Por Jaqueton:
PRÓLOGO
En estos momentos –pasan cinco minutos de las doce de la noche, del sábado veinte uno de enero-, hace prácticamente una semana… me acostaba dispuesto a pasar –lo más rápidamente posible- una de las noches más largas del año.
En estos momentos… hace una semana que me acostaba ilusionado, emocionado… y con un cosquilleo en las pelotillas, que sólo lo puede provocar la agitación previa a una salida muy especial…
La Cabra Mocha!!
He tardado una semana en encontrar el momento para sentarme y posar mis torpes dedos sobre el teclado… pero por fin lo hago, dispuesto a relatar –cé por bé- los hechos que acaecieron el fin de semana del catorce al quince de enero… cuando unos cuantos de la colla nos dispusimos a vivir la tercera edición de éste especial evento que organizan los amigos de DruÏdes Moto Grup, en Sant Sebastià de Montmajor.
Un año más –y espero sinceramente no perderme nunca ninguna edición-, llegaba el que es –para mí- el evento de fin de semana más anhelado del año…!
La popular, ansiada, y venerada…
…Cabra Mocha!!!
Y éste año, después de vivir dos ediciones –digamos- suaves… por fin se esperaban temperaturas propias de una invernal de verdad! Que ya tocaba!!! Je, je, je…
Pues un frente polar se acercaba desde hacía días… y nos las prometía bien bajitas –las temperaturas-, para la noche del catorce al quince.
Así que después de preparar los calzoncillos con capucha, y los calcetines de cuello alto… me disponía a dormir la noche lo más velozmente posible, para llegar así cuanto antes a la mañana mañanuela del catorce.
Y llegó!!
CAPITULO 1
PRIMER PUNTO DE ENCUENTRO: VILAFRANCA
Aquella mañana me levanté a eso de las cinco y veinticinco –poco más o menos-, saltando salvajemente de la piltra… con intención de hacerme un cafelillo… para saborearlo con el pitillín, al tiempo que deseaba los buenos días en el foro.
Cafetín, cigarro… muñequito de barro, y ya tenemos media faena lista…!
Duchita… afeitadita… y a ponerse capas!! Je, je, je…
Pantalones térmicos… calcetines con calefacción… camisetas de Sherpa, para subir al Everest… capas y capas de una cebolla, que debía protegerme del infernal –y esperado- frío que pasaríamos ese fin de semana.
Y como quien no quiere la cosa… llegó la hora del primer encuentro! Así que pillé la carnaca de la nevera… -únicos bártulos que no descansaban en la burra desde la noche anterior-, y tras despedirme de mis dos tesoritos… salí de casa poniendo rumbo al parking, donde debía encontrarme con el amigo Tito.
Para así –juntos- encarar nuestras proas a Vilafranca del Penedès.
Llegué al parking… y con sincronismo británico, coincidía con nuestro Capitán de Ruta a la entrada del mismo.
Coloqué la carne en la alforja que había dejado vacía para esos menesteres… mientras el compañero guardaba su camioneta en la segunda planta. Y en pocos minutos, los motores de ambas burricas –cargadas como es menester para la ocasión- rugían feroces, calentando aceite y pistones… y preparándose para una ruta tan poco habitual, como esperada.
Y es que ellas también sabían que esa no iba a ser una ruta al uso…! Je, je, je…
Sobre todo la mía. Que por primera vez, vestía manoplas... que me había dejado el compañero Guillem.
Manoplas que habían de servir para probar si esos artilugios son aconsejables, cómodos, prácticos, y calientes… Pero yo, que el día anterior no atiné mucho en la colocación… y al dejar alguna vía de entrada de aire, no me fié del resultado… me llevé –dejando en casa los de verano- los guantes de invierno.
Craso error!
Pues claro, como comprobaría poco más tarde… la única pega de las manoplas iba a ser precisamente conducir con unos guantes demasiados gruesos… Ya que el tema “temperatura”, quedaba sobradamente aprobado con ese invento que ya utilizaban nuestros picoletos… hace cuatro y cinco décadas…!
Alrededor de la ocho de la mañana… Tito y mi menda lerenda, salíamos del parking poniendo rumbo a la capital de l’Alt Penedès.
Salimos de La Blanca Subur… pillando la C32, que empalmaría con la autovía recién estrenada –hace apenas unas semanas-, y sin llenar depósitos… llegaríamos a nuestro querido Monterrey.
Primer punto de encuentro de ésta salida… y donde debíamos encontrarnos con el compañero Pitu…!
La rutilla… tranquila. Frescota… pero sin llegar a ser ni más o menos fría que cualquiera de las anteriores salidas.
Pero lo suficiente –eso sí- para notar la diferencia abismal que hay entre llevar o no llevar manoplas… Pues –aunque con mis guantes rara vez se me congelan las patas delanteras-, con el bienhallado artilugio… me sudaban!
Y eso es un hecho que confirmó el amigo Pedro, cuando al saludarle efusivamente a nuestra llegada a la Sede… exclamó:
- “Tu traes las manos calientes!”
Y bueno… sin voluntad de adelantar acontecimientos en este relato… diré que no tardaríamos mucho en comprobar que las manoplas no sólo son aconsejables… sino que mis compañeros de ruta acabaron emulándome, pillándose unas –cada uno- en Martorell.
Pedimos los acostumbrados cafelotes… y tras libar frugalmente mi carajillote de ron, me salí a la calle a echar un pitillo mientras esperábamos la llegada del tercer compañero de ruta. Cigarrillo que me fumé al frescote mañanero, porque yo, que soy de al lao de Bilbao –a seiscientos kilómetros- me dejé la chupa dentro…
Y en ese momento –por si no teníamos claro que iba a hacer frío-, me llamaba K-RloteS. Que desde Castellbisbal… me comunicaba que allí el termómetro marcaba cuatro grados negativos! Y que para mear… era menester sentarse por no mojar los pantalones… je, je, je…
Qué feliz noticia!
Por fin íbamos a vivir una Cabra Mocha invernal de verdad…!!
Llegó el compañero Pitu, que se traía uno de esos sacos de alta montaña… que ya pueden caer chuzos de punta, ya… Que uno –ahí dentro- ni se entera…
Cafeteó… Charlamos un ratillo… Y cuando se acercaban las nueve de la mañana –hora programada para la salida oficial desde la Sede-, salimos los tres para fuera… dispuestos a poner en marcha los motores de nuestras respectivas, mientras acabábamos de acomodar las últimas capas de esa cebolla, compuesta por nuestros atuendos…
Soto cascos… guantes… bragas… soto guantes… Chupas apretadas sobre las camisetas, camisas de leñador, polares, etc. Y ya estábamos listos para atacar la primera parte de la ruta!
Arrancaba pues, oficialmente, la salida de AMICUS Moto Grupo, hacia…
…La Cabra Mocha 2012…!!!
CAPITULO 2
SEGUNDO PUNTO DE ENCUENTRO: MARTORELL
Capitaneados por el inefable Tito… salimos de la Rambla de la Girada, yendo a buscar a nuestra vieja amiga N340.
Saludamos a un grupete de moteros que se encontraban en la salida de Mare Ràfols… y encaramos -tras pisar brevemente la C15- la carretera a Sant Sadurní d’Anoia.
El grupete –aunque pequeño- ya estaba perfectamente ordenado…
Delante, nuestro Capitán. Que a lomos de su Águila negra… y armando con ge-pe-ese para la ocasión… nos guiaría a lo largo de todo el trayecto…
Detrás, nuestra Moto Escoba. Que protegiéndonos, y manteniendo un grupo compacto… abriría incorporaciones, y vigilaría –junto al Capitán- que todo en el grupo marchara correctamente.
Y en el medio… un servidor! Que cumpliendo con las tareas de moto lenta… moto con paquete… y moto rápida… iría alternando entre unas y otras, frenándome aquí… acelerando allá… y en todo momento, disfrutando de uno de los placeres más básicos e indescriptibles de éste mundo motero que nos enamora:
La ruta con amigos…!!
Cruzamos tierras de Sant Sadurní… y tras recorrer gustosamente una carreterilla angostilla… encaramos hacia Masquefa. Carretera que pillamos a muy buen ritmo… bajando raudos cual relámpagos, hacia Martorell.
Llegamos así al norte del Baix Llobregat… entrando triunfantes, en la ciudad de nuestros grandes amigos:
Moto Grup El Mussols…!
Con quienes compartiríamos gran parte de la noche… y de la fiesta!!
Entramos en Martorell… y tras bajar hasta la Pça. del vi… tiramos hacia una gasolinera cercana. Y allí, encontramos al resto del grupo que nos faltaba…!
K-RloteS!!!
Que al lado de su pequeña Eliminator… nos esperaba –pitillico en mano-, para echar todos juntos el cafelote… je, je, je…
Y lo echamos!!
Pero no en el bar de la gasolinera –como ha sido siempre nuestra costumbre-, no…
Pues allí, el pasado doce de octubre, se negaron a servirnos unos bocadillos… por considerar que no era hora de pedirlos. Y teníamos que tirar de pizza, llesques, o directamente de carta.
Y me juré que si el dinero de los bocadillos no era bueno para esa GENTUZA… tampoco lo iba a ser el de los cafelotes mañaneros…
Así que fuimos a cafetear a un bar que está justo al lado… donde el pasado doce de octubre, nos pusieron unos bocadillos la mar de buenos, y donde le atienden a uno más que bien… de puta madre…!
Antes, eso sí… pitilleamos junto a nuestro amigo de Castellbisbal, comentando el tema estrella de la mañana:
La temperatura.
Comentando lo bien que habíamos ido en la ruta… y lo bien que me habían ido a mí las manoplas…
Con lo cual, después de cafetear como es debido… Por quórum, decidimos ir en busca de un garito de ropa motera, donde pudieran vendernos unas manoplas.
Saliendo del bar, tiramos –guiados por el consejo de uno de los parroquianos- un par de calles más arriba, donde encontramos el garito donde –presumiblemente- nos las venderían. Pero no fue así.
El hombre se excusó alegando que es un producto de muy poca salida… y que por eso no figuraba en su stock.
Así que regresamos a las motos, con intención de emprender la siguiente etapa de la ruta. Pero llegando a ellas… el compañero Tito sugirió ir a preguntar a una tienda de motos que había un poco más adelante. Y allí –albricias-, encontramos lo que buscábamos…!
El vendedor –Juan- nos comentó que tenía dos tipos de manoplas:
Unas semi-rígidas de la casa Givi… y otras –de las que no recuerdo la marca-, rígidas… y con un sistema innovador que nos iba a enamorar. Y así fue…
En una Vespa que tenía en exposición… colocó una pieza de plástico que se adapta y acopla al puño, y metiendo en la rígida manopla el puño y la maneta… atornilló a la manopla la pieza que acababa de acoplar al puño.
Quedando ésta –la manopla- perfectamente ajustada a la moto… y lista para su uso.
Faltando sólo fijar una goma que trae para seguridad… al espejo –por ejemplo.
El hombre -por comparar-, nos sacó también las manoplas de la casa Givi. Pero después de tamaña demostración de práctico montaje, no había comparación posible...
Y si a todo esto le sumamos, que nos ofrecía un descuento del diez por ciento… convirtiendo los cuarenta y siete euros del precio, en cuarenta y dos… Era la gota que faltaba para colmar el vaso de la decisión, que hizo que Tito, Pitu, y K-RloteS, sentenciaran finalmente:
- “Me las quedo!”
Al unísono emocionante, del que sabe que no pasará más frío en las manos…
Justo después, eso sí… de la intervención negociante del Capitán, que hizo que los cuarenta y dos perdieran el apellido, y se quedarán en cuarenta eurotes, redondos redonditos… je, je, je…
Así que los cuatro –pues yo no iba a dejar a mi pequeña solita-, nos fuimos a buscar nuestras burras… para que así –en las mismas puertas del garito- cada cual pudiera poner su juego de manoplas en el manillar.
Aunque la única moto que pasó al interior, fue la de Tito. Y en ella, pudimos ver con qué maestría colocaba Juan las manoplas… recortando el artilugio del puño, porque los de Tito están cambiados, y son más gruesos de lo común.
Y cuando ya estaba claro el método a seguir… cada cual hizo lo propio con la suya –Pitu con la ST7, K-RloteS con la Eli-, para terminar cuanto antes con el montaje de las fantásticas manoplas…
Cabe destacar que en éste punto… la intrépida Águila Negra de Tito, se plantó –cual mula en los campos- y no le salió de los cojones arrancar…
Así que mientras Pitu y K-RloteS terminaban de “vestir” los manillares de sus niñas… Tito y yo le dimos unas vueltas a su pequeña, hasta que conseguimos que sus pequeños pistones ronronearan de nuevo, ávidos de ruta y kilometraje…! Ole, ole, y ole…!! Je, je, je…
Luego ya… llenamos depósitos… y tras asegurarnos en qué dirección partir, salimos de Martorell con intención de no parar hasta la hora de comer.
Que si la cosa iba a ir como el año pasado… sería –como la última vez-, en Castellar del Vallès.
CAPITULO 3
NOS VAMOS A COMER.
La idea era salir de Martorell… y tras encarar Terrassa, cruzarla de la forma más ligera posible.
Así que capitaneados por Tito… salimos K-RloteS, mi menda, y Pitu… en búsqueda de nuevos asfaltos, por los que gastar parte de nuestro caucho…
Tiramos para Terrassa… y el cruce de la urbe fue realmente tedioso. No tanto –cabe destacar- como el del año pasado. Pues en aquella ocasión –como recordaran los apasionados lectores- tuvimos que hacerlo sorteando obras… y bajo un solete que nos calentaba las pelotas cosa mala.
Pero bueno, lo cortés no quita lo valiente… y nunca es plato de gusto –tratándose de moteros de rancio abolengo como nosotros- cruzar ciudades… sometiéndonos a semáforos, cedas, pasos cebra, y demás tocadas de polla, que no sólo coartan las ansias de ruta de nuestras niñas… sino que le desesperan a uno, bebiendo los vientos… soñando con carreteras abiertas, extensas, y repletas de emociones…
Pero las carreteras llegaron…! Vaya si llegaron!!
Casi sin darnos cuenta, salimos de Égara… y nos encontramos ruteando libremente, a lomos de nuestras pequeñas, poniendo rumbo a Castellar del Vallès.
No es que fuera una ruta muy larga… Y a decir verdad, por al hora que era, teníamos más hambre de papeo rico-rico, que de kilometrillos… Pero con qué gusto le da uno al gas, después de atravesar una ciudad como Terrassa…! Je, je, je…
En un periquete, nos encontrábamos entrando en Castellar del Vallès. Y aunque cualquier mono con un mapa hubiera dicho que la ruta lógica a seguir hasta Sant Sebastià de Montmajor, era tirar para Sentmenat y Caldes… nosotros -que somos así de chulos-, preferíamos dar una suculenta vueltecilla al mapa…
Y teníamos claro que nuestro siguiente destino iba a ser:
Sant Llorenç Savall.
Así que cuando vimos el cartel que indicaba la dirección a seguir para Sant Llorenç… acordamos que pararíamos a comer en el primer garito que viéramos.
Y ese… fue el acuerdo más acertado que podíamos haber hecho…!!
Porque en el primer garito que encontramos… comimos de putísima madre…!!
Fuah!! De coña… es poco. Comimos… que te cagas!!
Tanto… que es muy probable que cualquier día propongamos una salidilla en el foro, sólo por ir a almorzar a ese sitio…! Je, je, je…
El primer chirimbolo con el que nos encontramos… fue un bareto esquinero que –como no- se llamaba “La Cantonada”.
Justo en frente del cual… había un parquecillo entre bloques, donde poder aparcar las burricas holgadamente.
Entramos… juntamos dos de las mini-mesas que allí tenían… y tras pedir unas cervezotas y unas coca-colas, elegimos los bocadillotes más apetecibles de la lista. Lomo, bacon, panceta… (Alimentos moteros donde los haya…)
El tipo nos puso unas riquísimas olivas arbequinas… que volaron de la mesa en un visto y no visto! Pero nada que ver con los bocadillos…!! Riquísimos…!!! Buenísimos!!! Tanto… que el compañero Tito y yo, repetimos compartiendo un nuevo bocata…! Je, je, je…
Luego ya, el hombre hizo morros… y nos puso un platico. (Salados, como su puta madre! Pero tan güeños… que no los dejamos ni enfriar…!) Y finalmente, como en el tablón anunciaban riñones al jerez, callos, y alitas… K-RloteS preguntó al respecto… pidiendo las dos últimas raciones de alitas que quedaban, con la sana intención de compartirlas con Pitu.
Pero tan buenas estaban… y tan apetitosas olían… que allí “pecamos” los cuatro, poniéndonos hasta el culo, como el mismísimo Quico…!! Ja, ja, ja...
Y nada… pitillín en la puerta del garito, los que fumamos… cafelotes sobremeseros… y la sorpresa mayúscula, cuando pedimos la cuenta… al comprobar que repartiéndola a escote, apenas alcanzábamos a tocar once o doce eurotes por barba!
Qué buen sitio habíamos descubierto! Sí señor…!!!
CAPITULO 4
LA RUTA FINAL.
No eran más de las tres menos cuarto de la tarde, cuando subíamos de nuevo a las burricas –con el estómago lleno como una calabaza madura-, dispuestos a afrontar la que iba a ser la ruta más curvera y “durilla” de todo el trayecto.
Y es que el año pasado… la vueltecilla que dimos desde Castellar hasta el destino, fue rodando por una carreterilla en la que cabía destacar sólo dos características:
La cantidad de curvas… y la impresionante “humedad” que cubría la carretera. (Talmente como si lleváramos delante un camión cisterna con el grifo abierto…!
Pues eso… Que subimos a las niñas, montando de nuevo el grupete de ruta… y nos dispusimos a emprenderla, poniendo proa a nuestro siguiente pueblo en la lista:
Sant Llorenç Savall.
Lo primero a destacar, que la obstinada humedad reinante del año pasado… en ésta ocasión brillaba por su ausencia. Pues –aunque en algún que otro recodo podíamos encontrar “agüilla”…- la carretera se presentaba ante nosotros seca sequita secota…
Tiramos por la carreterilla… encarando curva tras curva, a un ritmo la mar de tranquilote.
Ritmo que nos permitía disfrutar del hermoso paisaje que nos ofrecen las tierras del Vallès… Y que si no fuera porque teníamos destino al que llegar, en más de cuatro rincones era para parar, montar las tiendas, y pasar la noche…!
Pasamos Sant Llorenç… y tiramos para Gallifa, atravesando idénticos parajes a velocidad y ánimos iguales. Buen ritmo… y mejores vistas…!
Aunque he de decir que para entonces… mi pierna anarca empezó a tocarme las pirindolas, con sus –acostumbras ya- “rampas ruteras”…
El músculo del muslo se me montaba cual John Wayne en su brioso corcel… y yo me retorcía del dolor sobre la burra, sin saber cómo y dónde meter la pezuña para que se aliviara el mal. Pero paró…! Pues tal como vino… se fue.
Y pude seguir ruta, sin más preocupación que seguir al grupete… disfrutando de esa rutilla de tarde, que tan a gusto nos estábamos pegando…
Pero… una vez cruzamos Gallifa y encarando para Sant Feliu de Codines… mi pierna fascista -que se sentía envidiosa de la anarca-, arrancó con calcada dolencia… montando ella también el músculo del muslamen, y provocando –si cabe- mayor dolor que la otra.
Y ahí sí que ya no pude más…
Estábamos llegando a Sant Feliu. Y empezando a cruzar el pueblo, pedí a mis compañeros –entre pitadas e intermitentes-, que paráramos. Pues la verdad… eso de martirizarse voluntariamente, no va conmigo…
Con lo cual… paradica estratégica, con pitillín charlero… y oportunidad fantástica para aliviar el bajo vientre con cuatro pedotes bien “lanzaos”. (Que como veríamos en pocas horas… esa facultad pedorrera, la ostentábamos –y disfrutábamos- todos y cada uno de los integrantes del grupo… je, je, je…)
Luego ya –como quien dice- nos quedaba “sólo” la parte final de la ruta… Pero con la experiencia de los dos primeros años, pedí a Tito que el entrar en Caldes de Montbui –que era el siguiente pueblo en nuestra caprichosa trayectoria-, aminorase la velocidad al pasar una gasolinera que aparecería a mano facha.
Salimos de Sant Feliu, con los ánimos renovados… y la ilusión por llegar, cada vez más angustiada.
Encaramos la carreterilla… que en un momento se convirtió en una carretera la mar de llana y abierta, y nos permitió subir un poco –bastante-, la media del ritmo de rodada… y en menos que canta un gallo, ya nos tenían vuestras mercedes entrando –triunfantes- en Caldes de Montbui…!!
La ruta, ya empezaba a oler a finiquitada… a pesar que todavía quedaba el tramo más “jodido”… je, je, je…
Como vaticiné, pasamos una gasolinera… y poco más adelante, temiendo pasarnos de largo, pité para que paráramos en una salida que rezaba “Caldes Centre”. Y allí, parados… se encontraban unos compañeros moteros, cuya olla cogida con pulpos sobre el depósito de una de las burras, les delataba como futuros visitantes –como nosotros- de La Cabra Mocha…
Así que les preguntamos… y nos certificaron que íbamos bien. Era cuestión de tirar recto… y en el siguiente cruce, doblar a derechas… encarando El Farell.
Última aldea que por la que pasaríamos… antes de llegar a nuestro definitivo, ansiado, y anhelado destino:
Sant Sebastià de Montmajor…!!
Comentamos con Tito la necesidad de reducir bastante el ritmillo… en previsión de sustillos como los del año pasado. Y así, atacamos con ilusión y coraje infinitos, los últimos doce kilómetros de la ruta!!
Los ocho primeros de subida… y los últimos cuatro de bajada.
Pero todos ellos, cargados de curvas, curvitas, curvotas… y curvazas…!!
En cualquier sentido…
En cualquier orientación…!
Y dejando a un lado –aunque era difícil poder descansar la vista sobre el paisaje-, unas vistas preciosas… que mostraban a las claras, la altura que estábamos ganando…
Como dije antes, la humedad impertinente del año pasado, éste año se tornó “intermitente”. Apareciendo en raras, y muy contadas ocasiones…
Pero las más de ellas, se reservaban para los últimos cuatro kilómetros de la ruta.
Los de bajada… los de las curvas… Y los del final del asfalto…!
Pero bueno… el ritmo que llevábamos nos permitía tomar cualquier imprevisto con calma y tranquilidad… y antes de que nos diéramos cuenta, pudimos empezar a adivinar entre los árboles, los primeros multicolores de las tiendas de campaña de la peña…!
Ya habíamos llegado!!
Ya estábamos en Sant Sebastià de Montmajor!!!
Ya estábamos… en La Cabra Mocha!!! Ole, ole, y ole…!!!
CAPITULO 5
ACAMPAMOS.
Lo primero que hicimos al llegar… fue aparcar las motos en un lado y otear el emocionante espectáculo que ofrece cualquier concentra de dos días... cuando uno llega y se encuentra con mogollón de tiendas multicolor, acampadas aquí o allá… presagiando lo que será –en breve- un formidable campamento motero.
Como digo, algo realmente emocionante…
Pues aunque serían cerca de las cinco de la tarde… ya había un buen numero de compañeros -más madrugadores que nosotros-, que habían llegado allí -seguramente a lo largo de la mañana- para comer con los amigos Druïdes en el campamento. (Algo que nos podemos proponer un año de estos… Pues tampoco estaría mal una rutilla más rápida y mañanera, a cambio de más tiempo para retozar en la yerba... je, je, je...)
Justo después de parar las burras, comprobamos que el lugar donde acampamos el año pasado todavía estaba libre… Así que propuse -ya que para la puesta del sol faltaba uno poquillo- dejar las motos allí, e ir al tenderete de Druïdes a comprar los pins, los anuarios –recordatorios-, y como no… echar las primeras cervecillas de La Cabra Mocha…!
Y eso es exactamente lo que hicimos!
Tito y Pitu, compraron el pin y el anuario dos mil doce. Pues ambos se estrenaban en éste pedazo de evento que tanto enamora...
K-RloteS se pilló el anuario dos mil doce… más el pin y el anuario dos mil once. Pues el año pasado no lo pilló…
Y yo, me agencié el anuario dos mil doce, y el anuario dos mil diez. Ya que el primer año no lo pillé... y era el único que me faltaba para certificar que he estado en todas las ediciones de "La Cabra".
Aparte, claro está… nos pillarnos cuatro cervecillas –como cuatro soles- que nos refrescarían los atribulados gaznates…!
Lo que no sabíamos... es que cuando uno se pilla los pins, Druïdes le invita a un vasico de calentito y apetecible caldete!! Así que también nos pillamos el caldo mientras nos echaban unas fotillos… Y ya -de paso- nos apuntaron al concurso “Culo de hierro”…!!
Apuntaron nuestros nombres, montura, y matrícula… Y Mónica –integrante de Druïdes- nos acompañó hasta las niñas para apuntar -in situ- los kilometrajes totales que marcaban los cuentakilómetros de las mismas.
Ya que el concurso trata –como su nombre indica-, de entregar un premio –consistente en una figurita simpaticorra- al motero cuyo “culo de hierro” haya pasado más tiempo sobre el asiento de su burra… y así, acumule más kilometrillos entre ésta edición y la próxima, de La Cabra Mocha.
Así que para el año que viene… vamos a hacer muchos, pero que muchos kilómetros compañeros…!!! Je, je, je…
Una vez realizados los trámites... y beberciados los calditos calentitos y reconstituyentes… atacamos las frescotas cervecillas.
Saludando a unos y a otros… y sintiendo ya –por fin- que nos encontrábamos en plena concentra… Y por lo tanto, que no teníamos que pensar en conducir –por lo menos- hasta la mañana siguiente…
Pero una rápida ojeada a “nuestro rinconcito”, nos hizo descubrir que ya se acercaba peña con intención de acampar… así que decidimos tirar para allí y quitarnos de en medio la última tarea a realizar, antes de poder dedicarnos total, plena, y simplemente, a disfrutar del momento…
Arrancamos las burricas… pasamos de largo un pedrolo gigante que nos sirve de guía en la noche, a la hora de buscar las tiendas… y llegamos al mismo lugar donde –hace ahora un año- acampábamos K-RloteS, Canadian, Ceberrilla, Núria, Pep, y yo.
Ciertamente, una vez allí… tuvimos algunas dudas sobre el lugar exacto donde ubicar las tiendas… pues Tito y Pitu, optaban por dejarlas al inicio del bosque… para así tener un lado del mini campamento, cubierto a posibles vientecillos nocturnos.
Pero la inclinación del terreno… y el hecho de haber acampado allí el año pasado, hizo que K-RloteS y mi menda lerenda, optáramos por ubicarlas unos metros más allá.
Quizá no tan protegidos contra el viento... pero donde el terreno era sensiblemente más llano. Y donde la experiencia nos decía... que nada perturbaría nuestro sueño cuando tiráramos –si finalmente tirábamos- a dormir, a altas horas de la madrugada… sensible y sinceramente borrachetes… je, je, je…
Y si además tenemos en cuenta que el compañero de Castellbisbal había hablado con nuestro vecino más inmediato, para que corriera su tienda -aún sin montar, obviamente- unos palmos más al norte… la cosa estaba clara:
Acamparíamos exactamente donde el año pasado.
Que si después de hacerle correr la tienda, no acampamos allí… el vecino, fijo que nos hubiera mirado con odio el resto del finde…! Je, je, je…
Pero no fue así. Lejos de odiarnos… nos trajo un pack de seis latas de cervecilla para que –según él- empezáramos todos juntos “la fiesta”…!!
Y eso es lo bonito de estos sitios… La franca camaradería que se respira, cuando alguien a quien no conoces de nada, y con quien “sólo” te une este amor que sentimos todos por la moto… Te trata, no sólo como si te conociera de toda la vida... sino como si fuerais amigos desde la más tierna infancia!
Elegido ya el lugar adecuado para ubicar las tiendas… nos liamos a desempaquetar las burricas, y deshacer los trastos que en los días precedentes habíamos montado con tanta ilusión.
K-RloteS, en alarde infinito de quien ostenta una “Two seconds", lanzó su tienda al aire... y antes de que ésta tocara el suelo, ya estaba montada...!
Bueno... estaba montada de una forma –cuanto menos- curiosa… Pero montada al fin y al cabo.
Así que Pitu y él, que eran los que dormirían en ella… se liaron al montaje y afianzamiento de la misma…
Tito y yo -sin embargo-, que llevábamos una tienda más rústica… arrancamos con el montaje de la base… pasando varillas aquí y allá.
Atando hilos, clavando piquetas, y siendo ayudados –también- por el amigo Pitu.
Y poco a poco… en la medida que el sol se iba escondiendo por el horizonte… fuimos dando forma a un campamento de una noche, que nos daría cobijo infinito bajo el manto de estrellas que se iba formando en el firmamento…
Un compañero de Druïdes –si mal no recuerdo, Chappy-, se subió al pedrolo gigante que comentaba antes, y desde allí... nos echó unas fotillos…!
Fotillos a las respondimos echando también las nuestras… compartiendo así un momento entrañable.
Tanto, como los abrazos que con dimos con él, mientras nos daba la bienvenida...!! Pues el amigo formaba parte de "la parte" –valga la redundancia-, de Druïdes a quienes todavía no habíamos tenido ocasión de saludar…
Le saludamos… nos dio la bienvenida… y cuando le pregunté por los amigos de Moto Grup Els Mussols, nos comunicó –con inmensa alegría por nuestra parte- que se encontraban acampando exactamente en el lado opuesto del campamento. (Recordemos que Mussols ya han tenido el placer de pasar más de una noche conmigo cerca… y mis ronquidos para ellos, son bien conocidos…! Je, je, je…)
Así que apretamos el culo… y seguimos con lo nuestro para poder –cuanto antes- ir a saludar a nuestros amigos…
Las tiendas ya estaban montadas y afianzadas como es debido. Los colchones –de aire algunos, de esterilla otros- colocados en su sitio… y los sacos de dormir, en lo alto… esperando el momento –lejano todavía- de ser usados.
Ya sólo quedaba dejar los trastos ordenadamente en las tiendas… y colocar –en el porche de la mía, donde seguro que la brisilla que pasaría por debajo, lo mantendría todo fresquillo...- las cervecillas, JB, Ruavieja, Coca-colas, Shandy, botifarres, morcillas, pollo, pan, etc. Que se irían gastando a lo largo y ancho de la noche…
El año pasado –en este punto- echamos unos carajillotes para entrar en calor.
Carajillos que preparamos con un termo de café traído de casa, por desconocimiento del bareto que se encuentra en Sant Sebastià…
Pero como a la mañana siguiente conocimos el bareto de marras… éste año ya decidimos que de tomar un carajillo, lo haríamos en el barecillo en cuestión. (Si bien es cierto que íbamos preparados para hacer en cualquier momento unos cafelotes, calentando el agua -en un cazo- en la hoguera...)
Pero si tenemos en cuenta que el amigo K-RloteS andaba corto de tabaquillo… la cosa ya era un hecho:
En terminar el montaje… partiríamos raudos –antes de que cerraran- a tomar cafetito… comprar tabaquillo… y arrancar –ya totalmente instalados- con la noche que justo empezaba en esos momentos…!!
Así pues… justo cerrando la cremallera de las tiendas, y asegurándonos de llevar encima todo lo necesario para ir a saludar a Mussols, y tomar cafelito… dimos por terminada la tarea de montaje de las tiendas, y pudimos decir con orgullo que:
Arrancaba La Cabra Mocha!!! Je, je, je… Ole, ole, y ole...!!!
CAPITULO 6
LA CABRA MOCHA.
Tito, Pitu, K-RloteS, y yo… Cuatro jinetes con las burras aparcadas en batería, vigilando sendas tiendas… éramos en esos momentos, como los niños que recién se bajan del autocar al llegar a la casa de Colonias…! Je, je, je…
Todo ilusión y esperanza… Emoción, y ganas de pasarlo de puta madre…!!
Y para pasarlo de puta madre, justo al arrancar una noche… lo mejor, un carajillo!!
Así que dejamos las tiendas… y nos fuimos para Sant Sebastià…
Antes, esos sí… pasaríamos por las tiendas de Mussols –que también justo terminaban de montar- a saludar a nuestros grandes –gigantes- amigos…!!
Allí estaban Rafa, Ana, Jordi, Pep, Núria, y Christian…!!!
Besos, abrazos, arrumacos, y cariñitos… propios, no sólo de la ilusión de verles –que era infinita-, sino también de las ganas de pasar la noche juntos –que no revueltos- disfrutando de un evento como ese…
Y es que… la noche nos deparaba grandes y hermosos momentos juntos, que teníamos que recordar durante mucho, mucho tiempo…!! Je, je, je…
Seguimos pues nuestra ruta hasta el bar… y llegando a él, caímos en la cuenta de algo que no habíamos pillado en las tiendas... y que seguro que a esa hora, nos iba a hacer falta:
Las linternas!!!
Así que para después de los cafelotes, ya sabíamos dónde íbamos a ir…
Pues hasta esa hora, uno todavía podía otear donde ponía las pezuñas. Pero en pocos minutos... no se iba a ver tres en un burro, pues la luna -en cuarto menguante como estaba- iluminaba menos que un candíl sin aceite...
Entramos en el garito, pedimos cafelotes… y K-RloteS se enteró de algo que desanima al fumador más pintado…! No venden tabaco!!!
Y no sólo eso, no...
Sino que encima, la distancia mínima hasta el establecimiento más cercano donde lo vendan, son los doce kilometrajos de curvas en subida y bajada, que habíamos recorrido en el tramo final de la ruta…!!
Cualquiera diría –al llegar a este punto- que era una ocasión perfecta para quitarse de fumar, no…? Pues no.
Era una ocasión perfecta para darse de patadas en los huevos, por no haberse acordado de comprar…!! Je, je, je…
Menos mal que Núria y Ana también estaban allí cafeteando… y Ana, traía tabaco –no de sobra, pues llevaba su paquete…- pero nos comunicó que en la tienda tenía otro de reserva que –en principio- no iba a fumarse…
Y ahí, nuestro amigo, respiró aliviado…
Bueno, yo también llevaba tabaco… y bien sabe Charlie que teniendo yo, no le faltará… Pero sabiendo que los había hechos y empaquetados, respiró más tranquilo… je, je, je…
Cafeteamos tranquilamente, haciéndonos pajillas mentales sobre qué haríamos en salir de allí.
Ana y Núria, que ya se habían tomado los cortadillos… partieron en busca del resto de su colla.
Y nosotros, unos minutos más tarde… partimos también, en busca de nuestras linternas…
Cruzamos el campamento… mentándonos los dioses por la mala cabeza que habíamos tenido al no acordarnos de las linternillas… y rezando por no pisar algo blandito antes de llegar...
Pero bueno, como dice aquél... "no hay mal que por bien no venga, ni bien que por mal no vaya", pues una vez en las tiendas, aprovechamos la ocasión para pillar –además de las linternuelas- una de las cervecillas de litro… je, je, je…
Otra cosa que hicimos nada más llegar a las tiendas... fue “admirar” que a pesar de la hora que era, -las siete y media de la tarde- las tiendas ya empezaban a tener escarcha en todo lo alto…!!
Y si tenemos en cuenta que en el AMOTOnamiento -que fue en Ulldemolins, el febrero del año pasado-, la esperada escarcha no apareció hasta las nueve y media pasadas… Todo apuntaba que efectivamente, éste año La Cabra Mocha iba a ser una concentración invernal en toda regla!! Je, je, je…
Pues, como nos dijo Chappy:
- “Este año hemos comprado el frío…!!”
La gente ya se arremolinaba alrededor de la hoguera…
Unos, sacaban pinchitos de queso, fuet, botifarra… y otros se metían unos lingotazos de tomo y lomo.
Algunos le daban al canuto… (Pues de vez en cuando olía a “matuja” de la buena…) Y otros, echaban el pitillo pensando en sus cosas…
Los más... distrayendo el ratillo con conversas intrascendentes, o "pelando la pava" con la novia, la mujer, o la amiga.
Pero todos, absolutamente todos, andábamos embobados mirando las llamas arder… mientras se comían poco a poco los terribles troncos que los amigos de Druïdes iban echando a la descomunal hoguera, que se iba formando desde vayan vuestras mercedes a saber, qué hora del día…
Era el momento de saludar a unos y a otros…
De reencontrarse con amigos y conocidos de otros años -o de otras concentras…- que como todos los que allí estábamos, acudían a una de las concentraciones más especiales –en cuanto a intimidad y armonía- que se montan.
Era el momento de verse las caras iluminadas sólo por la hoguera…
De descubrirnos ante el manto celestial de estrellas que nos habían montado para cubrir tanto esplendor.
El momento –en una palabra- de sentirse en comunión –unos con otros- ante la hoguera que todo lo purifica...
Unos con la botella… otros con el canuto.
Unos con el pinchito de queso manchego remojado con vino… y otros con un bocado de fuet en la boca.
Algunos –como yo- con un trago largo a la litrona que compartía con los compañeros… Otros, con un buchito a la petaca rellena de cualquier licor o aguardiente.
Pero todos. Repito, todos… sentíamos en esos momentos que realmente, el resto del globo no existía...
Que en los escasamente cien o doscientos metros cuadrados -sin contar las tiendas- que englobaban la hoguera, el tenderete de Druïdes, las parrillicas huérfanas de brasa para la cena, y el centenar –más o menos- de amigos que allí estaban… se resumiría nuestro mundo por una noche.
Y es que… queridos amigos… creo firmemente que esa es la esencia de todo encuentro motero, invernal, e íntimo:
Encontrarse en la naturaleza… carentes de focos, de tiendas de parches y hebillas, de música “bafleada” y “enlatada”, de escenarios, y recintos vallados…
...y disfrutar -unos con otros- de la compañía… de la conversación… y de una hoguera comunitaria que a todos nos ilumina. Que a todos nos da calor…
Eso es La Cabra Mocha...! Un encuentro natural... para amigos de verdad...
Uy, uy, uy... que me pongo trascendente, y todavía no toca...! Je, je, je...
Allí estábamos todos alrededor de la hoguera, pasando el rato... contando chistes, y llegando -poco a poco- a la hora de la cena.
Hora que no viene marcada por reloj alguno que no sea el biológico... pues a pesar que podría decirse que prácticamente todo el evento, uno u otro anda asando carnaca... siempre hay un momento en que "parece" que todos se ponen de acuerdo, y aquello empieza a oler a pitanza que no veas...!!
Y el momento llego...
Llegó... pero las brasas todavía no estaban listas! Pues éste año prácticamente la totalidad de los maderos que se echaron a la hoguera, eran troncos de esos gordos, gordos... De esos que tardan bastante en descomponerse en diamantillos abrasantes...
No como el año pasado en que había mucho palé... de ese que arde con llamas que todo lo queman. Y con troncos de mucho menos calibre, se consiguen copiosas brasas para todos.
Pero éste año no fue así. Y a pesar de tener las parrillas a punto para ponerlas alrededor de la hoguera... éstas no se pusieron. Pues -como digo- todavía no se adivinaban brasas suficientes para alimentarlas a todas.
Así que los relojes "biológico-estomacales" de la peña se pusieron en marcha... pero no fueron secundados por la hoguera. Que a pesar de ser enorme y generosamente calorífica... no era lo suficientemente "vieja" como para darnos aquello que nuestras carnes más sensibles pedían:
Brasas.
Los amigos de Mussols -con quienes compartíamos espacio ante la hoguera-, empezaron a hacer viajes a las tiendas... trayéndose el papeo. Así que nosotros, les emulamos haciendo lo propio también....
Y nos fuimos a buscar las morcillas, las botifarres, las olivillas, y las patatuelas... El pan... y alguna cervezota.
Bueno, cervezota... bebimos bien poquita, pues los compañeros de Martorell empezaron a sacar botellas de vinacho tinto... y no veas como estaba el vino...! Je, je, je...
Lo que también sacaron -y hay que apuntarse para el año que viene-, son unas parrillas de esas plegables... que se llevan fácilmente en la moto, y que sirven para casos como aquél que nos ocupaba. Pues a pesar de no haber brasa suficiente para alimentar parrillotas gordotas... Estas parrillas pequeñas se ponen sobre cualquier ardiente tronco, y la carne se asa que es un primor...!!
Hay que ir haciéndolo por turnos... pero bueno, tampoco es mala cosa, eh...? Porque se "hace un viaje"... y mientras se va comiendo el tema, en la parrillita se va asando el siguiente "viaje"...
Mussols se prepararon unas buenas botifarres para rellenar unos bocadillos, que daba gusto verles comer...!! Je, je, je... Y mientras, nosotros, rellenamos la primera parrilla con unas morcillas... y unas botifarres de ajo y perejil, que nos iban a quitar todos los males en un santiamén...!!
Mientras... trago de vino va... trago de vino viene. Alegría, alegría...! Que el vino hace sangre...!! Je, je, je...
Salió la parrilla de las morcillas... y Mussols cargaron el siguiente ataque de carne para el asador...
Aquello, era una bacanal de carne y gozo...!! Qué gusto... y qué a gusto nos pusimos...!!
De nuevo las parrillas vacías... y venga! Botifarra enroscada para el fuego!!!
Venga a masticar...! Venga a darle al vino...!!!
Que se acaba una botella...? Pues se abre otra...!! Que un día es un día... y La Cabra Mocha es sólo una vez al año...!! Je, je, je...
Salió la botifarra enroscada... y al punto, salieron las navajas con ansia de cortarla. Venga!! Corta por aquí!! Pónmela aquí mismo, que no llevo bolsillos...!!!
Qué bueno...! Qué gozo!!
Qué... qué... qué hartón nos pegamos compañeros!!!
Si ese mediodía, para comer en Castellar nos pusimos como el puto Quico... por la noche, para cenar en Sant Sebastià, nos pusimos como el moro aquél del salmorejo...!!!
El que no pudo salir de la cueva donde le encerraron y alimentaron... y que dio nombre al exquisito, típico, y refrescante plato andaluz... je, je, je...
La verdad... hay un dicho para cuando uno quiere decir que le gusta mucho algo, que reza: "me gusta más que comer con los dedos..." Pues macho... lo vamos a cambiar por: "me gusta más, que comer con los dedos en La Cabra Mocha...!" Porque... no veas el gusto, el placer, y el infinito gozo que se siente, cuando se está ante la hoguera degustando carnitas morcillonas, botifarres picantonas, y vinito "caldos de qüestas tierras" que diría don Quijote...!
Menuda "jartura"...!!
Buffff...! Pa' reventar, oiga...!
Cenamos... terminamos de zampar... pero no de beber...!!
De hecho... le seguimos dando al vinito... hasta que llegó el momento culminante en que salieron a escena las "botellicas verdes"... cual si de "little green men" se trataran.
JB por el lado de K-RloteS, y Ruavieja por el mío...
Bueno, por el mío... por el de Rafa... y por el de Jordi...! Je, je, je... Que aunque lo traía en una botella metálica, también era Ruavieja...
Y venga con el cachondeo...!! Que ya estaba la noche lanzada... y aquello no lo paraba ni superman en sus años mozos!!
Trago de verde elixir de la vida por aquí... chiste y cachondeo por allá... y dale, dale, que viene bajada...!!
La noche, a medida que pasaban los minutos... se iba acelerando. El ambiente, cada vez más cálido... invitaba al cachondeo socarrón...
Tanto es así, que incluso hubo quienes se "marcaron" unos "calvos" que fueron fotografiados y filmados...! Je, je, je... Pero bueno, los nombres de los propietarios de los culos, figuran bajo secreto sumarial... y sólo pueden ser conocidos por los más allegados...
A esa hora más o menos, hasta allí se acercó el compañero Amador -Amadorix, bardo de los moteros-, que guitarra en mano... y ganas de cantar a borbotones, se marcó una versión del "Mala persona" de "Académica palanca"... que era un descojone...! (Y eso que la tiene a medio terminar...!!)
Allí se juntó con nosotros... y se lió a darle a la cuerda y al gorgorito... que fue un contento!!
Y así, como quien no quiere la cosa... Una cosa llevó a la otra... y terminamos -Rafa, Jordi, Tito, Pitu, K-RloteS, y yo- de coro del artista...
Pero coro... con coreografía y todo!!!
Y venga a cantar canciones cachondas... del más puro estilo jodón español...
Que si "La Cabra"... Que "el vampiro con sus huevos brilllosos"... Que si "me subí a la verja"... La de la vieja y el viejo que van pa' Albacete... Y tantas y tantas canciones más...! Típicas unas... tópicas las otras. De noches de acampada... De la mili. de borrachera... De tantos y tantos momentos en que el populacho, ávido de compartir su alegre socarronería, roza lo impresentable con canciones cachondas, verdes, y guasonas...
Y allí estábamos nosotros. De pie justo detrás de Amador -que estaba sentado-, coreándolas.
Ahora nosotros solos... luego con todos...
Las canciones iban saliendo de los expertos y nerviosos dedos del amigo, cada vez que acariciaba su sonora.
Las risas y el cachondeo de todos, se centraron en nuestro amigo guitarrista.
La alegría se fue contagiando... y el centro de atención indiscutible, era la zona donde nos encontrábamos...!
Qué momentos compañeros!! Qué momentos para pasarlo en grande...!
No tardó en sentarse con él, "el Lola". Que sacó unos bongos... y se lió a acompañarle a la percusión, justo cuando las canciones se tornaron menos zafias, y más melódicas.
Allí salieron Sabina, Mojinos, Loquillo... hasta Julito Capillas...!!
Y tantos y tantos más... Y tantas y tantas canciones, que es imposible enumerar todo lo que se cantó.
Y menos... si tenemos en cuenta que mi neurona -pobrecita- iba de Ruavieja hasta las trancas...! Y no se le puede pedir que recuerde mucho más...
Con Amador y Lola, se juntó McCloud. Y allí se juntaron bongos, guitarras, cajones... y hasta un artilugio simpaticorro que llevaba Chappy... que no sé quien les regaló. Pero que servía de puta madre para llevar el ritmo de la noche y de la música...
Aquello estaba -como suele decirse- caliente que te cagas...!!
La noche entrada como estaba... y el corro de gente rodeando la hoguera, disfrutando como locos...!!
El Ruavieja amenazaba con terminarse... Los ánimos, con encenderse más todavía... Y aquello... aquello era un festival, señores!!!
Y aquí... permítanme vuestras mercedes que empiece a olvidar... porque la verdad, es que la noche de La Cabra Mocha es completa y absolutamente indescriptible.
Así que para obtener más detalles de la misma... será necesario que la vivan en carne y hueso.
Que la gocen... Que la sufran, la padezcan... y que la disfruten en persona...
Pues... hay cosas, que por mucho que se cuenten, jamás se hará suficiente justicia a lo que son en realidad...
Así que pegaré "un saltito" indeterminado en el tiempo... y continuaré mi relato en el punto en que la mayoría emigraba a sus sobres, piltras, y sacos...
Según fue avanzando la noche, hubo quien se fue yendo a dormir...
Los amigos de Mussols por un lado... Pitu y Tito por el otro... Y K-RloteS y yo, que somos crápulas con carné "profesioná"... decidimos que no había llegado todavía nuestra hora.
Así que decidimos acompañar a nuestros amigos a las tiendas, con la oscura intención de pillarnos unas birras y volver de nuevo a la hoguera... je, je, je...
Hay que decir -en honor a la verdad-, que la noche no resultó ni tan fría como se esperaba... ni tan invernal como presagiaban los partes meteorológicos.
Y que si en Ulldemolins, a las ocho y media de la mañana, las motos y las tiendas amanecían con hielo... Allí no iba a pasar eso.
Pues cuando se acostaron los amigos Tito y Pitu... la escarcha que pocas horas antes habíamos visto sobre las tiendas, los asientos de las burras, y las alforjas... Y sobre la cual incluso llegamos a escribir... Ya no estaba!!
Se había fundido cual queso en lo alto de una pizza...!!
La escarcha se fundió... y con ella, todas nuestras esperanzas de pasar una Cabra Mocha tiritante...
En fin... otro año será...
Los amigos se acostaron, y nosotros nos pillamos las birras para volver a la hoguera.
Hoguera que cada vez estaba menos concurrida... pero a la que seguían echando troncos y más troncos. Pues el rollo es que mantenga hasta el domingo, para que así pueda almorzar quien le apetezca hacerlo.
Yo he decir... que con las birras previas, el vino, y las cantidades industriales de Ruavieja que engullí, para entonces llevaba un pedo más que digno... je, je, je...
Así que cuando K-RloteS y yo nos sentamos en las sillas ante la hoguera, cual si de dos abueletes se tratara... me entró una morriña que no veas...!
Acerté a escuchar, eso sí... alguna de las canciones que cantaba "el Lola" a la guitarra. Pero la verdad es que llevaba un torpedo por debajo de la línea de flotación... y éste buque reflotado que ahora os habla, era sólo cuestión de tiempo que me hundiera definitivamente esa noche...
Lo que también me entró -aparte del sueño-, fue un hambre voraz...! Así que localicé la bandeja donde nos quedaron las botifarres que sobraron de la cena... Me la puse en la silla de al lado... y ñam, ñam, fui dándoles finiquito a todas...
K-RloteS también le dio, también... Y por darle, le dimos incluso a unos pinchitos que puso un tipo en las brasas... y que "en principio", había preparado él. Pero que luego se le escapó... y los había comprado a unos moros! Je, je, je...
La cerveza en la mano...
...la otra mano en el respaldo de la silla de al lado...
Los ojos, siguiendo las chispas del fuego que subían sin parar... en mil millones de direcciones distintas...
Y finalmente... mis pilas se agotaron cual si de una vela se tratara.
Me dormí...!!
Pero... no me dormí en silencio, sin que nadie se diera cuenta, no...
Me dormí a los cuatro vientos!! Soplando como si fuera un cetáceo... resoplando en el mar del norte...!! Je, je, je...
Allí sentado, con la birra pegada con loctite a la zarpa... resoplé cual gorrino, quedándome más ancho que largo...
Y K-RloteS, que se conoce que no tenía otra ocupación más simpaticorra -por lo que me han contado- se entretuvo poniéndome latas vacías por todo el body, recreando un árbol de navidad ante la hoguera.
Manda cojones!
Menos mal que -se conoce- me desperté... y mandé tomar por el culo todas las latas. Que si no... encima lo tendría que ver en foto...!
Todas las latas he dicho...? No!!
Todas la s latas, no...!! Je, je, je...
La mía. La de mi birra... la dejé bien pegadita a mi amiga la zurda. Y así, cuando decidí regresar definitivamente del mundo de Morfeo... le pegué el último trago, y con los ojos haciéndome tonterías... le pregunté a K-RloteS:
- "Qué hacemos...?"
Y ahí la cagamos...
Pero no la cagamos como el futbolista que falla un penalti, o como el que se le escapa un pedete en la cola del súper, no... La cagamos, pero bien!
La cagamos... con todo el equipo, y de qué manera!!
Porque... señores... decidimos ir a la piltra...!!
Sí, sí... Parece mentira. Con lo que habíamos sido... Y nos fuimos a la piltra!!
Madre mía... qué vergüenza...!!
Pero... es lo que hay....
Eran las siete y media de la mañana... y en ese punto, o nos echábamos unas birras y dejábamos que la naturaleza obrara milagros en nosotros durmiendo la mona en la hoguera, o nos íbamos a las tiendas, y nos metíamos en el saco a dormir cual lirones.
Y eso es lo que elegimos...
Nos fuimos para las tiendas, y descubrimos -sorprendidos- que alguien roncaba.
Bueno, roncaba... roncaba... Comparado conmigo, apenas respiraba un poco fuerte el andoba... (Fuah! Un aficionado...)
Escuchamos con atención... (cosa que no hay que hacer nunca conmigo, porque todo el mundo tiene claro de donde vienen los ronquidos...) ...y finalmente los localizamos en la tienda del vecino. Je, je, je... Te vas a enterar... (Pensé yo...)
Allí fuera, comentando la jugada... echamos unos heladicos tragos al agua. (Que parecía que la hubiera meado el mismísimo Yeti...)
Y no sé si porque estaba fría, o directamente porque era agua... pero nuestros cuerpos la rechazaron...!!
Así que nos dimos los buenos días... y nos metimos cada uno en su tienda.
Y así, ante las tiendas... y en deshonrosa retirada... dimos por terminada La Cabra Mocha...
Sniff... Sniff...
CAPITULO 7
LA MAÑANA DESPUÉS...
No puedo hablar de la noche, porque ya pasó...
Ni tampoco del sueño, porque "yo no estaba"...
Pero sí puedo decir que el compañero Tito me despertó en dos o tres ocasiones, cuando comentaba lo desgraciado que era al descubrir que allí -al lado suyo- dormía un ogro...!! Je, je, je...
Mis ronquidos son como los truenos. Al oírlos, la gente puede calcular a qué distancia me encuentro... (kilómetro arriba, kilómetro abajo...) Y si estoy dentro de una tienda contigo, es como la película aquella:
"La tormenta perfecta"...
Menos mal que me había acostado a las siete y media... No quedaba mucha noche por delante... Y "la tormenta" duró más bien poco. Que si no...
A eso de las nueve de la mañana -o poco más- me sonó el móvil. Y yo, imaginando que era mi mujer... pensé que ya le devolvería la llamada más tarde. Cuando estuviera en éste mundo, y mi neurona se hubiera echado una duchita de café por lo menos...
Pero como cuando uno está en un sitio así, sus biorritmos van cambiados... ya no atiné a dormir más, y me levanté junto con Tito.
Que el pobre, aunque hubiera querido -que seguro que quería-, no podía dormir...
Pitu también estaba en este mundo... Y K-RloteS, a pesar de encontrarse tan a gustito en su saco, también decidió abandonar sus oníricas ocupaciones... y poner los pies sobre la tierra.
Vamos, que nos estábamos levantando los cuatro... a eso de las nueve y media, tal cual si nos hubiéramos acostado a una hora civilizada...
En eso estábamos todos, cuando descubrí que la llamada era de Choppers y no de mi mujer...! Y por qué??
Pues... porque había decidido venir a saludarnos!!! Je, je, je...
Qué sorpresa gigante nos metió el gachó...!!
Qué alegría sin límites verle aparecer cuesta abajo... acercándose a las tiendas, sonriente y jovial...!!!
Vamos, como para mear... y no echar ni gota...!
Con él por allí -evidentemente- nos despertamos echando hostias! Y en un periquete, ya nos tenías a todos listos listillos... a puntito para ir a echar un cafelote al bar.
Y eso mismo hicimos!
Pues aunque quisiéramos disimularlo... estábamos como en el anuncio de Fontvella.
Sólo que nosotros, si en aquél momento nos hubieran hecho saltar un red de tenis... Nos hubiéramos dejado los dientes en la pista...!
De camino al bar, nos encontramos a los amigos Mussols -que venían de él- con los ojos sensiblemente más "despejaítos" que nosotros.
Era como una foto del "antes" y el "después" del café...
Bueno, del café... del pitillo... de la visita al Sr. Roca... Y de tantos y tantos detalles que necesita uno para empezar a ser persona por la mañanuela... je, je, je...
Charlamos un ratillo con ellos, rememorando fugazmente "momentos históricos" de la noche anterior... pero el instinto es el instinto... y enseguida nos despedimos con intención de vernos más tarde, y saludarnos como es debido.
Con los ojos despegados y esas cosas...
La intención era cafetear... para luego almorzar algo en las brasas. Pues todavía quedaba un pan, una bandeja de pechugas de pollo... y un buen arsenal de cervezas, claras, y refresquillos de "la bebida esa que está de moda" que coreábamos la noche anterior.
Pero Tito, que es un hombre de costumbres sanas... se pidió unas tostadas con las que acompañar el café con leche. Tostadas que a falta de mantequilla y mermelada, vinieron acompañadas con queso.
Y no sé si fue la visión de la comida la que no nos apeteció... O si es que nuestros cuerpos seguían pidiendo líquido... O simplemente, los cuerpos no necesitaban más calorías. Pero el caso es que ya nadie quiso almorzar luego.
Así que saliendo de allí... la intención era ir desmontando, para salir -en breve- de regreso.
En la hoguera, eso sí... volvimos a saludar a Mussols, con quienes nos echamos unas fotillos... Y de quienes ya no nos despedimos... porque se conoce que Rafa tuvo problemas para arrancar su preciosa "Deu"... y cuando por fin le dieron caña, y la bicha arrancó... salieron a escape para Martorell.
Pero luego Pep me llamó al móvil al anochecer... y se disculpó por no despedirse.
No problem company!!! Je, je, je...
Ya nos veremos, ya... Pero no para despedirnos, sino para pasar un rato -cuanto menos- tan divertido como el que pasamos la noche del catorce...!!
Durante nuestra estancia en la hoguera, el compañero Tito tuvo un detallazo -que a nadie nos pasó por la cabeza. Y se fue para el tenderete de Druïdes... y pilló un pin de La Cabra Mocha que regaló a Choppers.
Pues habiendo estado en La Cabra Mocha... lo suyo es que lo tenga.
Ole por Tito...!!
Nosotros, a todo esto... ya teníamos media mañana echada, sólo con el rollo de desmontar y montar bártulos en las motos.
Creo, que la tarea más desagradecida que existe en éste mundo motero nuestro... (Y en el otro, también...)
Pero ahí estábamos. Con un par de huevos... dándole a la esterilla y al colchón. Al saco... y a las tiendas...!
Poco a poco... todo iba quedando empaquetado, y en espera de revista y limpieza en casa.
Y digo "poco a poco"... porque no estaban los ánimos -ni las fuerzas- para correr...
Pero todo llega. Y a pesar que la moto de Tito volvió a hacer el tonto para arrancar... Y que en ésta ocasión nos hizo sudar la gota gorda para volver a oír ronronear sus cilindros... Finalmente arrancó...!!
Y salimos de allí con la pseudo-alegría de la ruta por delante... pero con la tristeza -infinita tristeza-, que se siente al saber terminada ya, una nueva edición de La Cabra Mocha...
Que se siente, al saber que vuelve a empezar la cuenta atrás... y tenemos por delante, nada más y nada menos que doce meses de larga y angustiosa espera...!!
Montamos en las burras... recreando el mismo grupo de ruta que el día anterior... y salimos de allí, saludando a los compañeros que quedaban en la hoguera... Despidiéndonos de los amigos Druïdes, a quienes debemos tan especial y emotivo evento...
Pero sobre todo, reteniendo en las retinas aquellos parajes, que no volveremos a ver -si no pasa nada- hasta enero de dos mil trece...
CAPITULO 8
NOS VAMOS A COMER DE NUEVO.
La idea de la ruta de regreso, estaba clara desde hacía mucho tiempo:
Sobre la marcha.
Así ya se planteó en el foro... y así lo teníamos previsto hasta el mediodía del día catorce, cuando comimos en Castellar del Vallès... en el bar "La Cantonada".
Pues a partir de ese momento, acordamos que a poco que pudiéramos... volveríamos a pasar por allí, para comer el domingo... y reponer las bien necesitadas fuerzas, a medio camino de casa.
Pero para volver a pasar por allí... se planteaba una duda existencial:
Qué hacemos? Volvemos por donde vinimos... o buscamos una ruta alternativa sensiblemente más corta?
Y claro, visto lo visto... y en consideración al estado físico y mental del grupo, decidimos buscar alguna ruta alternativa.
Pues volver a recrear la rutilla curvera que nos marcamos el día anterior, siendo como eran... casi la una del mediodía... se nos antojó un tanto "jodidillo"...
Se imponía la necesidad de buscar otras rutas.
La primera que se nos ocurrió -gracias a la tecnología moderna del gé-pe-ese...- fue salir directamente hacia Sant Llorenç Savall. Pero esa ruta -teóricamente- cruza urbanizaciones... y tiene tramos sin asfaltar.
Así que en previsión de las más funestas sorpresas sobre el terreno... y considerando nuestra facilidad por perdernos en el mapa más reducido... decidimos "obviar" dicha opción. O lo que es lo mismo:
Sudar copiosa y abundantemente de ella.
La siguiente opción, era llegar a Caldes de Montbui... llenar los tanques de combustible... y de allí, buscar la manera de llegar -lo más rápidamente posible- a Castellar.
Así que -como digo- montamos el grupete de ruta... con Tito -nuestro Route Captain- a la cabeza, seguido por K-RloteS. Luego mi menda lerenda... y Pitu. Y cerrando el grupo... y en calidad de "coche escoba", Choppers.
Salimos a la carreterilla sinuosa, húmeda, y pendenciera que nos llevó hasta Sant Sebastià de Montmajor... y nos dispusimos a recorrerla a un ritmo más que tranquilo.
Personalmente, ya soy -habitualmente- lento en las curvas... Pero me he dado cuenta -con los años- que después de una noche de esas "juerguistas"... y sin haber dormido apenas... Mis facultades no sólo se ven mermadas, sino que -afortunadamente- mis cojones también.
Y macho... es ver una curva y echar el ancla...! Je, je, je...
Pero bueno... como tampoco nos hemos caracterizado nunca por nuestra velocidad... (Ni nos interesa) La cosa se fue haciendo "chino-chano"... sin prisa... Y con las pausas que fueran menester. Ala!
Salimos de subida. Y en ese tipo de inclinación... me siento -si cabe- bastante seguro. Pero luego de los cuatro kilómetros de subida... vienen ocho de bajada...! Y ahí ya fue cuestión de tomárselo calma... Ir bajando... Y ya llegaremos.
Aunque a menos de dos kilómetros de llegar abajo -a Caldes- perdí el embellecedor del puño zurdo.
Yo no me di cuenta... me lo dijo Pitu. Y suerte que el compañero Choppers, que lo vio caer... se detuvo a recogerlo! Porque si no... todavía estaría yo buscándolo por esas curvas... je, je, je...
Total, que llegamos abajo... doblamos a babor... y fuimos a parar a una gasolinera donde llenaríamos los depósitos -sedientos ya- de nuestras pequeñas monturas.
Y allí Tito, aprovechó para preguntar a la simpática gasolinera -a la chica, no al establecimiento- por la ruta más rápida -obviamente, evitando autopistas- hasta Castellar.
Y la chica no sólo se lo contó... sino que le hizo un mapuelo la mar de apañado...! Y encima, salió fuera para asegurarse que nos habíamos enterado de la ruta a seguir.
La verdad, a veces da gusto encontrar gente tan dispuesta a ayudar...
Volvimos a montar el grupo de ruta... y salimos -dirección Caldes Centre-, para encontrar una rotonda por la que viraríamos a estribor en la primera salida.
Pero... nuestra condición natural en AMICUS para complicar las cosas... sale a relucir en los momentos más inoportunos. Y quiso el destino que Tito se despistara, y diéramos una vueltecilla turística por el interior de Caldes... je, je, je... Si es que lo llevamos en la sangre, coñe...! Vaya quien vaya delante... un despiste u otro, nos llevamos. Pero... y la cantidad de mundo que vemos? Je, je, je...
Solucionado el "contratiempo"... emprendimos la dirección correcta. Salimos de Caldes, dirección Sentmenat. Cruzamos éste... y en un periquete -previa zona de curvitas guasonas y despejantes- nos encontramos entrando en Castellar.
Menos mal...! Porque ya empezábamos a tener un poquito de hambre...
La única pega, es que al no entrar por la misma carretera que el día anterior... reencontrar el bareto que andábamos buscando se antojaba un tanto difícil. Pero bueno... fuimos volteando aquí y allá, hasta que la "causalidad" quiso que paráramos justo en frente del bar donde comimos el año pasado, al subir a La Cabra Mocha.
Una vez allí, comentamos haber visto el letrero indicativo de Sant Llorenç... y como el bareto hacía esquina con una calle que iba en esa dirección, era muy posible -incluso probable- que de seguir esa calle... diéramos con él.
Y así fue...!!
Dos minutos después de dar la vuelta y enfilar la calle de marras... dimos con "La Cantonada"!!
Meca para nuestros atribulados estómagos... que estaban ansiosos por devorar algo sólido. Jugoso, sabroso, y reconstituyente...
Aparcamos las burricas donde el día anterior. (En frente, sobre la acera ancha del parquecillo) Y mientras el compañero Choppers encontraba donde aparcar su coche... echamos un pitillo al tiempo que admirábamos las maravillas de ST7 de Pitu...
Pero la suerte está del lado de los campeones... y en un periquete estuvo el coche aparcado...!!
Con lo cual... unos minutos más tarde, nos encontrábamos entrando en el bareto de marras... Y si no hubiera sido por el cansancio que llevábamos todos encima, bien podríamos haber pensado que se trataba de un "dejavú"...
Pero no lo era!
Realmente, era la segunda vez en dos días que entrábamos en ese bar... Y a decir verdad, entramos exactamente a la misma hora, que el día anterior cuando salíamos:
Las tres menos cuarto de la tarde.
Ahí nos pillamos unas mesas... las unimos... y lo primero, pedir el bebercio y el papeo...!
Coca-colas varias... alguna sin alcohol, y bocadillos de tortilla, de bacon con queso, de "queso con bacon", de panceta... Y la simpática camarerilla, además, nos obsequió con un par de platos de arbequinas... y uno de morros. (No tan calientes como los del día anterior, pero igual de salados!)
Qué bueno estaba todo!!
Qué rico... qué rico... Y el pan, qué tierno...!
Vamos, que repetimos nuevamente!
Con Tito compartimos un bocadillico de bacon con queso... y con Choppers, uno de tortilla.
Pero es que... con lo bueno que estaba, y lo bien que entraba... uno podía estar pidiendo bocadillos allí, hasta el día del juicio!
Del juicio por no pagar, claro... porque a dos bocadillos cada media hora, fíjate la cuenta que puedes sumar sólo en un par de días sin mover el culo de la silla... je, je, je...
Y llegó la hora de los cafelotes...
De los cafelotes, eh? No he dicho carajillos, ni mucho menos "café y copa"...!
Que los ánimos estaban aplatanadotes... y no era cuestión de jugársela en carretera, cuando los reflejos -después de semejante noche- no están al cien por cien...
Así que nos pedimos cinco cafelotes -que por cierto estaban muy ricos- como cinco soles... y empezamos a plantearnos la más dura de las decisiones de todo el finde:
Levantar el culo recién comidos, para plantarlo en lo alto de la burra... y emprender el último tramo de ruta.
Antes, eso sí... realizamos un escrupuloso turno de visitas al Sr. Roca... que arrancó Tito. Pero luego, al ver que todos teníamos nuestras necesidades más básicas por cubrir... nos vimos obligados a aplicar un riguroso turno, en función de las "necesidades" que se fueran a realizar.
Pero bueno... finalmente, la mayoría decidió "plantar el pino" en la tranquilidad y cobijo del hogar... y la sangre no llegó al río.
Y menos mal! Porque sino, al quinto... le hubieran tenido que ir a sacar los mismísimos GEOS!!
CAPITULO 9
EL FINAL DE LA RUTA.
Salimos del bareto después de liquidar la cuenta... dirigiéndonos hacia las motos.
Ya "sólo" quedaba el último trecho del trayecto... Con lo cual, allí mismo -antes de hacer nada- nos fuimos despidiendo unos de otros. Pues -en principio- ya no volveríamos a parar hasta llegar a casa...
Nos despedimos sentidamente... Abrazos, arrumacos, y apretones, que cada vez dejaban más claro que el finde terminaba. Y con él, la salida.
Pero bueno... todavía quedaba un cachillo para disfrutar juntos... así que uno tras otro nos fuimos colocando la indumentaria necesaria para atacarlo.
Montamos de nuevo el grupete de ruta -y con Choppers cerrando el grupo-, arrancamos poniendo nuestras proas hacia Terrassa.
El cansancio empezaba a notarse ya en todo momento.
Y más cuando uno acaba de comer...
Pero no había otra que tirar, si queríamos llegar a casa a una hora prudente.
El grupete rodaba a muy buen ritmo... hasta que llegamos a Terrassa. Donde nos volvimos a ver con la ardua tarea de cruzar la city... y ésta vez -cruzarla- ya no fue una putada propiamente dicha, si no que directamente fue una soberbia tocada de polla.
Pero no una "tocada" al uso, no...
Una tocada a dos manos...!
Una tocada de aquellas que uno no sabe si va o viene...
Un tocada -en definitiva- que a esas horas, y con esos ánimos... sólo pretendíamos que pasara lo más rápidamente posible...
Y pasó!!
Vaya si pasó...!
Pasó... y salimos de Terrassa, dejando atrás semáforos, pasos cebra, stops, gente...
Y poniendo rumbo a Martorell, nos volvimos a sentir libres...!
La carretera se abrió ante nosotros... y no pudimos dejar de sentir que tras cada palmo de asfalto devorado, andábamos un palmo más cerca de casa...
Pero claro, eso también quería decir que se acercaba el momento de la despedida...
Y así fue...
Justo antes de Martorell... el primero en despedirse fue K-RloteS. Que enfiló para Castellbisbal... y entre pitadas y gestos, nos despedimos de él hasta la próxima ruta...
Hasta la próxima company!!!
Luego, Choppers...
Que enfiló la A2, poniendo proa y rumbo a Igualada. Y al que también despedimos entre pitadas y gestos... hasta la próxima salida que nos juntemos...
Buena ruta compañero!!!
Y quedábamos Tito, Pitu, y yo... Que entramos -cual Julio Cesar en Roma- triunfantes en Martorell.
Tiramos para la gasolinera donde un día antes nos encontráramos con K-RloteS... y desde allí recorrimos el camino -a la inversa, obviamente- que recorriéramos la mañana del día anterior.
Salimos de Martorell, tirando por la carretera de Capellades.
Carretera de muy buen ritmo... que a esa hora nos iba que ni pintada...! Je, je, je...
Doblamos a mano siniestra, poniendo mascarones contra Sant Sadurní d'Anoia... y luego, hacia Vilafranca!!
Solo que justo en la rotonda donde tiraríamos para Vilafranca, tuve que parar un momentillo para descansar la pierna que -nuevamente- volvía a las dolorosas andadas... montándome el músculo del muslo.
Pero bueno... Un pitillico, un ratín de charla... Y de nuevo arrancamos ya -definitivamente- sin más paradas en el horizonte, que la llegada a casa...!
Al pasar por el desvío a Plà del Penedès... Pitu dobló para su casa. Y nuevamente las pitadas y los gestos, hicieron acto de presencia para despedirle al estilo motero... je, je, je...
Hasta la próxima, compañero!!!
Así que Tito y yo... seguimos ruta juntos hasta Vilafranca. Donde pillamos la autovía esa tan guapa que nos han montado... y que en un periquete -quince minutos escasos-, nos llevaría de vuelta a La Blanca Subur!!
Punto final del trayecto... De la ruta... y de la salida.
Concretamente, al parking... donde dejamos nuestras niñas montadas, para desmontarlas al día siguiente...
Y así, nos despedimos allí mismo...
Felices... satisfechos... y tremendamente cansados... je, je, je...
Pero con el orgullo de haber pasado un fin de semana sin parangón!!
Con la ilusión de la cuenta atrás que recién empieza...
Y con más ganas que nunca de juntar el grupo entero, para disfrutar la próxima edición de La Cabra Mocha!!!
EPÍLOGO
Si, si... je, je, je... El grupo entero!!
A ver si es verdad... y el año que viene podemos disfrutar todos juntos de éste pedazo de evento sin igual...!
La verdad, personalmente creo que cada año que pasa... aprendemos algo nuevo para la siguiente Cabra.
El año pasado... Canadian nos mostró una ruta espectacular para ir, que éste año hemos repetido con tanto gusto... que creo que será ya para siempre.
Pero éste año además, hemos aprendido una ruta de regreso la mar de rápida... Un bareto estupendísimo en Castellar, donde parar a comer los dos días... Que conviene llevarse unas parrillas plegables...
Que las botifarras, son el menú perfecto para estos eventos... Que hay que llevar más Ruavieja, porque sino "hacemos cortos"...
Que "quizá" el año que viene, no me haga falta ni tienda... je, je, je...
Pero sobre todo hemos aprendido, que una salidica de dos días de vez en cuando... es lo mejor para el alma!!
Y aunque no todos podamos juntarnos para pasar la noche... Choppers nos ha demostrado que si nos juntamos por la mañana, y compartimos el domingo, es también una caña...
Y bueno... qué más decir sobre La Cabra Mocha...?
Sólo puedo decir... que el año que viene espero poder compartirla con todos, compañeros!!!
Oh, yeah...!!!
NaClu2!!!
dissabte, 14 de gener del 2012
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