de nuestros compañeros de carretera y amigos en la vida, y nos dispusimos a emprender la estupenda ruta que nos aguardaba...
No sin antes inmortalizar el momento, y arreglar el cable del embrague de Fredy, que se aflojaba rebeldemente...

Salimos por la N-340 en dirección a Valls.... donde nos desviaríamos para Montblanc... y antes de llegar, debíamos encontrar el camino hasta El Pla de Santa María. Lugar en cuyo término se levanta la colosal estatua que queríamos ver...

Llegando al “Pla”, pregunté a un muchacho que se mostró motero de corazón, y me indicó per-fec-ta-men-te la ubicación exacta de la urbanización Mas d’en Plata. Destino de nuestro viaje.
Pero como de todos es sabido, tengo algo menos de orientación que un zapato... y aún teniendo las perfectas indicaciones del muchacho en mi portentoso cerebro... no tardé ni 20 metros en equivocarme... puteando así –sobremanera- al compañero Hombre de Nieve, que sufre en sus carnes los cambios de sentido en las distancias cortas...

Dimos, pues, la vuelta, y encaramos hasta el sitio que nos pareció que nos había indicado apenas unos minutos antes, el atento muchacho... Deliberamos, y decidimos acercarnos a la entrada del pueblo, para coger –en esta ocasión- la anterior salida de la rotonda... y un poco más adelante, paré en una gasolinera donde pregunté, y una “simpática” gasolinera (mujer que despacha gasolina) nos dijo que apenas dos kilómetros más adelante encontraríamos la urbanización que buscábamos.

Y así fue. La encontramos!! Ahora solo hacía falta dar con el “monumento al cómic nipón” de nuestros anhelos... Así que procedimos a recorrer la urbanización sin rumbo ni putísima idea de a donde íbamos... y en un momento dado, pregunté a un veterano “biciclista mountain-bikero” que bajaba calle abajo. Y el hombre, me indicó sutilmente, pues le parecía recordar que era por allí.... aunque realmente no estaba muy seguro... y en la siguiente esquina, me volví, y allí estaba!!! Sí señor!! Lo habíamos encontrado....!!!

La subida era un camino de cabras, más propio para subirlo con una cota, que con mi Savage... pero todos, uno a uno, y con pausa, fuimos acercándonos a la magnánima, grandiosa y mayestática estatua de nuestro amigo de críos... Mazinger Z.

Allí se alzaba, majestuoso... solitario y orgulloso, el mayor muñeco de merchandising que he visto en mi vida...!
Fotos... videos..... unos pitillos, y unas cuantas vueltas alrededor de la enorme representación –que podría medir tranquilamente unos 12 metros o más-, y se nos acabó cualquier actividad que desarrollar en aquél paraje.
Pues aquello era el claro de un pinar, situado entre docenas de casitas... y allí no había ni merendero, ni barbacoas, ni un triste banco donde sentarse a almorzar tranquilamente....

Y es extraño. Pues allí cualquiera monta una barbacoa, coloca unas decenas de mesas y bancos... un chiringuito.... y a vivir...!!

Así que convenimos en ir a almorzar a Santes Creus. Situado a unos escasos diez kilómetros; y donde seguro que encontraríamos un rincón más apropiado para deglutir los suculentos bocadillos con los que íbamos armados...

Salimos de la urbanización –y para variar-, tomé la dirección equivocada...
Pero en esta ocasión lo hice por ver donde estaba el cartelito que había visto yendo de camino a la urbanización, y que rezaba: “Santes Creus a 10 Km.” y mira tu por donde, que estaba justo a la salida del Pla de Santa María... Qué suerte loca la nuestra...!!

En fin... volvimos sobre nuestros pasos, rehicimos la carretera... y seguimos la indicación...
Llegando al Pont d’Armentera, cruzamos, pillamos la carretera... y enseguida llegamos a nuestro destino...

Una vez allí, Lis que se bajó de Piel de Ángel a estirar las piernas y facilitar el estacionamiento a Hombre de Nieve.... encontró un paraje estupendo para almorzar: Unas barbacoas! Con bancos.... mesas... meódromos... Aunque estos últimos estaban cerrados....

Pero bueno, nada nos impidió sentarnos a almorzar tranquilamente, nuestros estupendos bocadillos... Lis, de nocilla... para recordar los viejos tiempos.... je, je, je...
Un servidor, de jamón dulce.... Fredy de jamón serrano... y Hombre de Nieve de caballa y olivillas....

Allí estábamos deglutiendo felizmente los tentempiés, cuando apareció un simpático caminante con su perrilla, que se hizo muy amiga de Fredy... bueno, del jamón de su bocadillo....

Con su dueño –que se interesó por a tricolor bandera de mi chaleco- tuvimos un cambio de impresiones sobre la República y la inutilidad galopante que adolece la familia real al completo. Empezando por Juan Carlos, y acabando por el último en la línea dinástica....

De allí, nos fuimos a un garito a echar el cafetín... Aunque para ser sincero, lo que queríamos era meternos en la plaza del monasterio... pero claro, se conoce que no se podía acceder, y nos tuvimos que buscar la vida para aparcar las monturas...

Antes de meternos en el garito cafetero que nos calentaría los melindrines, fuimos a un local muy dulce, donde compramos “carquiñolis” y mil pastas distintas que nos endulzaron los siguientes días en nuestros hogares....
...y de allí ya, por fin, a echar los cafelotes...

Hombre de Nieve –que había ido a vaciar la bufeta- informó que en el interior había un billar; fuimos a ver si había mesas libres dentro... le pedimos al camarero que nos sirviera en el interior... nos trasladamos.... y resulta que el billar no funcionaba!!! Qué rocambolesca suerte la nuestra..... si es que....

Una vez nos tomamos el líquido y calenturiento elemento, salimos fuera, y decidimos visitar la feria que ocupaba la totalidad del parking del monasterio.
En esta ocasión Fredy prefirió quedarse a vigilar las motos, pero claro, le dejamos allí los cascos y enseres... y no pudo alejarse ni a tomar una triste cervecilla al garito....! Je, je, je...

La feria era algo espectacular... menos mal que ya habíamos almorzado, pues allí había morcillas, chorizos, botifarres, negras, blancas, bisbes, bulls, chorizo de ciervo, de jabalí, cecina, mil quesos distintos.... cocas enramadas, de chocolate, con arenques, con confitura... mieles, yerbas.... de todo!!! Artesanía en general, y concretamente bisutería... imágenes, carteles, perfumes.... Un montón de gigantes, cabezudos y bestiario popular.... Y todo bañado con autenticas riadas de gente que hasta allí acudió aquél domingo 7 de diciembre de 2008....

Lo paseamos, fotografiamos y grabamos todo. O todo lo que pudimos....
Y saliendo del recinto, entré –junto a mis compañeros- a una ermita que allí se levantaba, y en cuyo interior había una especie de homenaje a nuestra gran escritora Mercé Rodoreda....

Ahí, Hombre de Nieve se emocionó, pues vio algo que creía nunca poder ver: a mí entrando en “terreno sagrado”... Pero claro, que el clero me produzca sinceras diarreas, no quiere decir que no pueda entrar en sus “garitos” a admirar sus auténticas y anónimas obras de arte....

De allí ya nos fuimos en busca de Fredy, para acicalarnos moteramente hablando, e iniciar la ruta de partida a casa. Que en esa ocasión, teníamos previsto que parara en Coma-ruga para echar la cervecilla...

Salimos de allí, y emprendimos la que se preveía, iba a ser una ruta muy tranquilita...

Salimos de allí, y al poco –como no- me equivoqué de camino metiéndome en Vilarodona... Pero bueno, salimos de allí, y continuamos nuestro trayecto...

El tiempo corría, y pasando el Collado de Santa Cristina, juzgué muy lejano ir a echar la cervezota a La Abadía, así que decidí –ventajas de ir delante- que en cuanto viera un sitio apetecible pararía...

Y fue pasando La Papiola, cuando pensé que encontraría tal local. Pero no fue así...
Bien al contrario, Hombre de Nieve nos hizo detener para comunicarnos que ellos mejor se irían para casa, pues tenían faena, y se hacía tarde... Así que nos despedimos de ellos, y Fredy y yo acordamos que nuestra parada cervecera particular, no la íbamos a perdonar así como así.... je, je, je...

Poco después de arrancar nuestras monturas, descubrí a mi derecha un desvío que nos llevaría al polígono “La Cometa” de El Vendrell. Lugar de las salidas de antaño en Custombaixpenedès...
...y decidí meterme por allí para ver si encontraba un garito chulo donde meternos los merecidos refrigerios cebaderos...

Pitada, adioses con la mano... y Fredy y mi menda lerenda se separaron de los Nieve hasta la próxima ocasión...

No encontré el ansiado y esperado boliche, así que aprovechando una parada semaforera, acordamos dirigir nuestros traseros a La Cantera... y allí que fuimos.

Allí que fuimos, y allí que nos deleitamos libando exquisito caldo de cebada yo, y un estupendo vermouth mi entrañable compañero...

Allí que nos apalancaos, y allí que celebramos luenga conversa, y descansando esa parte de la espalda que pierde pudorosamente el nombre... je, je, je....

Y en cuanto el airecillo fresquito nos recordó que debíamos partir, pues nos jugábamos un resfriado de tomo y lomo... nos vestimos, nos despedimos, y montamos en sendas cabalgaduras dispuestos a llegar, raudos, cada cual –cual mochuelo- a su olivo...

...y partimos. Cruzamos Calafell, Segur, Cunit, Cubelles.... y en el desvío de la C-31 a Vilanova/Vilafranca, nos despedimos definitivamente....


Una salida estupenda, que además, evolucionó muy satisfactoriamente.... Hicimos casi todo lo previsto, pero además visitamos sitios que nos encantaron y nos evocaron nuevas, futuras y prometedoras salidas para esta primavera....

A ver si llega pronto el buen tiempo.... je, je, je....

NaClu2!!!