Por Moli:
Esa mañana, era algo especial para mi pues Lourdes se venia conmigo y es algo que me encanta........Habiamos decidido ir a RUTA 66 en Altafulla para visitar la tienda y desayunar.....como esta relativamente cerca de casa pues decidimos no madrugar demasiado aunque tampoco me acuerdo a que hora salimos de casa...
Como soy bastante despistado,no se porque motivo pero pasamos por el centro de El Vendrell y a la salida en lugar de continuar recto por la nacional cogi el desvio y continue en direccion contraria.......tuve que volver a enlazar la nacional pero esta vez a la entrada del pueblo......al incorporarnos justo en ese momento pasaba un grupode moteros bastante numeroso, capitaneados por algunos miembros de Wanderers MG Tarragona,nos incorporamos a la cola del grupo y continuamos su formacion hasta Altafulla donde nosotros nos desviamos para ir a nuestro destino..............Llegamos alli sobre las 9:45 y la tienda estaba cerrada,asi que un cigarro de espera y despues otro............Pasaban algo mas de las 10 y la tienda todavia estaba cerrada y no habia ni cristo, asi que rapidamente la decision pa la otra Ruta...la del Oeste...........
Tampoco se bien a que hora llegamos, lo que si se es que teniamos hambre asi que hicimos un almuerzo comida.............y como cada vez que voy a Ruta al Oeste, super satisfecho...........antes de marcharnos,visita a la tienda y me pillé unas lentes pal Lorenzo.....
Y de aqui pa casa directos sin prisas y sin pausas...............
HE DICHO..............................................................Y HE HECHO
diumenge, 28 de juny del 2009
diumenge, 21 de juny del 2009
Aniversario en Ruta al Oeste. RUBIÓ.
Por Jaqueton:
La noche del pasado veinte de junio, la pasé trabajando. Tenía servicio de refuerzo… de las nueve de la noche, a las cinco de la mañana… Así que en cuanto plegué del parking, me fui para casa; me duché, me vestí… y salí raudo cual relámpago saliendo del ojete del mismísimo Thor, al parking de nuevo…!
Pero esta vez, a buscar a mi pequeña y preciosa Bilú It. Con quien tenía pensado pegarme una hermosa y divertida ruta dominical, aquella mañana del veintiuno de junio…
Me entretuve echando un pitillo con el compañero que quedó al cargo del garito, y cuando calculé que debía zarpar… puse proa hacia LB2. Punto de encuentro para aquella salida.
Como en LB2 hay gasolinera… y calculando a ojo de buen cubero, llegaba hasta allí de sobras, decidí que llenaría después del cafelote…
El trayecto hasta allí, como siempre, fue tranquilote. Bueno, tranquilote… A la altura de Cunit, observé un carro parado en mitad de la vía. Encima de una de esas isletas con rayas… y a un grupo de chavales que corrían hacia él con no muy buenas intenciones, al tiempo que la lata maniobraba brusca y abruptamente para salir de allí cuanto antes; pues le estaban apedreando!! Yo, que lo veía de lejos, pero cada vez más cerca… acerté solo a frenar, antes de encontrarme en medio del fregao… Menudas pedradas le dieron al coche!
Si llega a ser un día normal –como los de siempre- seguro que esa experiencia me habría despertado en un plis… pero esa mañana, iba yo bien despierto… Así que la agradable sensación de ir despertando con la suave brisilla matinal… fue, inexistente.
Entre La Cantera y Bellvei, en un saliente de la vía, me encontré al tipo del coche; con las puertas del auto abiertas… y él sentado en el suelo con una toalla en la cara. Talmente, como si estuviera llorando… Pero la verdad, no me paré. Lo reconozco…
Hoy al recordarlo, me embarga un sentimiento de remordimiento… pero la verdad es que a aquellas horas de la mañana, y después de lo que vi, cualquiera sabe qué me habría encontrado de haber parado…
Llegué a LB2, y allí me esperaba el compañero Fredy; el incombustible del bueno de Fredy… Que había llegado unos minutos antes que yo. Cosa evidente, pues ante él todavía no estaba la consabida taza de café con leche, ni los restos de pasta… je, je, je…
Así pues, pedimos el “kit” para Fredy, un carajillete desca para mí… y un chucho! Que aquella mañana de empalme, me iba a venir muy bien un poco de azúcar extra para despejar mis sentidos…
Azúcar extra, digo, porque lo que es el chucho, estaba más malo que to’las cosas…. La virgen! Qué bodrio!! Vaya mierda que dan allí cuando uno pide un chucho!!! Con lo ricos que están, y lo poquito que cuesta tener un poco de calidad… pero en fin, ya se sabe qué pasa en los sitios “de paso”, no…?
Justo cuando el compañero iba a procurarse una copichuela de Magno para despertar sus sentidos… entraron por la puerta un par de gossos de esos que dan asco en carretera, y vomiteras y cagarrinas si se te sientan al lado en la barra. Por suerte, se sentaron lejos… pero lo suficientemente cerca, como para imposibilitar a mi colega que se tomara su brandy matutino…
Viendo que se hacía ya la hora de partir –de hecho, era tarde ya…- decidimos no dilatarlo más, y darnos el pirote.
Antes de entrar en carretera, me acerqué a la gasolinera de LB2 a llenar el depósito… pero la señorita que allí estaba atendiendo, tenía que apuntar los contadores de todos los surtidores antes de servir una sola gota de carburante, y como la cosa iba a tardar como un cuarto de hora largo… acordamos dejarlo correr, para llenar más adelante. Pues ya no estaba la mañana como para andar perdiendo el tiempo…
Decidimos emprender –ahora sí- la marcha, y parar en la primera gasolinera que encontráramos por el camino. Que la buena ventura quiso que fuera la de L3F.
Allí llené el depósito, y salimos como alma que persigue el diablo para Montblanc. Pues ese día, la ruta hasta el Ruta, iba a ser sensiblemente distinta a la que estamos acostumbrados a hacer…
Primero, el Coll de Santa Cristina, luego Valls… el Coll de l’Illa… Montblanc… y de allí, a buscar santa Coloma de Queralt.
Que por cierto, fue por ese tramo de carretera, donde nos dimos cuenta que el agradable fresquito que sentíamos durante el camino, se tornaba frío de verdad. Pero frío de cojones!! Los dedillos empezaban a doler, y la nostálgica sensación que nos recordaba el invierno, dejó de ser emoción para empezar a hinchar las pelotas…
Ahora bien, lo que es la carretera desde Montblanc a Santa Coloma, es preciosa para andar en burra…! Pero realmente, una auténtica pasada… Creo que después de la que hicimos el día de Ulldemolins, es la que más me ha gustado por su trazado, por el ritmo en la rodada… y por el placer de sentir los kilómetros desaparecer bajo las gomas… Lo dicho: una auténtica pasada…!
Llegamos a Santa Coloma de Queralt, y al tiempo que cruzábamos el pueblo, buscábamos un bar donde echar el cafelote y calentarnos. Pero no había!! Buscamos, buscamos… pero ni uno!!
Así que sin darnos cuenta, ya habíamos cruzado el pueblo.
Decidimos acercarnos a La Panadella –que está prácticamente al lado- y es donde habíamos quedado con Pipeta y su hijo. Y allí, resolver el problema de temperatura que empezaba ya a ser serio… Y eso el día que empezaba el verano! Que es lo más paradójico del asunto…
Llegamos a la gasolinera, aparcamos las burricas… y entramos al bareto a calentarnos un poquito por dentro y por fuera… je, je, je…
Aún hoy me parece mentira que diga eso en pleno solsticio de verano… pero es así.
Entramos al local, y tras descubrir que no se podía fumar.. y tras localizar donde hacerlo… fuimos a vaciar la bufeta en los urinarios.
Después, pedimos cafelotes en la barra; los asimos, y nos fuimos para el saloncito destinado a los consumidores de nicotina. Donde podríamos fumar plácidamente –cosa que en los tiempos que corren, casi parece que sea delito-, mientras esperábamos a Pipeta.
El compañero Fredy, decidió ir a la barra a procurarse la copichuela de Magno que no pudo tomarse en LB2, y volvió “acollonido” de cómo se pasaban allí con los precios… Realmente, se nota que se aprovechan que el 95 % de los clientes está de paso… Si serán hijos de puta…!!
Al poco, llegaron Pipeta y su vástago. Jesús. Un muchacho de 12 años, guapote y callado… Todo lo contrario que su padre. Je, je, je…
Se procuraron el bebercio… y allí pasamos un rato agradable bebiendo, fumando y contando chistes…
Ah! Y ligando!! Bueno, ligando… Fredy. Que no pierde una tampoco. Ja, ja, ja…
Concretamente, con una señora maña, hija de Caspe y jotera para más señas… que tras comentar –en voz alta para que la oyeran- que buscaba echarse un novio motero… vio levantarse a Fredy –voluntario él- ofreciéndose a tal empresa.
La mujer, no muy convencida… le invitó a que fuera a su Caspe natal el 15 de agosto; que son fiestas por allí, y ella, que canta en una Rondalla… le enseñaría el pueblo, el placer de las jotas, y lo que fuera menester… je, je, je…. Así pues, ahí queda eso Fredy!! Ya sabes, en agosto… para Caspe!!
Yo… que sentía en mí la necesidad de otro cafelote… fui a buscármelo, junto a una copa para el Casanova de Fredy… Y cuando me iban a echar el ron en el vaso, le pillé la botella por el cuello. El camarero me miró y me dijo sorprendido:
- No era de ron?
- Si… -le dije yo- Pero hazme otro café…
- Pero si está recién hecho…!
- Ya, ya… claro… Ejem. Te he dicho que me hagas un café en condiciones…!
Y el camarero, más que molesto, cabreado como una mona, cogió con toda su mala leche el vaso, y lo estampó en la pica.
Y es que cuando uno se ha tirado dieciocho años de su vida detrás de una barra… ve perfectamente cuando un café está bien, hecho, mal hecho, o lleva –como era el caso- más de cinco minutos reposando en la cafetera, a la espera de que alguien pida uno y se lo cuelen…
Pero –y esto va para el camarero- lo lógico es colarlo en un cortado. Que haces espumita con la leche y no se nota. No en un carajillo, coño! Y menos de ron…!! Que se come la espuma…!
Pero en fin, regresé a la mesa con el carajillo en condiciones, la copa de Fredy… y allí me enteré que Pipeta había pedido algo más que no oí… pero para que no fuera de nuevo a la barra… no le salió de los cojones decírmelo…
Y allí estuvimos un buen rato, dedicados a los chistes, las anécdotas… Pipeta haciendo pitillos sin parar, para llenar la pitillera… Un rato entretenido, vaya…
Cuando decidimos emprender el camino al Ruta, ya se estaba haciendo tarde para cualquier almuerzo… Y es que menos yo, los demás se pensaban que el evento era solo la comida.
Llené de nuevo el depósito… y en perfecta formación fuimos bajando la A2 hasta un poco antes de Igualada. Donde la salida a Ponts-Andorra, nos llevaría hasta la carreterilla de Rubió… Y ésta, a las puertas de Ruta al Oeste.
Llegamos la mar de bien, pero al entrar, descubrimos que no había motos!! Y es que Juan –anfitrión del evento junto a la simpática Merche- había colocado el parking de motos al otro lado del terreno…
Donde –dicho sea de paso- para llegar había que bajar una rampa de gravilla, que era el acojone de todos lo que por ella bajábamos… Una –a mi entender- cagada gorda. Pero también es verdad que con la orografía de aquél terreno, tampoco se podían hacer maravillas…
Así pues, aparcamos las motos, y nos dedicamos a mezclarnos con la muchedumbre que allí había acudido. Que era mucha, y muy buena gente…
Allí encontré al amigo Manolo –al que encontrara el día de Can Joan, bajando a Gavà-, y un par de amigos más… Y cuando se los fui a presentar a Fredy, resulta que habían sido compañeros en el colegio!! Ja, ja, ja…. Si es que el mundo es un pañuelo…!!
Como se iban, nos regalaron la botellica que les sobró del vino del almuerzo, y de la que rindieron cuentas bien seguro, el amigo Fredy y Pipeta, pues ellos sí se quedaban a la comida…
Como era la hora que era, decidimos no almorzar… pues ya era demasiado tarde. Y cuanto más tarde se hacía, más se acercaba la comida… Así que nos sentamos en una mesa con unas birricas… e hicimos petar la cherrada mientras saludábamos a los amigos que hasta allí iban llegando…
Allí pudimos saludar a Quique… a Ruth… Vimos de lejos al compañero Nomada… y otros amigos de Halcones ML…
Muy especialmente, tuvimos el placer de recibir a Huracaan y su encantadora mujercita Merche…!! A quienes no veía desde hacía tiempo…
A algunos miembros de Birraiders MG…
En fin, a un montón de buena gente, con la que coincidimos de vez en cuando. Y con algunos, siempre que podemos…!!
La cosa pues, siguió de charla en la mesa, con birricas y pitillos, y unos melenudos “músicos” que “amenizaban” el sarao…
Yo, sin dormir, sabiendo que no me quedaría a la comida –como todo el mundo que allí estaba-, empecé a rallarme… y decidí que si tenía que tomar una decisión, mejor cuanto antes y sin dolor. En plan tirita… Del tirón, vaya…
Y así lo hice.
Me despedí afectuosamente de mis amigos y compañeros de mesa… y partí a por mi burrica, dispuesto a ir despidiéndome de cuántos encontrara a mi paso. Y así, salir cuanto antes a carretera… y olvidar el mal rollo que me entraba al pensar que no podía quedarme…
Salí a la A2, y de allí crucé Igualada para enganchar la C-15 que me llevaría a mis tierras….
A medio camino entre Igualada y Vilafranca, me uní a una moto en la que iba una parejita… y los pobres se pusieron nerviosos de llevar una moto detrás. Y eso que me coloqué en serreta y respetando distancias y velocidades…! Pero en fin, fuera como fuera, ruteamos juntos…
Y llegando a Vilafranca, otras dos nuevas motos se unieron al improvisado grupo. En serreta también, y dibujando así una bonita formación… Pero la moto de delante –la de la parejita- ya empezaba a estar acojonada… je, je, je…
No fue hasta pasado Canyelles, donde nos separamos. Yo para la C-32 dirección La Blanca Subur… y los otros tres, dirección Vilanova…
Y aunque nerviosos, se despidieron como es menester entre compañeros de ruta. Moteros…
Y aquí terminó para mí la salida ese 21 de junio….
…espero que alguno de mis compañeros, tenga a bien contar el resto de la historia que no viví –comida, sobremesa y tarde-, constituyendo así, la segunda parte de la crónica de ese veintiuno de junio. Inicio del verano de dos mil nueve….
NaClu2!!!
La noche del pasado veinte de junio, la pasé trabajando. Tenía servicio de refuerzo… de las nueve de la noche, a las cinco de la mañana… Así que en cuanto plegué del parking, me fui para casa; me duché, me vestí… y salí raudo cual relámpago saliendo del ojete del mismísimo Thor, al parking de nuevo…!
Pero esta vez, a buscar a mi pequeña y preciosa Bilú It. Con quien tenía pensado pegarme una hermosa y divertida ruta dominical, aquella mañana del veintiuno de junio…
Me entretuve echando un pitillo con el compañero que quedó al cargo del garito, y cuando calculé que debía zarpar… puse proa hacia LB2. Punto de encuentro para aquella salida.
Como en LB2 hay gasolinera… y calculando a ojo de buen cubero, llegaba hasta allí de sobras, decidí que llenaría después del cafelote…
El trayecto hasta allí, como siempre, fue tranquilote. Bueno, tranquilote… A la altura de Cunit, observé un carro parado en mitad de la vía. Encima de una de esas isletas con rayas… y a un grupo de chavales que corrían hacia él con no muy buenas intenciones, al tiempo que la lata maniobraba brusca y abruptamente para salir de allí cuanto antes; pues le estaban apedreando!! Yo, que lo veía de lejos, pero cada vez más cerca… acerté solo a frenar, antes de encontrarme en medio del fregao… Menudas pedradas le dieron al coche!
Si llega a ser un día normal –como los de siempre- seguro que esa experiencia me habría despertado en un plis… pero esa mañana, iba yo bien despierto… Así que la agradable sensación de ir despertando con la suave brisilla matinal… fue, inexistente.
Entre La Cantera y Bellvei, en un saliente de la vía, me encontré al tipo del coche; con las puertas del auto abiertas… y él sentado en el suelo con una toalla en la cara. Talmente, como si estuviera llorando… Pero la verdad, no me paré. Lo reconozco…
Hoy al recordarlo, me embarga un sentimiento de remordimiento… pero la verdad es que a aquellas horas de la mañana, y después de lo que vi, cualquiera sabe qué me habría encontrado de haber parado…
Llegué a LB2, y allí me esperaba el compañero Fredy; el incombustible del bueno de Fredy… Que había llegado unos minutos antes que yo. Cosa evidente, pues ante él todavía no estaba la consabida taza de café con leche, ni los restos de pasta… je, je, je…
Así pues, pedimos el “kit” para Fredy, un carajillete desca para mí… y un chucho! Que aquella mañana de empalme, me iba a venir muy bien un poco de azúcar extra para despejar mis sentidos…
Azúcar extra, digo, porque lo que es el chucho, estaba más malo que to’las cosas…. La virgen! Qué bodrio!! Vaya mierda que dan allí cuando uno pide un chucho!!! Con lo ricos que están, y lo poquito que cuesta tener un poco de calidad… pero en fin, ya se sabe qué pasa en los sitios “de paso”, no…?
Justo cuando el compañero iba a procurarse una copichuela de Magno para despertar sus sentidos… entraron por la puerta un par de gossos de esos que dan asco en carretera, y vomiteras y cagarrinas si se te sientan al lado en la barra. Por suerte, se sentaron lejos… pero lo suficientemente cerca, como para imposibilitar a mi colega que se tomara su brandy matutino…
Viendo que se hacía ya la hora de partir –de hecho, era tarde ya…- decidimos no dilatarlo más, y darnos el pirote.
Antes de entrar en carretera, me acerqué a la gasolinera de LB2 a llenar el depósito… pero la señorita que allí estaba atendiendo, tenía que apuntar los contadores de todos los surtidores antes de servir una sola gota de carburante, y como la cosa iba a tardar como un cuarto de hora largo… acordamos dejarlo correr, para llenar más adelante. Pues ya no estaba la mañana como para andar perdiendo el tiempo…
Decidimos emprender –ahora sí- la marcha, y parar en la primera gasolinera que encontráramos por el camino. Que la buena ventura quiso que fuera la de L3F.
Allí llené el depósito, y salimos como alma que persigue el diablo para Montblanc. Pues ese día, la ruta hasta el Ruta, iba a ser sensiblemente distinta a la que estamos acostumbrados a hacer…
Primero, el Coll de Santa Cristina, luego Valls… el Coll de l’Illa… Montblanc… y de allí, a buscar santa Coloma de Queralt.
Que por cierto, fue por ese tramo de carretera, donde nos dimos cuenta que el agradable fresquito que sentíamos durante el camino, se tornaba frío de verdad. Pero frío de cojones!! Los dedillos empezaban a doler, y la nostálgica sensación que nos recordaba el invierno, dejó de ser emoción para empezar a hinchar las pelotas…
Ahora bien, lo que es la carretera desde Montblanc a Santa Coloma, es preciosa para andar en burra…! Pero realmente, una auténtica pasada… Creo que después de la que hicimos el día de Ulldemolins, es la que más me ha gustado por su trazado, por el ritmo en la rodada… y por el placer de sentir los kilómetros desaparecer bajo las gomas… Lo dicho: una auténtica pasada…!
Llegamos a Santa Coloma de Queralt, y al tiempo que cruzábamos el pueblo, buscábamos un bar donde echar el cafelote y calentarnos. Pero no había!! Buscamos, buscamos… pero ni uno!!
Así que sin darnos cuenta, ya habíamos cruzado el pueblo.
Decidimos acercarnos a La Panadella –que está prácticamente al lado- y es donde habíamos quedado con Pipeta y su hijo. Y allí, resolver el problema de temperatura que empezaba ya a ser serio… Y eso el día que empezaba el verano! Que es lo más paradójico del asunto…
Llegamos a la gasolinera, aparcamos las burricas… y entramos al bareto a calentarnos un poquito por dentro y por fuera… je, je, je…
Aún hoy me parece mentira que diga eso en pleno solsticio de verano… pero es así.
Entramos al local, y tras descubrir que no se podía fumar.. y tras localizar donde hacerlo… fuimos a vaciar la bufeta en los urinarios.
Después, pedimos cafelotes en la barra; los asimos, y nos fuimos para el saloncito destinado a los consumidores de nicotina. Donde podríamos fumar plácidamente –cosa que en los tiempos que corren, casi parece que sea delito-, mientras esperábamos a Pipeta.
El compañero Fredy, decidió ir a la barra a procurarse la copichuela de Magno que no pudo tomarse en LB2, y volvió “acollonido” de cómo se pasaban allí con los precios… Realmente, se nota que se aprovechan que el 95 % de los clientes está de paso… Si serán hijos de puta…!!
Al poco, llegaron Pipeta y su vástago. Jesús. Un muchacho de 12 años, guapote y callado… Todo lo contrario que su padre. Je, je, je…
Se procuraron el bebercio… y allí pasamos un rato agradable bebiendo, fumando y contando chistes…
Ah! Y ligando!! Bueno, ligando… Fredy. Que no pierde una tampoco. Ja, ja, ja…
Concretamente, con una señora maña, hija de Caspe y jotera para más señas… que tras comentar –en voz alta para que la oyeran- que buscaba echarse un novio motero… vio levantarse a Fredy –voluntario él- ofreciéndose a tal empresa.
La mujer, no muy convencida… le invitó a que fuera a su Caspe natal el 15 de agosto; que son fiestas por allí, y ella, que canta en una Rondalla… le enseñaría el pueblo, el placer de las jotas, y lo que fuera menester… je, je, je…. Así pues, ahí queda eso Fredy!! Ya sabes, en agosto… para Caspe!!
Yo… que sentía en mí la necesidad de otro cafelote… fui a buscármelo, junto a una copa para el Casanova de Fredy… Y cuando me iban a echar el ron en el vaso, le pillé la botella por el cuello. El camarero me miró y me dijo sorprendido:
- No era de ron?
- Si… -le dije yo- Pero hazme otro café…
- Pero si está recién hecho…!
- Ya, ya… claro… Ejem. Te he dicho que me hagas un café en condiciones…!
Y el camarero, más que molesto, cabreado como una mona, cogió con toda su mala leche el vaso, y lo estampó en la pica.
Y es que cuando uno se ha tirado dieciocho años de su vida detrás de una barra… ve perfectamente cuando un café está bien, hecho, mal hecho, o lleva –como era el caso- más de cinco minutos reposando en la cafetera, a la espera de que alguien pida uno y se lo cuelen…
Pero –y esto va para el camarero- lo lógico es colarlo en un cortado. Que haces espumita con la leche y no se nota. No en un carajillo, coño! Y menos de ron…!! Que se come la espuma…!
Pero en fin, regresé a la mesa con el carajillo en condiciones, la copa de Fredy… y allí me enteré que Pipeta había pedido algo más que no oí… pero para que no fuera de nuevo a la barra… no le salió de los cojones decírmelo…
Y allí estuvimos un buen rato, dedicados a los chistes, las anécdotas… Pipeta haciendo pitillos sin parar, para llenar la pitillera… Un rato entretenido, vaya…
Cuando decidimos emprender el camino al Ruta, ya se estaba haciendo tarde para cualquier almuerzo… Y es que menos yo, los demás se pensaban que el evento era solo la comida.
Llené de nuevo el depósito… y en perfecta formación fuimos bajando la A2 hasta un poco antes de Igualada. Donde la salida a Ponts-Andorra, nos llevaría hasta la carreterilla de Rubió… Y ésta, a las puertas de Ruta al Oeste.
Llegamos la mar de bien, pero al entrar, descubrimos que no había motos!! Y es que Juan –anfitrión del evento junto a la simpática Merche- había colocado el parking de motos al otro lado del terreno…
Donde –dicho sea de paso- para llegar había que bajar una rampa de gravilla, que era el acojone de todos lo que por ella bajábamos… Una –a mi entender- cagada gorda. Pero también es verdad que con la orografía de aquél terreno, tampoco se podían hacer maravillas…
Así pues, aparcamos las motos, y nos dedicamos a mezclarnos con la muchedumbre que allí había acudido. Que era mucha, y muy buena gente…
Allí encontré al amigo Manolo –al que encontrara el día de Can Joan, bajando a Gavà-, y un par de amigos más… Y cuando se los fui a presentar a Fredy, resulta que habían sido compañeros en el colegio!! Ja, ja, ja…. Si es que el mundo es un pañuelo…!!
Como se iban, nos regalaron la botellica que les sobró del vino del almuerzo, y de la que rindieron cuentas bien seguro, el amigo Fredy y Pipeta, pues ellos sí se quedaban a la comida…
Como era la hora que era, decidimos no almorzar… pues ya era demasiado tarde. Y cuanto más tarde se hacía, más se acercaba la comida… Así que nos sentamos en una mesa con unas birricas… e hicimos petar la cherrada mientras saludábamos a los amigos que hasta allí iban llegando…
Allí pudimos saludar a Quique… a Ruth… Vimos de lejos al compañero Nomada… y otros amigos de Halcones ML…
Muy especialmente, tuvimos el placer de recibir a Huracaan y su encantadora mujercita Merche…!! A quienes no veía desde hacía tiempo…
A algunos miembros de Birraiders MG…
En fin, a un montón de buena gente, con la que coincidimos de vez en cuando. Y con algunos, siempre que podemos…!!
La cosa pues, siguió de charla en la mesa, con birricas y pitillos, y unos melenudos “músicos” que “amenizaban” el sarao…
Yo, sin dormir, sabiendo que no me quedaría a la comida –como todo el mundo que allí estaba-, empecé a rallarme… y decidí que si tenía que tomar una decisión, mejor cuanto antes y sin dolor. En plan tirita… Del tirón, vaya…
Y así lo hice.
Me despedí afectuosamente de mis amigos y compañeros de mesa… y partí a por mi burrica, dispuesto a ir despidiéndome de cuántos encontrara a mi paso. Y así, salir cuanto antes a carretera… y olvidar el mal rollo que me entraba al pensar que no podía quedarme…
Salí a la A2, y de allí crucé Igualada para enganchar la C-15 que me llevaría a mis tierras….
A medio camino entre Igualada y Vilafranca, me uní a una moto en la que iba una parejita… y los pobres se pusieron nerviosos de llevar una moto detrás. Y eso que me coloqué en serreta y respetando distancias y velocidades…! Pero en fin, fuera como fuera, ruteamos juntos…
Y llegando a Vilafranca, otras dos nuevas motos se unieron al improvisado grupo. En serreta también, y dibujando así una bonita formación… Pero la moto de delante –la de la parejita- ya empezaba a estar acojonada… je, je, je…
No fue hasta pasado Canyelles, donde nos separamos. Yo para la C-32 dirección La Blanca Subur… y los otros tres, dirección Vilanova…
Y aunque nerviosos, se despidieron como es menester entre compañeros de ruta. Moteros…
Y aquí terminó para mí la salida ese 21 de junio….
…espero que alguno de mis compañeros, tenga a bien contar el resto de la historia que no viví –comida, sobremesa y tarde-, constituyendo así, la segunda parte de la crónica de ese veintiuno de junio. Inicio del verano de dos mil nueve….
NaClu2!!!
diumenge, 14 de juny del 2009
Almuerzo en OLESA DE BONESVALLS.
Por Jaqueton:
El domingo catorce de junio, la historia iba de un buen almuerzo… y ruta de ida y vuelta curvera y divertida.
El compañero incansable, inconmensurable e inefable Fredy, y mi menda lerenda, quedamos en un bareto chulo de Roquetes, de temprana abertura… donde libaríamos cafeles y echaríamos algún pitillo, como paso previo a la salida…
Antes, saliendo de La Blanca Subur, tuve la desagradable experiencia de encontrarme con los gossos de la nostra terra, parando coches en un control alcoholémico, premeditado, alevoso… y a mala leche. Y aunque reconozco que tristemente es necesario que esta clase de actos ocurran –nos va a todos la vida en ello-, también reconozco que me tocó los cojones sobremanera tener que hacer cola hasta llegar al “número” que –al reconocer en mí a alguien que se acaba de levantar- me dejó pasar sin mayores problemas. Pero ya me había hecho perder casi media hora por el jeto…! Y es que allí tenían parados como medio centenar de coches!! La cola empezaba en la enorme rotonda de entrada en Sitges… e iba a terminar –aunque sus límites crecían por momentos- un poco más allá de La Masia. Los que hayan estado en Sitges, sabrán que hablo de un buen cacho… si tenemos en cuenta la hora, y la cantidad de latas paradas…
Total, que para llegar a tiempo a mí cita baretera con Fredy, ya no puse gasofa y tiré para allá, donde echamos el café y cagamos millas para la gasolinera más próxima.
Fuimos a la Cepsa de turno, donde una cerdota si miras más allá de sus narices –cumpliendo órdenes por supuesto- se negó a abrirme el grifo para llenar. Argumentando que antes tenía que pagarle el octanado elemento… Y eso que le ofrecí –cosa que siempre me he negado a hacer cuando me lo han pedido- el DNI y la tarjeta de crédito, en calidad de rehenes…
Me decía –y de ahí no la sacabas- que le tenía que “pagar” antes de poner! La muy….! Pero cómo voy a saber exactamente cuánto le va a caber al pequeño deposito de mi amor??
Así que la mandé literalmente a la mierda, y decidí arriesgar el tipo, para llenar, más tarde, sobre la marcha…
Hicimos –muy a gusto, por cierto- la carretera del pantano. Que siempre me ha gustado hacerla de subida… Donde salvo dos o tres R’s que nos encontramos al principio… no tuvimos más sustos-disgustos en todo la serpientica carretera.
Así llegamos a L’Arboç. Donde debía esperarnos el amigo Moli. Y en caso contrario… deberíamos continuar la marcha, pues si no estaba a la hora, era porque no podía salir…
Ergo, si no estaba, es por que no había ido…. Je, je, je… Y así fue. El amigo Moli no pudo salir ese día, pues los quehaceres domésticos pesaron más que la ruta dominical. Algo y totalmente lógico por otro lado…
No estaba, y con todo el dolor de nuestros corazones proseguimos con la ruta. Esta vez… por la popular y encantadora N-340…
Un poco más adelante –llegando a Vilatranca del Penedret- llené el depósito de mi pequeña, atendido por una simpatiquísima muchacha “del este” que se encontraba llenado el buche en el mostrador. Y al poco, llegábamos a Avinyonet del Penedès; donde pillaríamos una curvera carreterilla que había de llevarnos hasta Olesa de Bonesvalls. Concretamente, a Can Joan.
La llegada al restaurante fue tranquila. Poco a poco… fuimos devorando –sin prisa pero sin pausa- aquella serpenteante carreterilla… Y faltando unos minutos para las nueve de la mañana, descubrimos un goteo incesante de futuros clientes que –como nosotros- esperarían pacientemente ante las puertas a que abrieran el local y nos dieran a todos de yantar…
Finalmente, nos sentamos en una mesa para dos –muy romántica ella- que había en un rincón del chambao que hay ante el local; y en la mesa de al lado… se sentó un enorme tipo tostado por el sol, y con casi tanta hambre como nosotros.
Se sentó dispuesto a continuar la charla que empezamos los tres durante la espera a la apertura del garito.
El hombre –Jaume se llama-, nos aconsejó justo antes de que nos tomaran nota, que pidiéramos pies de cerdo… pues según él, no habíamos en la vida cosa igual…
Así que ambos –Fredy y yo- decidimos cambiar nuestras primigenias elecciones… y probar aquellos exquisitos –según Jaume- pies de gorrino… y no veáis que almuerzo nos pegamos!!!
Qué maravilla de “manos de ministro” nos metimos!! A la brasita… tiernos, jugosos y tostados a un tiempo… y pintados en lo alto de un suave alioli…
Los acompañaban una muestra de riquísima sanfaina, y unas judía cocidas. Pero tanto yo como Fredy, convenimos más tarde que para la próxima ocasión… pediremos que se ahorren la guarnición, pero que nos pongan ración doble de pies de marrano… je, je, je… Que no engorda, y está que te cagas, de la muerte!! Sí señor!!! Como predijo el amigo Jaume… los mejores que hemos comido en la vida…!!
Los regamos con vinacho y casera… y los amenizamos con una estupenda charla con el nuevo amigo de la mesa de al lado…
Terminando tan estupendo plato, nuestro compañero se pidió un cafelote, un chupito de orujo, y –sin pedirlo, ya que es cliente habitual- un estupendo caliqueño…
Nosotros tardamos un poco más en terminar. Pero cuando lo hicimos… también tiramos para los cafeles. En nuestro caso, carajilletes… je, je, je…
La charla continuó… y llegó la hora de volver a pedir. Jaume repitió su “kit” post almuerzo… y nosotros tiramos para unos chupitos de yerbas, que nos asentó el almuerzo de puta madre…
Y llegados a ese punto, cuando el sol ya hacía rato que calentaba a base de bien… decidimos liquidar cuentas y emprender la marcha. Pues yo ese día entraba de tarde, y tenía que llegar a una hora temprana a casa…
Nos despedimos de nuestro nuevo amigo –que se cambió de mesa y se juntó con otros comensales que conocía de otros domingos- y nos dirigimos hacia las burricas.
Al lado de las mismas, había una negra Suzuki V-Strom 650 de nuestro improvisado compañero de almuerzo. Y tanto yo como Fredy, convenimos que para llevar aquello con dignidad, hay que tener cierta envergadura…
Personalmente, me quedo con las custom….
También en aquél momento se iba un melenudo muchacho que regresaba de la concentración Harley de El Vendrell. A la que este año no he acudido… Y de la que el muchacho nos dijo que salía bastante decepcionado…
En fin. Iniciamos ruta para Begues… para tirar luego para Gavà… Castelldefels, y pillar las costas para mi pueblo.
La bajada –porque aquella carretera es principalmente de bajada- fue muy tranquila… El amigo de la Harley –que no rodó con nosotros- se paró en un par de ocasiones, y como se conocía la vía mejor que nosotros, y dominaba la bicha también mejor… nos pasó en sendas ocasiones…
Llegando casi a Gavà… y en un punto donde las curvas son más cerradas de la habitual, encontré a un viejo conocido al que paré a saludar.
Resulta que el hombre, cuando va por esa carretera, acostumbra a detenerse en ese saliente, saca los prismáticos y un pitillo… y gusta de otear el paisaje relajadamente. Sí señor…! Eso es saber disfrutar…. Je, je, je….
Y tras el saludo efusivo, emprendimos Fredy y yo nuestro camino en busca de las costas.
Poco antes de éstas, a la altura de Castelldefels, el amigo de la Harley nos dio por segunda vez alcance… y tras rodar un par de kilómetros juntos, se despidió motera y educadamente.
Nosotros, a por las costas!
Lentamente… porque al ser domingo, aquello estaba lleno de gente que acudía a la playa, y había que tomárselo con calma…
La rodada curvera de las costas fue mega tranquila. A buen ritmo, y muy buena letra llegamos a La Blanca Subur… donde tras comprobar que los pitufos nos iban a impedir aparcar donde nos saliera de los cojones… decidimos hacerlo frente a un bareto en la travesía, donde vimos aparcadas un par de motillos…
El cocinero y dueño del boliche, salió a admirar las burras. Y Fredy, no perdió ocasión de dejarle subir en la suya… a ver si se le calentaba el morro y se la compraba… je, je, je… No sabe ná!! Ja, ja, ja…
Una vez dentro del garito… echamos unas cuantas claras, atendidos por dos simpáticas y guapísimas camareras… Y tras la charla, y habiendo refrescado bien nuestros sedientos gaznates, decidimos partir cada cual para su casa. Pues eran alrededor de la una del mediodía… y yo, antes de las tres debía estar en mi puesto de currelo….
En fin, una salida estupendísima, donde primó el descubrimiento de los estupendos pies de cerdaco!! Ja, ja, ja… Amén de una estupenda ruta curvera, tranquila y amena….
Pero… insisto… a por esos pies, vamos a ir en más de una ocasión…! Vaya que si!!!
Y bueno… ya, de ahí, cada cual a su casa… a esperar ansiosamente la llegada del próximo domingo. En que iríamos a celebrar junto a nuestros amigos del Ruta, su séptimo aniversario en Rubió…. Pero esa, es otra historia….
NaClu2!!!
El domingo catorce de junio, la historia iba de un buen almuerzo… y ruta de ida y vuelta curvera y divertida.
El compañero incansable, inconmensurable e inefable Fredy, y mi menda lerenda, quedamos en un bareto chulo de Roquetes, de temprana abertura… donde libaríamos cafeles y echaríamos algún pitillo, como paso previo a la salida…
Antes, saliendo de La Blanca Subur, tuve la desagradable experiencia de encontrarme con los gossos de la nostra terra, parando coches en un control alcoholémico, premeditado, alevoso… y a mala leche. Y aunque reconozco que tristemente es necesario que esta clase de actos ocurran –nos va a todos la vida en ello-, también reconozco que me tocó los cojones sobremanera tener que hacer cola hasta llegar al “número” que –al reconocer en mí a alguien que se acaba de levantar- me dejó pasar sin mayores problemas. Pero ya me había hecho perder casi media hora por el jeto…! Y es que allí tenían parados como medio centenar de coches!! La cola empezaba en la enorme rotonda de entrada en Sitges… e iba a terminar –aunque sus límites crecían por momentos- un poco más allá de La Masia. Los que hayan estado en Sitges, sabrán que hablo de un buen cacho… si tenemos en cuenta la hora, y la cantidad de latas paradas…
Total, que para llegar a tiempo a mí cita baretera con Fredy, ya no puse gasofa y tiré para allá, donde echamos el café y cagamos millas para la gasolinera más próxima.
Fuimos a la Cepsa de turno, donde una cerdota si miras más allá de sus narices –cumpliendo órdenes por supuesto- se negó a abrirme el grifo para llenar. Argumentando que antes tenía que pagarle el octanado elemento… Y eso que le ofrecí –cosa que siempre me he negado a hacer cuando me lo han pedido- el DNI y la tarjeta de crédito, en calidad de rehenes…
Me decía –y de ahí no la sacabas- que le tenía que “pagar” antes de poner! La muy….! Pero cómo voy a saber exactamente cuánto le va a caber al pequeño deposito de mi amor??
Así que la mandé literalmente a la mierda, y decidí arriesgar el tipo, para llenar, más tarde, sobre la marcha…
Hicimos –muy a gusto, por cierto- la carretera del pantano. Que siempre me ha gustado hacerla de subida… Donde salvo dos o tres R’s que nos encontramos al principio… no tuvimos más sustos-disgustos en todo la serpientica carretera.
Así llegamos a L’Arboç. Donde debía esperarnos el amigo Moli. Y en caso contrario… deberíamos continuar la marcha, pues si no estaba a la hora, era porque no podía salir…
Ergo, si no estaba, es por que no había ido…. Je, je, je… Y así fue. El amigo Moli no pudo salir ese día, pues los quehaceres domésticos pesaron más que la ruta dominical. Algo y totalmente lógico por otro lado…
No estaba, y con todo el dolor de nuestros corazones proseguimos con la ruta. Esta vez… por la popular y encantadora N-340…
Un poco más adelante –llegando a Vilatranca del Penedret- llené el depósito de mi pequeña, atendido por una simpatiquísima muchacha “del este” que se encontraba llenado el buche en el mostrador. Y al poco, llegábamos a Avinyonet del Penedès; donde pillaríamos una curvera carreterilla que había de llevarnos hasta Olesa de Bonesvalls. Concretamente, a Can Joan.
La llegada al restaurante fue tranquila. Poco a poco… fuimos devorando –sin prisa pero sin pausa- aquella serpenteante carreterilla… Y faltando unos minutos para las nueve de la mañana, descubrimos un goteo incesante de futuros clientes que –como nosotros- esperarían pacientemente ante las puertas a que abrieran el local y nos dieran a todos de yantar…
Finalmente, nos sentamos en una mesa para dos –muy romántica ella- que había en un rincón del chambao que hay ante el local; y en la mesa de al lado… se sentó un enorme tipo tostado por el sol, y con casi tanta hambre como nosotros.
Se sentó dispuesto a continuar la charla que empezamos los tres durante la espera a la apertura del garito.
El hombre –Jaume se llama-, nos aconsejó justo antes de que nos tomaran nota, que pidiéramos pies de cerdo… pues según él, no habíamos en la vida cosa igual…
Así que ambos –Fredy y yo- decidimos cambiar nuestras primigenias elecciones… y probar aquellos exquisitos –según Jaume- pies de gorrino… y no veáis que almuerzo nos pegamos!!!
Qué maravilla de “manos de ministro” nos metimos!! A la brasita… tiernos, jugosos y tostados a un tiempo… y pintados en lo alto de un suave alioli…
Los acompañaban una muestra de riquísima sanfaina, y unas judía cocidas. Pero tanto yo como Fredy, convenimos más tarde que para la próxima ocasión… pediremos que se ahorren la guarnición, pero que nos pongan ración doble de pies de marrano… je, je, je… Que no engorda, y está que te cagas, de la muerte!! Sí señor!!! Como predijo el amigo Jaume… los mejores que hemos comido en la vida…!!
Los regamos con vinacho y casera… y los amenizamos con una estupenda charla con el nuevo amigo de la mesa de al lado…
Terminando tan estupendo plato, nuestro compañero se pidió un cafelote, un chupito de orujo, y –sin pedirlo, ya que es cliente habitual- un estupendo caliqueño…
Nosotros tardamos un poco más en terminar. Pero cuando lo hicimos… también tiramos para los cafeles. En nuestro caso, carajilletes… je, je, je…
La charla continuó… y llegó la hora de volver a pedir. Jaume repitió su “kit” post almuerzo… y nosotros tiramos para unos chupitos de yerbas, que nos asentó el almuerzo de puta madre…
Y llegados a ese punto, cuando el sol ya hacía rato que calentaba a base de bien… decidimos liquidar cuentas y emprender la marcha. Pues yo ese día entraba de tarde, y tenía que llegar a una hora temprana a casa…
Nos despedimos de nuestro nuevo amigo –que se cambió de mesa y se juntó con otros comensales que conocía de otros domingos- y nos dirigimos hacia las burricas.
Al lado de las mismas, había una negra Suzuki V-Strom 650 de nuestro improvisado compañero de almuerzo. Y tanto yo como Fredy, convenimos que para llevar aquello con dignidad, hay que tener cierta envergadura…
Personalmente, me quedo con las custom….
También en aquél momento se iba un melenudo muchacho que regresaba de la concentración Harley de El Vendrell. A la que este año no he acudido… Y de la que el muchacho nos dijo que salía bastante decepcionado…
En fin. Iniciamos ruta para Begues… para tirar luego para Gavà… Castelldefels, y pillar las costas para mi pueblo.
La bajada –porque aquella carretera es principalmente de bajada- fue muy tranquila… El amigo de la Harley –que no rodó con nosotros- se paró en un par de ocasiones, y como se conocía la vía mejor que nosotros, y dominaba la bicha también mejor… nos pasó en sendas ocasiones…
Llegando casi a Gavà… y en un punto donde las curvas son más cerradas de la habitual, encontré a un viejo conocido al que paré a saludar.
Resulta que el hombre, cuando va por esa carretera, acostumbra a detenerse en ese saliente, saca los prismáticos y un pitillo… y gusta de otear el paisaje relajadamente. Sí señor…! Eso es saber disfrutar…. Je, je, je….
Y tras el saludo efusivo, emprendimos Fredy y yo nuestro camino en busca de las costas.
Poco antes de éstas, a la altura de Castelldefels, el amigo de la Harley nos dio por segunda vez alcance… y tras rodar un par de kilómetros juntos, se despidió motera y educadamente.
Nosotros, a por las costas!
Lentamente… porque al ser domingo, aquello estaba lleno de gente que acudía a la playa, y había que tomárselo con calma…
La rodada curvera de las costas fue mega tranquila. A buen ritmo, y muy buena letra llegamos a La Blanca Subur… donde tras comprobar que los pitufos nos iban a impedir aparcar donde nos saliera de los cojones… decidimos hacerlo frente a un bareto en la travesía, donde vimos aparcadas un par de motillos…
El cocinero y dueño del boliche, salió a admirar las burras. Y Fredy, no perdió ocasión de dejarle subir en la suya… a ver si se le calentaba el morro y se la compraba… je, je, je… No sabe ná!! Ja, ja, ja…
Una vez dentro del garito… echamos unas cuantas claras, atendidos por dos simpáticas y guapísimas camareras… Y tras la charla, y habiendo refrescado bien nuestros sedientos gaznates, decidimos partir cada cual para su casa. Pues eran alrededor de la una del mediodía… y yo, antes de las tres debía estar en mi puesto de currelo….
En fin, una salida estupendísima, donde primó el descubrimiento de los estupendos pies de cerdaco!! Ja, ja, ja… Amén de una estupenda ruta curvera, tranquila y amena….
Pero… insisto… a por esos pies, vamos a ir en más de una ocasión…! Vaya que si!!!
Y bueno… ya, de ahí, cada cual a su casa… a esperar ansiosamente la llegada del próximo domingo. En que iríamos a celebrar junto a nuestros amigos del Ruta, su séptimo aniversario en Rubió…. Pero esa, es otra historia….
NaClu2!!!
diumenge, 7 de juny del 2009
Almuerzo en EL PLÀ DE MANLLEU.
Por Jaqueton:
Tras pensar y decidir, y volver a pensar y decidir… el domingo siete de junio decidimos meternos un almuerzote en El Plà de Manlleu. Salidilla en la que maese Moli nos iba a hacer de Cicerone, pues ni Fredy ni un servidor habíamos tenido el placer de disfrutar un almuerzo motero en tal localidad….
A eso de las seis de la mañana me llamó Fredy, pues la noche anterior le llamé por saber si vendría… pero al no encontrarle, quedó la llamada perdida; y al verla… pues eso, me llamó justo cuando yo me estaba echando un pitillín en la terracica para saludar al nuevo y prometedor día que en ese momento despertaba…
Quedamos que saldríamos a las ocho de L3F –Las 3 Farolas-…. y a las siete y media apenas pasadas, éste que os habla se personó allí…
Nada más llegar, descubrí que la moto del inefable Fredy estaba estacionada “demasiado” lejos del bareto. Algo raro sucedía.
Y tan raro! Estaba cerrado!!!
Y yo, que tras previo cálculo kilométrico había decidido arriesgar con mi depósito para llenar allí mismo… me quedé más colgado que un chorizo de cantimpalo…. Pues si estaba el bareto cerrado, también lo estaba la gasolinera!!!
Así pues, esperando a Moli, echamos unos cigarretes….
El amigo Fredy, descubrió una cosilla peluda que movía el rabo tras una verja y –como siempre que anda un cuadrúpedo cerca- aprovechó para saludarlo… Pero en esta ocasión, el cuadrúpedo no era un can, sino un cerdo! Un cerdaco, cerdaco… que al verse acariciado por nuestro zoófilo amigo, no pudo hacer otra cosa que mover con más ánimo la cola, en señal de agradecimiento… Igual que habría hecho un pariente de Rin-tin-tín cualquiera…
Y es que el cerdo –que parecía salido directamente del cuento de Orwen- poseía una cola más parecida a la de un faldero que a la de un gorrino… je, je, je…
A todo esto, Moli llegó al punto de las ocho –menos cinco-, y a esa hora también –y cinco- fue cuando decidieron abrir. Tanto los del bar, como los de la gasolinera. Que son los mismos…
Allí pues, echamos el cafelote –no sin antes llenar el deposito de mi pequeña y dulce Bilú It-, y apuramos a salir a carretera. Pues el tiempo apremiaba, y era menester llegar a casa prontico…
Acordamos que iría yo mismo delante, al menos hasta Santes Creus. Y a partir de allí… en cualquier momento el bueno de Moli me pasaría para tomar las riendas de la formación y encaminarnos hasta el lugar donde habríamos que llenar nuestras hermosas, triperas, moteras y hambrientas panzotas…
Dicho y hecho. En un punto del camino, Moli y su bella Negra adelantaron al feo capitán de ruta… usurpándole el cargo, y desarrollándolo con mayor y mejor soltura…
La ruta, curvera donde las haya, la notó mi freno delantero. Pues llegando al Plà de Manlleu… sonaba en él un sonido metálico al terminar la frenada, que si bien era imposible que fuera de desgaste –las pastillas estaban cambiadas hacía solo unos centenares de kilómetros-, bien podría ser que se hubieran cristalizado por frenar mucho y mal.
Algo que hago sin darme cuenta cuando ruedo por carretera desconocida, con mucha curva ciega…
En fin, que llegamos al bareto, aparcamos las burras… y tras elegir mesa exterior, descubrimos que en el árbol que le daba sombra habían no menos de un par de cientos de abejas paseándose por sus flores!!
Un argumento la mar de convincente para poner tierra de por medio, y tomar las de Villadiego hasta una mesa menos… concurrida…
Una menuda y simpatiquísima camarera nos atendió, nos tomó nota, y nos sirvió unas olivas la hostia de buenas… Que nosotros remojamos con vino mientras esperábamos los platos y celebrábamos una más que agradable conversación…
Los platos, sobrepasaron de largo cualquier pronóstico… Eran –más que estupendos- sensacionales!! Se notaba que por allí pasaba gente tripera como nosotros… je, je, je… Lo cual siempre es motivo de agradecer…
Botifarra negra –enormísima-, con panceta, huevos fritos y seques para mí… Lo mismo –sin botifarra- para Moli… Y cordero con tostada gorda para Fredy. Vino, gaseosa, sin, allioli… y ala! Que nos vayan detrás!!
Terminando los segundos cafelotes –y tras comentarle al camarero mis gustos con el vaso del carajata- el compañero Fredy anduvo un rato alimentando a Venca. Una hembra de galgo que tras ser abandonada por aquellos parajes, la buena gente de la casa habían acogido… Pero se conoce que no debían alimentarla demasiado bien, pues –aunque al principio costó que agarrara confianza a lo que le tiraba nuestro amigo- acabó devorando prácticamente cualquier cosa que éste le lanzara. Cachos de carne, pan tostado –con allioli y hasta con tomate-, y lo que fuera menester…!
Aunque seguramente, le debieron pegar –y mucho- en el pasado… Pues por mucha confianza que cogiera a la comida, en ningún momento se dejó acariciar. Ni tan siquiera permitía que te le acercaras…
De allí ya, pasamos a dentro a pagar. No sin el consiguiente mal entendido entre los pseudo-camareros del lugar, que no tenían ni idea de quién nos había atendido, de quién tenía la lista, ni de qué habíamos engullido… Pero bueno, felizmente, la menudita y simpática camarera apareció… nos cobraron… Y pudimos por fin, salir a buscar nuestras burras.
En aquél momento, el pseudo-camarero de los cafeles… que nos había felicitado hacía un rato por las burras…. Salió a ver cómo nos íbamos. Y aprovechó para comentar que poseía una Harley Davidson Dyna StreetBob, que con tres años y unos sesenta mil kilómetros… vendía por once mil euracos. Ah!! Si tuviera yo ese dinero….!!! Je, je, je… Pues el bicho –después de la Super Glide- me mola que te cagas!!
El regreso ya… Fredy fue a la cabeza –y así todos fuimos capitanes ese día-, decidimos regresar más directos que a la ida, pues como dije antes, era preciso llegar a casa prontico…
Llegando a Sant Jaume del Domenys, el primero en separarse del grupo fue Moli… que enfiló ara su Santa Oliva, a reunirse con su gente. Que aquél día tenían comida familiar.
Fredy y yo, tiramos para Banyeres del Penedès… y continuamos dirección Vilafranca.
Anduvimos ruteando un rato detrás de dos Harleys… a las que nos unimos en formación.
Llegando a Els Monjos, el amigo Fredy abandonó el grupo para encontrarse en esa localidad con un amigacho con el que comería tras echar una ojeada al mercadillo…
Y mi menda lerenda, siguió ruteando con las dos HD, hasta el desvío a la C-15. Donde me despedí de mis improvisados compañeros de camino… y enfilé hacia Canyelles.
De allí, como siempre, a buscar la C-32… y a La Blanca Subur!! Donde me echaría una duchita, me cambiaría… y me dispondría a currar esa tarde….
Ésta, fue una salida chula… con sus curvitas…. Con su almuerzo híper genial…. Y si bien no fue muy larga, ni llegamos demasiado tarde a casa, creo que nos sirvió la mar de bien para desquitarnos del mono motero que le agarra a uno tras una semana –o más- de secano kilometrístico…. Je, je, je…
Y nada… para casa, a esperar la siguiente!!
NaClu2!!!!
Tras pensar y decidir, y volver a pensar y decidir… el domingo siete de junio decidimos meternos un almuerzote en El Plà de Manlleu. Salidilla en la que maese Moli nos iba a hacer de Cicerone, pues ni Fredy ni un servidor habíamos tenido el placer de disfrutar un almuerzo motero en tal localidad….
A eso de las seis de la mañana me llamó Fredy, pues la noche anterior le llamé por saber si vendría… pero al no encontrarle, quedó la llamada perdida; y al verla… pues eso, me llamó justo cuando yo me estaba echando un pitillín en la terracica para saludar al nuevo y prometedor día que en ese momento despertaba…
Quedamos que saldríamos a las ocho de L3F –Las 3 Farolas-…. y a las siete y media apenas pasadas, éste que os habla se personó allí…
Nada más llegar, descubrí que la moto del inefable Fredy estaba estacionada “demasiado” lejos del bareto. Algo raro sucedía.
Y tan raro! Estaba cerrado!!!
Y yo, que tras previo cálculo kilométrico había decidido arriesgar con mi depósito para llenar allí mismo… me quedé más colgado que un chorizo de cantimpalo…. Pues si estaba el bareto cerrado, también lo estaba la gasolinera!!!
Así pues, esperando a Moli, echamos unos cigarretes….
El amigo Fredy, descubrió una cosilla peluda que movía el rabo tras una verja y –como siempre que anda un cuadrúpedo cerca- aprovechó para saludarlo… Pero en esta ocasión, el cuadrúpedo no era un can, sino un cerdo! Un cerdaco, cerdaco… que al verse acariciado por nuestro zoófilo amigo, no pudo hacer otra cosa que mover con más ánimo la cola, en señal de agradecimiento… Igual que habría hecho un pariente de Rin-tin-tín cualquiera…
Y es que el cerdo –que parecía salido directamente del cuento de Orwen- poseía una cola más parecida a la de un faldero que a la de un gorrino… je, je, je…
A todo esto, Moli llegó al punto de las ocho –menos cinco-, y a esa hora también –y cinco- fue cuando decidieron abrir. Tanto los del bar, como los de la gasolinera. Que son los mismos…
Allí pues, echamos el cafelote –no sin antes llenar el deposito de mi pequeña y dulce Bilú It-, y apuramos a salir a carretera. Pues el tiempo apremiaba, y era menester llegar a casa prontico…
Acordamos que iría yo mismo delante, al menos hasta Santes Creus. Y a partir de allí… en cualquier momento el bueno de Moli me pasaría para tomar las riendas de la formación y encaminarnos hasta el lugar donde habríamos que llenar nuestras hermosas, triperas, moteras y hambrientas panzotas…
Dicho y hecho. En un punto del camino, Moli y su bella Negra adelantaron al feo capitán de ruta… usurpándole el cargo, y desarrollándolo con mayor y mejor soltura…
La ruta, curvera donde las haya, la notó mi freno delantero. Pues llegando al Plà de Manlleu… sonaba en él un sonido metálico al terminar la frenada, que si bien era imposible que fuera de desgaste –las pastillas estaban cambiadas hacía solo unos centenares de kilómetros-, bien podría ser que se hubieran cristalizado por frenar mucho y mal.
Algo que hago sin darme cuenta cuando ruedo por carretera desconocida, con mucha curva ciega…
En fin, que llegamos al bareto, aparcamos las burras… y tras elegir mesa exterior, descubrimos que en el árbol que le daba sombra habían no menos de un par de cientos de abejas paseándose por sus flores!!
Un argumento la mar de convincente para poner tierra de por medio, y tomar las de Villadiego hasta una mesa menos… concurrida…
Una menuda y simpatiquísima camarera nos atendió, nos tomó nota, y nos sirvió unas olivas la hostia de buenas… Que nosotros remojamos con vino mientras esperábamos los platos y celebrábamos una más que agradable conversación…
Los platos, sobrepasaron de largo cualquier pronóstico… Eran –más que estupendos- sensacionales!! Se notaba que por allí pasaba gente tripera como nosotros… je, je, je… Lo cual siempre es motivo de agradecer…
Botifarra negra –enormísima-, con panceta, huevos fritos y seques para mí… Lo mismo –sin botifarra- para Moli… Y cordero con tostada gorda para Fredy. Vino, gaseosa, sin, allioli… y ala! Que nos vayan detrás!!
Terminando los segundos cafelotes –y tras comentarle al camarero mis gustos con el vaso del carajata- el compañero Fredy anduvo un rato alimentando a Venca. Una hembra de galgo que tras ser abandonada por aquellos parajes, la buena gente de la casa habían acogido… Pero se conoce que no debían alimentarla demasiado bien, pues –aunque al principio costó que agarrara confianza a lo que le tiraba nuestro amigo- acabó devorando prácticamente cualquier cosa que éste le lanzara. Cachos de carne, pan tostado –con allioli y hasta con tomate-, y lo que fuera menester…!
Aunque seguramente, le debieron pegar –y mucho- en el pasado… Pues por mucha confianza que cogiera a la comida, en ningún momento se dejó acariciar. Ni tan siquiera permitía que te le acercaras…
De allí ya, pasamos a dentro a pagar. No sin el consiguiente mal entendido entre los pseudo-camareros del lugar, que no tenían ni idea de quién nos había atendido, de quién tenía la lista, ni de qué habíamos engullido… Pero bueno, felizmente, la menudita y simpática camarera apareció… nos cobraron… Y pudimos por fin, salir a buscar nuestras burras.
En aquél momento, el pseudo-camarero de los cafeles… que nos había felicitado hacía un rato por las burras…. Salió a ver cómo nos íbamos. Y aprovechó para comentar que poseía una Harley Davidson Dyna StreetBob, que con tres años y unos sesenta mil kilómetros… vendía por once mil euracos. Ah!! Si tuviera yo ese dinero….!!! Je, je, je… Pues el bicho –después de la Super Glide- me mola que te cagas!!
El regreso ya… Fredy fue a la cabeza –y así todos fuimos capitanes ese día-, decidimos regresar más directos que a la ida, pues como dije antes, era preciso llegar a casa prontico…
Llegando a Sant Jaume del Domenys, el primero en separarse del grupo fue Moli… que enfiló ara su Santa Oliva, a reunirse con su gente. Que aquél día tenían comida familiar.
Fredy y yo, tiramos para Banyeres del Penedès… y continuamos dirección Vilafranca.
Anduvimos ruteando un rato detrás de dos Harleys… a las que nos unimos en formación.
Llegando a Els Monjos, el amigo Fredy abandonó el grupo para encontrarse en esa localidad con un amigacho con el que comería tras echar una ojeada al mercadillo…
Y mi menda lerenda, siguió ruteando con las dos HD, hasta el desvío a la C-15. Donde me despedí de mis improvisados compañeros de camino… y enfilé hacia Canyelles.
De allí, como siempre, a buscar la C-32… y a La Blanca Subur!! Donde me echaría una duchita, me cambiaría… y me dispondría a currar esa tarde….
Ésta, fue una salida chula… con sus curvitas…. Con su almuerzo híper genial…. Y si bien no fue muy larga, ni llegamos demasiado tarde a casa, creo que nos sirvió la mar de bien para desquitarnos del mono motero que le agarra a uno tras una semana –o más- de secano kilometrístico…. Je, je, je…
Y nada… para casa, a esperar la siguiente!!
NaClu2!!!!
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