Por Jaqueton:
PRÓLOGO
Si hay una salida por excelencia, largamente esperada todo el año… esa es –sin duda alguna- “La Cabra Mocha”.
Salida –especifiquemos- de dos días… ya que si hablamos de matinales, concentraciones, u otros eventos de un solo día… tenemos varias en el calendario AMICUS, que competirían –sin llegar a una conclusión definitiva- por ese primer puesto.
Ya que –como todos sabemos- hay matinales para las que también vamos tachando días en el calendario… je, je, je…
Pero en lo que a salidas de dos días se refiere…
Salidas de esas que uno se lleva el saco y la tienda de campaña…
Salidas en las que se comparte, más que una ruta, un fin de semana… y muchas anécdotas…
La Cabra Mocha es –sin duda alguna- la reina por antonomasia…!!
Y es que ciertamente –lo he comentado muchas veces- en éstas salidas de dos días… en las que se comparte noche, juerga, vivencias, y varias comidas… es en las salidas en las que realmente, uno puede decir que las vive con los amigos, una experiencia singular.
Que la comparte, de una forma mucho más íntima que en cualquier otro tipo de evento…
Pues son las salidas en las que uno conoce más a fondo a los compañeros, compartiendo todos los momentos que se pueden compartir desde la mañana del sábado… hasta la tarde del domingo.
Son salidas intensas.
Cálidas, a pesar que la mayoría se hacen en otoño e invierno.
Salidas con carisma…
Con buenas rutas…
…y mejor ambiente.
Como ejemplos -aunque las comparaciones siempre son odiosas- tenemos “Perros del Ebro”, “La Cipotegato”, “El AMOTOnamiento”…
Concentraciones de dos días en las que AMICUS Moto Grupo ha asistido en los casi cuatro años que tiene de vida… y en las que lo ha pasado de rechupete…!
Pero… ninguna de ellas tiene la áurea de “La Cabra Mocha”…
Y es que en “La Cabra Mocha”, no hay prácticamente nada de lo que hay en la mayoría –por decir todas- de las demás concentraciones moteras.
En el descampado de Sant Sebastià de Montmajor, no hay espectáculo.
No hay parking vigilado para las burras.
No hay escenario, ni luces, ni conciertos…
No hay tenderetes de merchandising motero, donde dejarse la panoja…
No hay –por supuesto- inscripción… ni necesidad alguna de realizar reserva de ningún tipo.
“La Cabra Mocha” es –por decirlo así- lo más parecido a una de aquellas acampadas libres que se podían realizar antaño con los amigos… disfrutando simple y llanamente de la compañía, de la noche, y del buen rollo en estado puro.
Un encuentro único, en el que –hasta la fecha- no hay aglomeraciones… ni cantidades ingentes de individuos.
Un encuentro para estar cerca de los amigos, y –sin duda alguna- hacer nuevas amistades…
Y la verdad es que año tras año, lo consigue…!!
Un encuentro en el que la música la ponemos todos, en el mismo momento en que nos arrancamos a cantar…
En el que el espectáculo lo protagoniza cualquiera de nosotros contando un chiste, explicando una anécdota… o simplemente recordando y reviviendo vivencias con los amigos…
Ésta ha sido la quinta edición de éste pedazo de evento… Y desde aquí sólo puedo decir –sin miedo a equivocarme- que AMICUS Moto Grupo es -y será siempre-, un incondicional de ésta reunión hibernal en la que –para más señas- El Gran Manitou nos reserva siempre unos días en los que el frío no hace mella…
Catorce grados, a media tarde del sábado!!
Menuda invernal…!! Je, je, je…
Como dije antes… éste es el encuentro de fin de semana más esperado del año. Y se notó…!!
Pues conforme se iba acercando la fecha de la salida, los nervios fueron aumentando de forma exponencial…
Y cuando digo “nervios”… me refiero a los “nervios” que tienen los niños la noche antes de reyes…
Me refiero a los “nervios” que sentimos todos… cuando sabemos que algo bueno va a pasar…
Porque –como veréis en las próximas líneas- una vez has vivido una edición de éste magno acontecimiento…
…sólo cabe esperar que el año pase lo más rápido posible, para que llegue pronto la siguiente oportunidad de vivirlo…!!
Así pues… recién llegados de la ruta. Con las cosas todavía por desmontar, limpiar, y guardar…
…me pongo con la croniquilla de la quinta edición de “La Cabra Mocha”.
Edición que –como cada año- nos ha dejado con el regustillo sabroso en el paladar… que nos durará –por lo menos- hasta la sexta…!!
CAPITULO 1 – EL ENCUENTRO EN LA SEDE
La noche antes de “La Cabra Mocha”… es una noche en la que se duerme –digamos- poco, mal, y rápido…
Es una noche que pasamos medio dormidos, medio despiertos… contando los minutos para saltar de la cama, y ponernos en marcha...!
En mi caso… como el día antes madrugué más de lo habitual, y sabiendo que esa noche la pasaría “nerviosillo”… decidí empiltrarme bastante pronto. Para así asegurarme de descansar “algo”… ya que la noche del sábado, vayan vuestras mercedes a saber si dormiríamos…
Me metí en la cama… y a pesar de tardar bastante en conciliar el sueño, finalmente lo logré.
Finalmente… el hijo de Hipnos llegó batiendo sus alas, y sin darme cuenta, me encontraba soñando –precisamente- aquello que viviría unas horas más tarde.
Pero Morfeo no tardó en soltar mi mano…! Y a las cuatro de la madrugada… abrí los ojos de aquella manera tan especial… en que lo haces cuando no queda sueño en la cartera. Cuando el cuerpo se niega a dormir de nuevo… porque la mente le dice que ya ha descansado lo suficiente.
Así que me lié a dar vueltas en la cama… hasta que –aburrido, a las cinco menos cuarto- me levanté de un salto, dispuesto a arrancar con uno de los días más emocionantes del año…!!
Cafetín en el foro, con cigarrito, para dar los buenos días a toda la people…
Visita al Sr. Roca…
Duchita y acicalamiento, antes de ponerme todas las capas de ropa que había preparado la noche antes…
Y a las siete menos cuarto, harto de aguardar la hora de partir… decidí ir directamente a la Sede. Donde –seguro- me iba a encontrar con otro gran madrugador…!!
Así que yendo para el parking… le mandé un whatsapp. Que no contestó… dándome –con ello- la certeza de que él también se encontraba de camino al mismo sitio… je, je, je…
Antes de salir de casa… me despedí cariñosamente de mi querida media naranjuela. Pero a diferencia de otros años… en ésta ocasión no nos despedíamos hasta mi regreso, si no hasta el domingo por la mañana en Sant Sebastià de Montmajor!!
Pues –como veréis en las próximas paginas-, éste año hubo dos expediciones distintas…! Y la mañana del domingo, pudimos gozar de la compañía de buena parte del grupo!!
Pues bien. Prosigamos con la croniquilla…
Llegué al parking… y tras cargar en la alforja izquierda de mi querida Guillermina, la carnaca y picoteo que tenía en la nevera… (Lo único que quedaba por cargar, pues ya la dejé lista la mañana del viernes) la arranqué, calenté un poquillo los pistones de mi niña… y salí raudo a la ruta…!!
Qué sensación, salir del parking con la moto a tope…!!
Qué ilusión incomparable corría por todo mi ser…!!!
Todas las salidas son emocionantes. Eso es verdad… Y salir del parking, y poner los cauchos en la carretera… siempre es especial.
Pero la mañana de “La Cabra Mocha”… es diferente.
No se puede explicar con palabras…
No hay salida comparable a ésta…!
Si es que salí del parking cantando…!! Ja, ja, ja…
Cualquiera que me hubiera visto –u oído- el sábado a las siete… seguro que pensaría que estaba “colgado”.
Pero sabéis qué os digo…? Que me daba igual…!!
Me iba a “La Cabra Mocha”…!!!
Y eso… eso era lo único que me importaba, mientras devoraba –uno a uno- los kilómetros que me separaban de la Sede…
Además… era de noche…!
Y todos sabéis lo que me llega a gustar salir de noche, y poner rumbo al Monterrey… je, je, je…
La salida no podía empezar de una mejor manera!!
A las siete y unos pocos minutos… daba la vuelta a la rotonda grande, para encarar hacia la rambla de la Girada. Y el termómetro que se ve a la derecha -justo antes de meterse- marcaba diez grados…!
Diez grados, en Vilafranca del Penedès… a las siete de la mañana de un once de enero!!
Eso sí que eran buenas noticias…
Otro año que no iba a hacer frío…!
Otro año, en el que nos iba a sobrar la ropa…!!
Otro año… que todos aquellos que no hay vivido “La Cabra Mocha”, no se iban a creer que no hace frío…
Llegué a la Sede. Y como había imaginado… sobre la acera ya se esperaba la intrépida burrica de JuanPoti…!! Je, je, je…
Habíamos quedado que la “hora cafetera” sería a las ocho y media… para luego salir a las nueve. Pero… eran poco más de las siete, y ya estábamos allí los dos… cafeteando!
Si es que… no se puede negar que iba a ser una salida muy especial…
Después de abrazarnos como es debido… De echar los cafelotes, alguna pasta, y algún que otro chupito… (Ya he dicho que la salida era especial, no…?)
Llegó el siguiente corredor:
Clemente…!!
Que también llegaba prontico…! Pues como mucho serían las ocho de la mañanica.
Abrazotes y arrumacos… cafelote… y a seguir esperando la hora de la salida.
Luego ya... llegó Jaume. Que venía en coche… dispuesto a llevar parte de los bártulos más molestos de la colla.
Amén que –por ser la primera vez- prefirió venir en coche y comprobar que la ruta no le sería pesada… je, je, je…
Pero bueno, seguro que si el año que viene repite, lo hará en burra. Ya que –sinceramente- hacer esa ruta en coche… la desvirtúa completamente. Y uno no puede vivir –al cien por cien- las increíbles sensaciones que transmite.
Los minutos iban pasando poco a poco…
…aunque sin darnos cuenta, llegamos a la hora en que ya todos debíamos estar en el sitio.
Pero pasaron las ocho y media…
…y seguía faltándonos uno de los corredores más importantes!
Llegaron las nueve menos cuarto… y decidimos llamarle, para asegurarnos que no hubiera tenido problemas con la burra… pero no…! La burra estaba bien…
Lo que había pasado, es que se había dormido…!!
Coño!! Dormido…??
En un día como ese… en el que precisamente, uno no puede apenas dormir…??
Pues sí. Por increíble que parezca… fue así…!!
Al pobre Pitu… le traicionó Morfeo. Pues a las tres de la madrugada, se despertó en la cama… y claro, no era una hora muy lógica para levantarse. Así que empezó a dar vueltas en ella… hasta que a eso de las cinco quedó completamente rendido.
Profundamente dormido… y sin despertador.
Con lo cual… pasó lo que tenía que pasar.
Llegó un pelín más tarde de lo acordado…
Pero llegó…!!
Después de llamarle… y repetir llamada para asegurarnos que estaba en ruta… llegó!
Y lo hizo con el tiempo justo de pillar la botella de licor de café a Pedro… y meterla en el coche de Jaume -junto con algunos bártulos más… Pues el resto ya estábamos montados en la burras, con el motor en marcha… dispuestos a meter primera en cuanto el culo de Pitu descansara de nuevo sobre Pitufina…! Je, je, je…
Algo que pasó a eso de las nueve y veinte de la mañana… pocos minutos después de que le mandáramos un whatsapp a Jordi, comentándole que llegaríamos con un poquillo de retraso.
Así pues… en cuanto Pitu montó de nuevo en su niña, fuimos saliendo todos de la rambla… poniendo rumbo a la N-340.
Dispuestos a arrancar con la ruta… cuya primera parte –éste año- iba a ser “de prueba”… para evitar la molesta Terrassa. Donde –año tras año- nos “despistamos”… je, je, je…
Todos fuimos saliendo… ocupando nuestro sitio en el grupete:
JuanPoti, nuestro Route Captain… De mascarón de proa, guiando el grupo…
En segundo lugar, Clemente y su preciosa niña aerografiada.
Luego, mi menda lerenda… con Guillermina…!
Cerrando el grupo motero, Pitu. A lomos de Pitufina… con quien forma el dueto perfecto de la Moto Escoba.
Y finalmente… Jaume. Con su “forfi” blanco -como el pijo de la canción de Hombres G- guardando las espaldas a todo el grupo.
Había empezado la ruta…!!
Por fin…!!!
Un año enterito esperando ese momento… Ole, ole, y ole…!!!
CAPITULO 2 – LA RUTA DE IDA
Como digo… la ruta iba a ser distinta a las anteriores. Pues en vez de tirar para Martorell y juntarnos allí con Jordi… Tiraríamos por la N-340, para juntarnos con él en Molins de Rei.
Y así de ese modo… tirar –en vez de para Terrassa- para Sabadell. Al ladito de Castellar del Vallès… donde almorzaríamos opíparamente para coger fuerza y atacar la parte final de la ruta “cabramochera”.
Que como siempre… comprendería unas cuantas centenas de curvas simpaticorras… je, je, je…
Salimos –pues- de Vilafranca… y rodando por nuestra vieja amiga, pasamos Avinyonet, L’Ordal, bajamos las curvas “curiosas” que te llevan hasta Vallirana…
…y allí, pillamos el cachito de autovía que te permite llegar en un plis hasta la gasolinera –si mal no recuerdo- de “Els quatre camins”. En Molins de Rei…
Gasolinera cerrada hoy en día… y por eso –esa misma mañana- decidimos eliminarla de nuestra lista de “Puntos de Encuentro Alternativos”, recuperando en su lugar… la gasolinera de Sant Vicenç dels Horts.
Llegamos a la gasolinera… y allí nos esperaba Jordi con el móvil en la mano, inmortalizando el momento de nuestra llegada…!!
Abrazotes, cariñitos, y arrumacos… y en menos de un periquete, ya teníamos el grupo nuevamente montado y listo para la ruta…!
La verdad es que en la propuesta de la salida… teníamos prevista una parada de veinte minutos en la gasolinera de marras. Pero como paramos lo justito para besuquear cariñosamente a Jordi… terminamos saliendo de allí a las diez. Cumpliendo perfectamente el horario… y recuperando –sin apenas darnos cuenta- el tiempo perdido en Vilafranca…
Ya estábamos sobre el horario previsto!
Así pues, sin perder más tiempo del estrictamente necesario… salimos de la gasolinera poniendo rumbo a Sabadell.
Nuestro capi nos guiaba… y el resto le seguimos sin pensar. Pero al poco… nos dimos cuenta que éste año repetiríamos “aventura”… pues a la que nos metimos en la urbe de Sabadell, las vueltecillas empezaron a ser… mmm… “curiosas”… je, je, je…
“Curiosas”, e increíblemente parecidas a las que damos –año tras año- al cruzar Terrassa…!
Y fue por eso por lo que comprendimos que si bien no podía decirse que nos hubiéramos perdido… era innegable que no estábamos recorriendo el más corto de los caminos…
Afortunadamente… el sentido de la orientación del amigo JuanPoti, dista mucho del que ostenta éste que os habla. Y gracias a ello… no tardamos mucho en encarar correctamente las delanteras de nuestras niñas… poniendo rumbo –por fin- a Castellar del Vallès.
Punto intermedio de nuestra ruta…
…y destino de la primera parte de la misma.
Cuando por fin vimos aparecer el cartelico de dicha localidad… el trayecto fue sumamente sencillo. Pues bastaba con recorrer en línea recta el pueblo, hasta que a nuestra derecha apareciera el local donde cada año paramos a almorzar… desde que aquél enero de dos mil once, descubriéramos por primera vez sus riquísimas tapas y bocadillos…!
Aparcamos las burras frente al garito, sobre la acera de la plaza… y mientras algunos echábamos el pitillo, el compañero Juan se fue a la farmacia para asegurarse tener la tensión en “su sitio”. Ya que le dolía un poquillo la cabeza… y no era cuestión de ir por el mundo sin saberlo.
Afortunadamente –a pesar de tenerla un “pelín” alta- le dieron solución en un periquete… y enseguida volvía a estar con todos, dispuesto a atacar el “almuerzo-comida” pronosticado en “La Cantonada”.
En el local nos reconocieron enseguida. Pues como digo… cada año hacemos parada obligada allí…
…tanto a la ida como a la vuelta.
Así que el hombre nos atendió excelentemente… procurándonos cuanta pitanza le sugerimos…!!
Alitas de pollo… Patatas bravas… Platos de huevos fritos con “llámalo equis”… Bocadillotes suculentos…
Fuah…!!
Aquello fue un almuerzo potente donde los haya… que nos permitió coger las fuerzas necesarias para embestir como se merecía, la segunda parte de la ruta…!
Una vez “almor-comidos”, echamos los cafelotes…
Y durante unos pitillicos en la puerta…
…el compañero Clemente quiso preguntar en la tienda de enfrente si tenían manoplas. Pero no las tenían…
Luego ya… liquidamos cuentas con el local, y el compañero Jordi tuvo a bien pedirse unos chupitillos para la colla, con los que remojar el momento, brindar por la ruta… e ir “cogiendo ritmo” para lo que se nos venía esa tarde-noche…! Je, je, je…
Obviamente, Ruavieja!!
Bebida oficial para “La Cabra Mocha”… que junto al Panizo de Café, nos traerían los tragos más dulces de aquella noche, que cada vez teníamos más cerca…!
Una vez nos despedimos del simpático camarero de “La Cantonada”… pusimos en marcha las burricas. Y aún estábamos calentando motores… cuando el hombre salió a darnos un regalito –como cada año.
Ésta vez… un estupendo abridor-llavero, que nos va a ir más que genial para alguna que otra salida…!
Muchas gracias, compañero…!! Hasta el año que viene…!
Arrancamos motores, salimos en dirección a la ruta… pero paramos en la siguiente gasolinera –antes de salir del pueblo- para pillar el pan en la panadería de enfrente… tal como hicimos el año pasado.
Qué buen pan tienen allí…!!
Qué rico estaba…!!
La verdad es que es una forma de procurarse pan recién hecho –pues todavía estaba calentito-, y evitar tener que llevarlo durante la mayor parte de la ruta…
Y ahora sí…!!
Arrancamos nuevamente motores… Montamos el grupete… Y ruta!!
En ésta ocasión, me puse yo a la cabeza… para guiar el grupo en el cruce por Sant Llorenç Savall. Pues ciertamente, cuando uno llega allí lo natural parece seguir recto por la carretera… cuando en realidad hay que cruzar el pueblo.
Así que nuestro capi, prefirió cederme el sitio como “mascarón”… para “quedarse con la copla”, y el año que viene… capitanear del tirón.
La ruta a partir de allí, es lo más bonito de toda la “ruta cabramochera”. Y de hecho, es la única parte que repetiremos año tras año… pase lo que pase.
Pues es –con toda seguridad- la parte que reúne todas las condiciones que requiere una buena ruta…
Carreterillas curveras, que te permiten ir a un ritmo tranquilo y sosegado… después de haber comido opíparamente.
Paisajes preciosos, en los que uno se siente completamente integrado…
Y en ésta ocasión –a diferencia de otros años- un firme completamente seco…! Descontando –obviamente- aquellas partes de la carretera… en las que muy raramente llegan los cálidos rayos del sol…
La verdad, una ruta preciosa…!
Magnífica…!!
Que arranca en Castellar del Vallès… cruzando Sant Llorenç Savall.
Luego… pasando Gallifa, ponemos rumbo a Sant Feliu de Codines.
Tomando curvas en todos los sentidos… y en todas las graduaciones posibles, disfrutando cada centímetro de un recorrido que –si no fuera por las ganas que tiene uno para llegar- se hace extremadamente corto…
Y finalmente, justo pasando Sant Feliu de Codines… se pilla la C-59.
Carretera sensiblemente más rápida y mucho menos curvera… que te lleva directamente a Caldes de Montbui. Localidad en la que no llegamos a entrar… pues enseguida encaramos –justo pasar Els Saulons- para el camping que hay al principio de la “carretera” –por llamarla así- que nos llevará a Sant Sebastià de Montmajor.
Y en ese camping, o mejor dicho… en su entrada, realizamos la última de las paradas de la ruta…!
Allí paramos cada año… para estirar las piernas, echar un pitillo… y atacar con fuerzas renovadas el último tramo de la ruta, donde se concentra la mayor parte de las curvas… mmm… “malas”… Je, je, je…
Allí… nos echamos unas fotiquis, al tiempo que nuestros huevecillos temblequeaban de la emoción al saberse tan cerca de “La Cabra Mocha”…!!
Si es que coñe…!! Lo estoy escribiendo ahora mismo, recordando esos momentos –tres días después-, y me temblequean con sólo recordarlo…!
La parada –eso sí- fue sumamente fugaz.
Paramos el tiempo justo de echar un cigarrillo, y sin dejar que los motores se enfriaran un pelo… los arrancamos nuevamente…!
Montamos el grupete, que como es lógico… formaría en fila india, y atacamos la “ascensión”.
La carreterilla en sí… tiene un total de doce o trece kilómetros. Donde los siete u ocho primeros son mayoritariamente de subida… y los cuatro o cinco siguientes, de bajada.
Curvillas –algunas de ellas- para poner primera… y si conviene, hasta parar la moto…! Je, je, je…
Aunque no sé si por la emoción de la llegada, o porque en realidad no es tan mala como se recuerda… pero el caso es que una vez se encuentra uno recorriéndola… lo hace a gusto, sin prisas, sin pausas… y al mejor de los ritmos.
Poco a poco, uno se va a acercando más y más a Sant Sebastià de Montmajor. Pero no es hasta que descubre el cartelico donde pone que se termina el asfalto… cuando la emoción llega a límites sobrehumanos…!
Pasas el cartelico… das tres o cuatro curvas más, en una zona donde la carretera siempre está húmeda…
Y antes de darte cuenta, entras en el descampado donde año tras año, los amigos de Moto Grup Els Druïdes organizan la mejor de las invernales:
“La Cabra Mocha”…!!
Ya habíamos llegado…!!
Ya estábamos allí…!!!
Eran poco menos de las dos y media de la tarde.
La ruta elegida, y el horario previstos… habían sido perfectos…!
Así que la idea de mejorar la “ruta cabramochera”, tal como nos planteamos el año pasado… se había cumplido intachablemente…!!
Ole, ole, y ole…!!!
CAPITULO 3 – LA LLEGADA
Nada más llegar… aparcamos las burricas en una zona completamente distinta a la zona donde hemos acampado los otros años.
Mucho más cerca de la entrada… donde la yerba nos evitaría regresar con las tiendas llenas de barro. Y donde estaríamos mucho más cerca de los amigos que –sabiamente- año tras año acampan allí…
Lo primero, avisar a casa de nuestra llegada…!
Pero lo segundo… je, je, je… Mandarle una foto a Rafa (Dj10) para ponerle los dientes largos…!!
Aunque como nos dijo, ellos también estaban en ruta. Y en menos que canta un gallo… también estarían clavando piquetas por el campo…
Ésta vez, antes de montar las tiendas… nos fuimos directamente al tenderete de Druïdes, donde además de saludar cariñosamente a nuestros amigos, nos pillaríamos los anuarios que orgullosamente cosemos año tras año en el chaleco.
Luego… unas cervecillas para celebrar la llegada. Y sin terminarlas apenas… para las burras…! A desmontar los trastos… y proceder a montar nuestro particular campamento…!!
Éste año… había varias mejoras:
Por una parte, llevábamos plásticos para poner debajo de las tiendas, y aumentar así el aislamiento de las mismas.
Por otra… Pitu se llevó la tienda grande, con una sola habitación… para tener donde cobijarnos si nuevamente nos llovía por la noche, en mitad de la cena.
Eso, sin contar el mejor emplazamiento del campamento…! Je, je, je…
Poco a poco, fuimos montando cada una de las tiendas, al más puro estilo cowboy.
En semicírculo… dejando un espacio libre justo en el centro. Y del otro lado… las cinco burricas, que no estaban a más de ocho o diez metros de las tiendas.
JuanPoti y un servidor… repetiríamos el hecho de compartir tienda –como hicimos el año pasado.
Pitu dormiría solo, en la “mansión” que se había llevado…
Jordi también dormiría solano.
Y finalmente, Clemente y Jaume compartirían la preciosa “Two Seconds” del primero… que como veríamos al día siguiente, lo de los dos segundos sólo es para el montaje. Porque recogerla… eso ya es “harina de otro costal”… je, je, je…
Una vez montado campamento, o al poco… llegaban los amigos Rafa, Anna, Pep, Núria, Jordi, Dolors, etc.
Llegaban… aparcaban burricas relativamente cerca de nosotros… y se liaban con el montaje de su campamento…! Ole, ole, y ole…!!
Así que les fuimos a saludar más que cariñosamente… y les dejamos con su tarea, con la intención de continuar cuando estuvieran completamente instalados…
Nosotros, de mientras… volvimos cerca de la hoguera. Donde Esther nos dijo que pasáramos por el tenderete… ya que el amigo Jose Portillo (de Revista Custom) había tenido el detallazo de llevar unas botellicas para que todo el mundo pudiera echar unos chupitos…!
Nada más y nada menos… que una botella de JB quince años, y una estupenda botella de brandy Gran Duque de Alba. Casi ná…!! Je, je, je…
Así que como somos así de educados… y nos gusta ser agradecidos… Nos metimos -entre pecho y espalda- los chupitos a su salud!!
Y luego, obviamente… nos fuimos rápidamente a agradecérselo…!
Qué grande, Jose…! Muchísimas gracias por el detallazo…!!!
Luego, en el tenderete… comentamos la temperatura ambiental. Que como ya nos tiene acostumbrados “La Cabra Mocha”… era más que benigna…
Entre los trece y quince grados…!! Y eso que eran ya casi las cinco de la tarde!!
Desde luego, a cualquiera que se lo digamos… no nos cree.
En Sant Sebastià de Montmajor. En pleno enero… Y con temperaturas que casi, casi… pasarían por primaverales…! Je, je, je…
Cervecitas varias para amenizar la charla… y cuando el sol “empezaba” a bajar, los amigos de Druïdes se liaron a clavar un tubo en el suelo.
Para qué…?
Pues muy sencillo:
Para sostener el “paratu” ideado para colgar un hermosote cordero… que se haría muy, pero que muy lentamente… al calor de la hoguera durante las próximas horas.
Qué buena idea, sí señor…!!
Qué pasada de estampa!!
Ciertamente, con ese ambiente… ya podíamos decir que “La Cabra Mocha” había empezado.
Ya mismo se cerraría la noche… y el grueso de la tropa se sentaría alrededor de la hoguera para compartir una nueva edición de éste pedazo de evento que nos tiene el corazón robado…
CAPITULO 4 – LA NOCHE ES LARGA…
En ese momento pusimos en marcha una de las cosas que hasta la edición del año pasado, nunca habíamos hecho. Y que la verdad, va muy… pero que muy bien.
El pica-pica…!
Nos fuimos a las tiendas… y pillamos el papeo que habíamos llevado cada uno de nosotros para ese momento tan especial de la primera parte de la noche:
Quesos varios, chorizos dulces y picantes, longanizas, fuet… Fuah…!!
Pan…!!
El riquísimo pan de la panadería de Castellar… que acompañaba de la mejor de las maneras, mientras lo hacíamos bajar acompañado de embutido, queso curado, y tragos de cervezuela…
Los amigos –que para nosotros siempre serán “Mussols”- se sentaron al ladito. Y de ésta manera, un lateral de la hoguera quedaba ocupado entre ellos y AMICUS… compartiendo así, ese momento tan especial de la noche. Cuando todavía estamos todos “serenitos”… je, je, je…
Allí sentados, contemplando cómo se iba haciendo el cordero… y empujando “pa’dentro” el pica-pica… fuimos “haciendo boca” para la cena.
Cervecita va, cervecita viene…
Chistecillo guarro por aquí…
…gracieta socarrona por allá…
Memorable…!!
Las horas iban avanzando… y sin darnos cuenta, llegó la hora de cenar.
Así que recogimos el pica-pica… y nos fuimos para las tiendas para pillar las bolsas de carnaca.
Pero… si el año pasado nos sobró comida, y decidimos que éste año lo haríamos más ajustado… No podíamos haberlo hecho peor…!
Llegamos a las tiendas… y pillamos sólo una parte.
Que si las morcillas de Pitu…
Que si el morro de Jordi –que por cierto, su madre adoba de manera sublime…!
Que si la botifarra al pebre de Jaume…
Claro… si Pitu pillaba morcillas, yo ya no pillé las mías.
Si Jaume llevaba botifarra, las mías se quedaron allí…
Total, que no gastamos ni una cuarta parte de lo que llevábamos, y nos pusimos como “el Quico”…!!
Madre mía…! Qué mal nos organizamos en ese sentido…!!
Pero claro, con la idea que de que al día siguiente venía parte de la colla… la intención de que no sobrara nada, se convirtió en “tiene que sobrar para el domingo”. Y claro, todos llevamos comida a mansalva!
Vaya tela…!!
Nos fuimos de nuevo a la hoguera, cargados con el papeo y la bota de vino de Jordi… y allí nos dimos cuenta de un detalle que tuvo al pobre Clemente “fuera de juego” un buen rato.
Y es que cuando llevamos el pica-pica a primera hora… él ya se pilló la bolsa con toda la comida –cena incluida-, y misteriosamente, esa bolsa ya no estaba.
Se conoce que alguien se confundió al hacer limpieza, o tirar la suya… y la tiró también. Pues la verdad, con el buen rollo que hay allí… Que todos –o prácticamente todos- nos conocemos… otra explicación no cabe. Tuvo que ser el despiste de alguien que la tiró por equivocación…
Pero el caso es que la bolsa de Clemente ya no estaba, y nuestro amigo llevaba un rebote de mil pares de cojones.
Y no es para menos…
Pero bueno. Como comida –precisamente- no nos iba a faltar… intentamos que se le pasara lo mejor y más rápidamente posible el enfado, y dedicarnos así a la interesante tarea de llenar las panzas con carnaca recién hecha en las brasas…!
Y vaya si lo hicimos…!!
En un periquete… allí teníamos –humeante- el morro que había preparado la mamá de Jordi… que cualquier día de éstos le hacemos un monumento a esa mujer…!!
Qué bueno estaba…!! Je, je, je…
Las morcillas… Bufff…!! Se me hace la boca agua sólo con pensarlo…!!
La panceta, la botifarra… Mmm…!!!
Y el vino…??
Cuando la bota de Jordi expulsó la última gota del vino que portaba… la rellenamos con una botellica de “Sangre de toro” que había traído Jaume.
Y así… seguimos dándole a la bota, a la muela, y a la navajuela… con saña visigoda!
Qué cenita, señores…!!
Qué pitanza más rica…!!!
El cordero de los amigos Druïdes, estaba a punto de salir corriendo por los calores… cuando –después de haberlo descolgado y volteado para que se hiciera por todas partes- decidieron retirarlo de la hoguera.
El brandy que le habían ido echando por encima durante gran parte de la cocción… le daba un toque acaramelado, que fundía las muelas en pura baba…!
Qué rico estaba…!!
Y es que mi menda lerenda, a cierta hora de la noche… tuvo la suerte de poderlo catar… Je, je, je…
Cuando ya dimos por terminada la cena… porque no nos cabía un puñetero bocado más… decidimos recoger todos los bártulos, y llevarlos a la tienda.
Y ahí… es donde nos dimos cuenta realmente de lo mucho, mucho, muchísimo que nos había sobrado…
…y de la necesidad imperativa de organizarlo de otro modo, de cara al año que viene.
Porque es que no puede ser…
Todos llevamos comida. Se gastó “sólo parte” de la comida de dos de nosotros… y alcanzó para ponernos hasta las cejas!
Vamos, que no. Que el año que viene –como apuntaré en el epílogo-, se impone la necesidad de tomar medidas expeditivas en éste sentido.
Una vez guardadas las pitanzas en la tienda… nos armamos –algunos- con las botellicas de licor…!! Je, je, je…
Arrancaba la parte “calentorra” de la noche…!!
Mi menda lerenda, como es normal… una verde botellica de Ruavieja que me llevé bajo el brazo… y que estrené junto a otro gran enamorado de ese exquisito licor:
Rafa. (Dj10)
Aunque éste año… decidimos de mutuo acuerdo no repetir la audacia del año pasado con los “tragos bicilíndricos”… pues cualquier intento en ese sentido, con las ganas de juerga que había… y la cantidad de cosas que celebrar… hubiera sido realmente peligroso.
Y aun así, algunos terminamos la noche heridos de muerte…!
Tuvimos que convencerle de la necesidad del acto… pero a eso de las once y media de la noche, media hora antes del momento oficial… el amigo Jordi dio el tercer y último aviso para un “Bere-bere” que cautivó a buena parte de la hoguera…!
Hubiera sido bonito que hubiera cautivado a todos los presentes. Pero eso… me temo que era materialmente imposible. Ya que precisamente una de las peculiaridades de éste tipo de eventos, es que cada cual está a “su bola” con la fiesta…
Pero bueno, al menos nuestra parte de la hoguera… atacó con ganas ese “Bere-bere” dedicado a Jordi Quesada… que a las doce en punto –como mi suegra- celebraría su cumpleaños…!!
Un “Bere-bere cabramochero” especial y magnífico…!! Je, je, je…
Donde a los que pilló con una botella en la mano, en el momento del “comprobare”, se les puso un culín… que no les cabía un pelo a martillazos…!! Ja, ja, ja…
Muy bueno, sí señor…!!
Muchas gracias Jordi…!!!
Deseando que llegue nuestro Aniversario… para repetir tan original y simpática forma de brindar!!
Ahora bien, a las doce y un par de minutos… Rafa y mi menda lerenda nos fuimos a hablar con Lola, para que le cantara un “cumpleaños feliz” a Jordi… en el preciso momento en que salieran botellas de cava por doquier, y una hermosa coca que prepararon las expertas manos de Anna.
Qué buena la coca…!!
Qué momento, señores…!!!
Nuevamente –como el año pasado, que cayó en similares fechas-, Jordi pudo celebrar su cumpleaños en “La Cabra Mocha”…!!
Eso sí que es un puntazo… je, je, je…
Celebrara yo el mío en ese evento… y me tienen que llevar a casa en camilla!! Ja, ja, ja…
Y bueno…
Como cada año -en cada crónica de éste pedazo de evento- llegamos al “terreno resbaladizo” en el que mejor contar lo justico.
No por nada… Si no que no hace falta explicar lo que cualquiera puede intuir, desvelando misterios que sólo los que estuvimos, podemos conocer.
Puede parecer lo que no es… pero ciertamente, ésta crónica no la cuelgo sólo en el foro… también la pongo en “Blog de Crónicas” del grupo… y ese blog recibe un montón de visitas de mucha gente que no nos conoce personalmente. Y no es necesario relatar según qué anécdotas “borrachuzas”, que podamos protagonizar algunos como yo… je, je, je…
Así que como suele decirse –emulando una frase de una popular ciudad estadounidense… “Lo que pasa en La Cabra Mocha, se queda en La Cabra Mocha”…!!
No obstante, diré que después de celebrar el cumpleaños de Jordi, nos fuimos todos en masa al otro lado de la hoguera. Justo en frente del tenderete de Druïdes… donde Lola nos dio la popular “Jam session cabramochera”, que el año pasado –por culpa de la lluvia- se perdieron buena parte de los compañeros que se estrenaban ese año…
Diré también que a la percusión… tuvimos el placer de tener al amigo Rafa –que se descubrió como un verdadero prodigio en el manejo de los bongos…!!
Y que Jordi –nuestro Jordi- descubrió allí su oculta vocación por el cajón…! Je, je, je…
Que allí estuvimos embelesados escuchando las canciones que manaban de la colla… sin echar cuenta que –lamentablemente- este año también nos llovió. Y que cuando la lluvia ya era demasiada como para ignorarla… levantamos “campamento”, y la mayor parte de los compañeros se fueron a dormir…
La verdad es que si no hubiera llovido… aún estaríamos allí…!
Pues ciertamente… se estaba más que a gusto disfrutando de un momento que podríamos calificar como “la esencia de La Cabra Mocha”…
Pero no…!
Nos llovió…
…y aunque algunos nos empezuñamos en continuar la fiesta bajo el cobijo del tenderete, los niveles etílicos llegaban –en mi caso- a límites sumamente peligrosos.
Así que… con un torpedazo por debajo de la línea de flotación, tuve que sucumbir a la triste realidad, y emigrar –como todos- para el saco.
Escorado… me anclé en la tienda –quien sabe de qué manera-, y di por terminada la noche más esperada de todo el año… (sics)
CAPITULO 5 – LA MAÑANA DESPUÉS
Serían las nueve de la mañana –o así-, cuando me desperté en el saco…
No! Perdón! Encima del saco… je, je, je…
Dando gracias a la divina providencia, por haberme dotado de ésta peculiaridad de no sufrir resaca… ja, ja, ja…
Ni dolor de cabeza… ni cabreo…
Pero un cuerpo, como para echarlo a los gorrinos! Je, je, je…
Me levanté… Nos juntamos con los compañeros… Y nos fuimos al bar.
A cafetear…!
Que a esa hora… era lo mejor que podíamos hacer, recordando -entre risas y bromas- la pedazo de noche vivida…
La simpatía del tipo del bar, sublime! Brillaba por su ausencia, sí señor…!
Pero como tampoco nos íbamos a enrollar con él… la verdad es que con que nos hiciera un café mínimamente efectivo, teníamos más que suficiente…
Luego regresamos a las tiendas… y nos dimos cuenta que el plan primigenio de recoger campamento para dejar las motos montadas, antes del “almuerzo-comida” que nos meteríamos… iba a ser mejor dejarlo correr. Pues las tiendas –con la lluvia- estaban empapadas, y lo suyo sería esperar a que se secaran conforme les diera el solete…
Poco más o menos a las diez de la mañana… llegó la expedición dominguera…!!
En un coche… Conchi, Roxie, Aracely, y Eolia…!
Y en el otro… Boots48, y Choppers…!
Los seis se habían juntado esa mañana en la Sede… y tras recorrer su particular “ruta cabramochera”, llegaban cargaditos de papeo para comer todos juntos, y compartir así la mañanica…
Ole, ole, y ole…!!
Qué alegría más grande, poder compartir esos momentos…!!
La verdad, una idea estupenda… que espero podamos repetir cada año…!!
Pues ciertamente, es una muy buena oportunidad de compartir parte de una salida tan especial… con aquellos que –por hache o por bé- no pueden venir el sábado…
Lo dicho:
Una idea que hemos estrenado éste año –aunque a decir verdad, el año pasado ya hubo un intento de ello- y que me parece que repetiremos siempre a partir de ahora…!!
Llegaron… y tras los besotes y arrumacos de menester, nos fuimos todos al bar. A seguir disfrutando de la simpatía del hombre… y la calidad de su cafeína… je, je, je…
Luego, para ir haciendo tiempo mientras las tiendas apenas se secaban… acudimos al tenderete de Druïdes donde algunos pillaron pin y anuario… camisetas… etc.
Y así pudimos comentar la jugada y despedirnos de los compañeros –y amigos- organizadores, que a puntito estaban de empezar a recoger.
Y ya… cuando nos dimos cuenta que la cosa no se podía dilatar más, arrancamos con el momento más doloroso y penoso de cualquier salida –aunque especialmente en ésta- que consiste en empezar a recoger campamento.
Qué putada…!!
Y además… con el agravante que –misteriosamente- cuando quieres volver a guardarlo todo en el mismo lugar donde lo traías… no cabe!
La tienda, que venía en una bolsa, no cabe en la misma…
El saco, que venía perfectamente enrollado… lo tienes que meter a patada limpia, y ni así vuelve a meterse en su sitio…
Vamos, que por si no es suficiente cabronada tener que recoger… encima los bártulos no colaboran…! Y eso sí que… vaya telita…!!
Menos mal que poco a poco, todo se fue recogiendo en el mejor de los ambientes.
Comentando las jugadas del día anterior…
…disfrutando no solo de la compañía de los compañeros del domingo, si no de una buena, entretenida, y –sobretodo- divertida conversación…
Y antes de que nos diéramos cuenta, ya teníamos todo recogidito y a puntito de montar en la moto.
Aunque algunos… tuvimos la suerte de que los compañeros de los coches nos llevaran los trastos…! Je, je, je… Y así no tuvimos que montar la moto de nuevo… pudiendo hacer la ruta de vuelta mucho más “ligeros” que la de ida.
Ya estaba prácticamente todo empaquetado… cuando llegó la hora de darle a la muela con ganas…!
Se preparó la mesa que trajeron Conchi y Roxie… y con las sillas (por lo menos diez) que trajo Boots48, nos fuimos al otro lado del campo –donde el sol ya calentaba la yerba-, y empezamos a sacar papeo…
A nosotros nos quedaba parte de lo que se había cocinado la noche anterior. (Así que ni del sobrante del pica-pica, ni del sobrante de la carne, gastamos un ápice…)
Pero es que ellos llevaban dos tortillas de patatas… (Una de Eolia, y otra de Roxie y Conchi)
Un montón de mongetes… (De Aracely)
Croquetas caseras… (Un tupper de Aracely, y otro de Roxie y Conchi)
Patés… pan… y mogollón de cosas más, que la memoria ahora mismo no me quiere revelar.
Vamos…! Que sólo nos faltaba el hambre…!!
Pero noi…
…el hambre la teníamos bastante desmejoradilla, y a pesar de comer todo lo que pudimos, ahí quedó gran parte de la comida…
Otra cosa para mejorar el año que viene:
La “logística”, adaptarla mejor a las necesidades reales. Porque ciertamente, fue una pena no disfrutar todo ese excelente papeo…
Sin olvidarnos de la estupendísima coca de “Pà de pessic” que nos preparó Montse…!!
Una coca imponente, de la que también quedó la mitad…
Desde aquí… muchas, muchísimas gracias a todos, por la cantidad de pitanza que trajisteis…!!
La verdad es que todo estaba más que bueno… delicioso…!!!
Y nuestras disculpas –de parte de los que estuvimos allí aquella noche- por no haber estado a la altura…
Nos sobrepasó la cantidad de papeo…
…y ciertamente, sobraron cantidades industriales.
A ver si el año que viene lo mejoramos. Que de los errores se aprende…
Una vez terminamos con el momento papeo… (Durante el cual se despidieron los amigos Mussols) …nos dedicamos a recoger todo, y preparar definitivamente la partida.
Algunos, como Jaume y Eolia… se procuraron –además- una buenas ramas de laurel…! Que allí había un montón con una pinta estupendísima…!!
Montamos los tratos en los coches…
Acabamos de montar las burras…
Y decidimos que la vuelta la haríamos por separado.
Los coches por un lado… y las motos –a su ritmo- por el otro.
Así pues… nos despedimos cariñosísimamente de los ocupantes de los coches… y les vimos partir, al tiempo que nosotros íbamos arrancando motores, calentado aceite… y preparándonos para el trayecto.
Trayecto que –como habíamos decidido un ratito antes- capitanearía yo… llevando el grupo por una ruta completamente distinta a la acostumbrada otros años.
Como no podría ser de otro modo…
…si ese año estrenábamos ruta de ida, y pretendíamos volver –casi- por donde habíamos ido…
Y de ese modo, después de despedir a los amigos de los coches… nos dimos cuenta que –a falta de una misteriosa tienda y una moto, que aún quedaban en el descampado- éramos los últimos en abandonar Sant Sebastià de Montmajor.
“La Cabra Mocha” había terminado… y nosotros –por primera vez en todos éstos años- íbamos a ser los últimos en emprender ruta para casa…
CAPITULO 6 – LA RUTA DE VUELTA
Salimos del descampado… pisando toda la yerba que pudimos. Para así… minimizar la cantidad de barro que se nos pudiera pegar a las ruedas, ya que el barro de la zona es especialmente pegajoso y resbaladizo…
Arrancamos la ruta como el año pasado. Que también nos llovió… y la bajada de la carretera se presentaba especialmente peligrosa.
Así que como el año anterior… uno a uno, en fila india, y jugando entre primera y segunda… fuimos recorriendo nuevamente la carreterilla curvera –e híper mojada- que nos llevaría hasta Caldes de Montbui…
Una vez llegamos abajo, después de sortear grácilmente todas y cada una de las curvas… ocupé la acordada posición de Route Captain, y llevé al grupo hasta la gasolinera que hay pasada Els Saulons, dirección a Sant Feliu de Codines.
Gasolinera frente a la cual pasamos cuando llegamos…
…y que si tenemos en cuenta que siempre hacemos menos kilómetros a la vuelta que a la ida, pues la ruta por la zona de curvas sólo la hacemos cuando vamos…
…aquí se me ocurre una nueva mejora que apunto, para tenerla en cuenta a partir del año próximo:
A partir de ahora… parar a repostar en cuanto pasemos por delante. Y de ese modo… nos ahorraremos el tener que ir a buscar la gasolinera al bajar, para luego volver a Caldes.
Ya que realmente -si lo calculamos bien-, la diferencia será que en el momento de partir, llevaremos hechos -como mucho- entre veinticinco y treinta kilómetros.
Cantidad que carece de importancia. Y más, si tenemos en cuenta que parar a la llegada que nos ahorrará –no sólo el ir y volver- si no casi veinte minutos que invertimos en ir a “llenar”.
Una vez tuvimos los depósitos a tope… arrancamos motores, y salimos para Caldes.
Aunque sin llegar a entrar… pues encaramos hacia Santa Perpetua de la Mogoda, donde pillaríamos la autopista AP-7 para agilizar todo lo posible la ruta de vuelta.
Algo que a mí personalmente, no me gusta… Pues las autopistas en moto se me antojan súper aburridas… Pero reconozco que en casos concretos como ese, todo lo que sea adelantar es bueno.
Así que pillamos la autopista de marras… y a la altura de Molins de Rei, nos salimos.
Pillamos el cachito de autovía… y mientras Jordi seguía dirección Barna, poniendo rumbo a L’Hospitalet de Llobregat, el resto tiramos para la N-340.
Hasta pronto, company…!!!
Luego… el compañero Clemente pilló la salida a la A2, para poner rumbo a Igualada, y llegar a Jorba. Y el resto seguíamos dirección Vallirana… con intención de llegar a Vilafranca del Penedès.
Hasta la vista, company…!!!
Pasamos Vallirana… las curvas chunguillas de subida…
…y seguimos por la nacio6nal, a un ritmo más que bueno.
Pero a puntito de llegar a l’Ordal… decidí parar. Pues no estaba la cosa como para hacerlo todo del tirón… Y no siendo necesario parar a tomar algo, nos iba a venir de puta madre parar en un lateral amplio, donde echar una meadilla –si conviene-, un pitillico… y un ratico de charla distendida.
Así pues, a eso de las tres y poco de la tarde, nos encontrábamos a tiro de piedra de l’Ordal. Disfrutando la que sería… la última parada de ésta magnífica ruta.
Al poco –porque aunque me pese reconocerlo, todos teníamos ganas de llegar…- arrancamos nuevamente las burras y no pusimos en marcha.
Juan recobró su natural posición de Route Captain… que es como realmente ruteamos a gusto. Porque llevarme a mí delante, es sumamente peligroso…! Ya que mi sentido de la orientación, nos podía llevar directamente a Girona, a Lleida, o a Zaragoza…! Je, je, je…
Pasamos l’Ordal… y antes de que nos diéramos cuenta, llegábamos a Vilafranca.
Allí… Pitu pilló la C-15, poniendo rumbo a El Plà del Penedès.
Hasta la próxima company…!!
Y mientras… Juan y yo seguimos por la N-340, hasta que mi menda lerenda –despidiéndose entre sonoras pitadas- se pillaba la C-15 también… pero en dirección a Vilanova. Al tiempo que Juan seguía por la nacional, poniendo rumbo a El Vendrell.
Hasta pronto, company…!!
Llegué a Sitges, después de pasar fugazmente por la C-32… y llegando al parking, comprobé que Boots48 y Eolia ya habían dejado los bártulos allí. Pero como me faltaba una bolsa… y el coche de Joan todavía estaba en el parking… me esperé un ratico a que regresara. Y no sólo pude pillar la bolsa… si no que pude agradecerle nuevamente el favor inmenso que me hizo al llevarme los trastos.
Y ya sí, tras despedirme de él… procedí a guardar la burra y tirar para casa.
Donde después de hacerle una buena visita a mi amigo Roca… al que no veía desde la mañana del sábado, me faltó tiempo para empezar a descargar fotos y vídeos, al tiempo que las subía al foro… y descansaba el resto de la tarde.
Feliz por el fin de semana vivido… pero triste –muy triste- por no haberlo podido compartir con todos los compañeros que no pudieron venir…
A ver el año que viene…!!
El año que viene, companys… hemos de hacer todo lo posible para hacer un pleno, ni que sea el domingo por la mañana!!
EPÍLOGO
Bueno… y llegamos ya al final de la croniquilla…
Todo, o casi todo lo acontecido, resumido está en ella.
Pero me he reservado para el final una pequeña valoración que –si cabe- la describirá un poquito más…
Personalmente, creo que –como dije al principio- “La Cabra Mocha” es nuestra salida por excelencia. Ya que no hay otra salida que provoque tantas emociones –y tan buenas- como ésta.
Pero además… año tras año la mejoramos, companys…!!
Cada año descubrimos cosas que se pueden mejorar…
…y no sólo eso, si no que las mejoramos!
El año pasado decidimos mejorar la ruta… y éste año hemos dado en el clavo…!
Falta sólo “salvar” la zona de Sabadell… pero ciertamente, hemos dado con la ruta perfecta…
…que nos permite llegar a una hora genial después de almorzar en “La Cantonada”, y realizar la ruta cabramochera.
Y cuya ruta de regreso… es rápida, ligera, y nada pesada.
Llegando también a casa a una hora más que prudente…
El año pasado hicimos el intento de juntar parte de la colla el domingo… y no lo conseguimos.
Pero éste año se ha hecho… y ha sido muy, pero que muy especial…!!
También dijimos de preparar el tema de la tienda AMICUS por si las lluvias…
…y a pesar que no ha hecho falta, la hemos tenido…!!
Y bueno… nos propusimos arreglar el tema del papeo… pero está claro que o unificamos la lista entre todos, formando un “bote” común, y que sólo uno de nosotros se dedique a la compra…
…o ese punto no lo vamos a salvar… je, je, je… (No somos perfectos, pero lo intentamos…)
Pero en definitiva, año tras año mejoramos…!!
Y es todo, gracias a vosotros, companys…!!!
Año tras año, ésta expedición nos permite vivir un fin de semana tremendísimo…!!
Año tras año… volvemos a casa con ganas de más… entristecidos por la perspectiva de tener un año entero por delante…
Y es por eso que año tras año, me siento más orgulloso de formar parte de éste grupo.
De ésta colla…
De ésta familia…
…con la que hacemos cosas muy, pero que muy grandes…!!!
Y prueba de ello –una más de tantas- es ésta salida…
Muchísimas gracias a todos…!!!
A ver si pasa pronto éste año… y podemos vivir de nuevo una “Cabra Mocha” que –seguro- mejorará la de éste año…!!!
Pero sobretodo, que la podamos compartir con todos… y realicemos un pleno como la copa de un pino!!!
Oh, yeah…!!!
NaCluT!!!
dissabte, 11 de gener del 2014
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