Por Jaqueton:
El pasado veinte de septiembre… en AMICUS Moto Grupo nos quitamos una histórica espinita que-desde hacía un par de años- nos pinchaba dolorosamente el culo… cada principio de otoño cuando se prepara la popular “Perros del Ebro”.
Y es que en septiembre de dos mil doce, tuvimos que suspender la salida sustituyéndola por una visita –remojada a base de bien- a L3F. Debido a las omnipresentes lluvias que organizó un cachondo y –a qué esconderlo- cabronazo, Gran Manitou.
Dejando de éste modo la mega rutilla de un día, colgada en nuestro corazón… aguardando el día que –por fin- pudiéramos realizarla.
Y ese día llegó…!!
Éste año, por fin… se alinearon debidamente los planetas, y pudimos realizarla…!!
No sólo realizarla… si no que –además-, la mejoramos en infinidad de aspectos que en breve relataremos.
Y por si todo eso fuera poco… las amenazas de nuestro buen dios de las rutas y el tiempo –Gran Manitou-, quedaron en eso. Meras amenazas… que apenas llegaron a ensombrecer con alguna nube, algunas partes del trayecto.
En fin… que el veinte de septiembre de éste año, realizamos la esperada, anhelada, y deseada excursión de un solo día… a Perros del Ebro…!!
Saliendo de Vilafranca… con la idea de volver a ella, a media tarde.
Pero como veréis… ese fue uno de los detalles que –como otros muchos- fueron evolucionando caprichosamente a lo largo de la jornada…
Dejémonos de preámbulos, y vayamos directamente al grano de éste relato. Que la ruta fue larga… y hay que poner cuanto antes aguja en el hilo con la intención de hilvanar ce por be… todo cuanto acaeció aquella fresquita mañanuela de septiembre.
Justo el último día de éste verano que nos dejaba… sin haber llegado a ser –más que en unos pocos días de agosto- un verano de verdad…
La mañana de la ruta en cuestión, arrancó como suelen arrancar las mañanas de rutas inmensas: Muy temprano.
Y es que una ruta larga… o se arranca temprano, o no hace falta arrancarla. Que si no, no cunde la jornada…! (Lamentablemente, ese día fue un clarísimo ejemplo de ello…)
Mi menda lerenda, saltó de la piltra a las tres y media de la mañana… después de haberme acostado a las once y media, y de haber dormido como el culo. (Los nervios típicos… je, je, je…)
A las cinco menos cuarto salía de casa, en busca de mi dulce Guillermina… y a las cinco y poco –casi quince minutos antes de lo acordado- me juntaba con Tito para pillar la autopista.
Los dos estábamos allí antes de hora… je, je, je…
Subimos a la Sede, y allí nos encontramos a la valiente Laia…!! La que viene de más lejos… y siempre es la primera en llegar. Sí señor! Ese es el espíritu…!!
Besitos, arrumacos, presentaciones… y a seguir recibiendo corredores.
Llegaron Pepe y Heavy… Llegó Juan Ninja…
Pitu –como siempre- rozando el larguero. Llegó a las seis menos cinco… y justito le fue de tomarse el cortadete.
Una vez estuvimos todos, monté el grupete de ruta –pues ese día capitanearía yo- y salimos de Vilafranca poniendo directamente las gomas sobre la N340…!
La ruta acababa de empezar…!! Yeeehaa!!!
Bajamos por nuestra vieja amiga nacional… ruteando de noche, bien formados, y a un ritmo de lo más simpático.
Poco a poco… fuimos devorando los kilómetros que nos separaban de El Vendrell. Y una vez allí, nos juntamos con los amigos Juan Poti, y Jordi883… que nos esperaban justo en frente del Karting… donde paramos a repartir los acostumbrados abrazotes, besitos, y arrumacos, para luego formar de nuevo el grupo de ruta… y salir sin dilación a por ella…!
La ruta estaba clara. Pero por esas cosas de la vida, y que uno es sumamente influenciable… me aventuré a seguir un consejo y me metí por la AP7 –un tramo gratuito, se entiende- en vez de por la acostumbrada A7.
Y claro, pasó lo que tenía que pasar… y me salí en la que no era.
Suerte tuvimos de Jordi883. Que se conoce aquello como la palma de su mano… y se puso un momentín en la capitanía del grupo, justo para encararlo directamente a la T11. Punto en el que habíamos quedado con Daelin… y donde éste nos esperaba desde hacía ya un buen rato. Pues como digo… éste que os habla se despistó. (Algo que es costumbre me suceda, casi cada salida que capitaneo… je, je, je…)
Una vez encarados a la T11… Jordi volvió a su puesto en el grupo, y un servidor volvió a tentar la suerte “capitaneando”.
Justo saludamos al amigo de Vilallonga del Camp, empezó la que –para mí- es la ruta más guapa que se puede hacer…!
Me encanta!!
Sobre todo, a esa hora… despertando el nuevo día, y descubriendo un paisaje que corre por mis venas. Pues sin haber nacido allí, mi familia proviene de parte de aquella zona en la que nos adentrábamos… y una parte íntima y primitiva de mí ser, se emociona cada vez que paso por esos lares.
Y es que la rutica es preciosa…!!
Y más, desde que arreglaron aquellas carreteras… y recorrerlas es un gusto para los sentidos.
Curvas amplias… y un ritmo de rodada, ligero y feliz.
Sin duda, la carretera que más fresca que puede uno echarse a las ruedas, una frescota mañana de finales de septiembre.
Andaríamos cerca de Falset, cuando decidí parar el grupo en un cacho descampado… donde algunos pudieron echar el pitillo, otros un meíllo… y todos, estirar las piernas saludando al nuevo día que definitivamente se abría ante nosotros…!
Allí charlando, acordamos con Heavy que no sólo comeríamos en Gandesa… si no que él nos llevaría hasta un garito donde –casualidades de la vida- él mismo había almorzado unas semanas antes.
Así que tras decidirlo, y una vez todos estuvieron listos para la marcha… Arrancamos motores, y pusimos proa al siguiente destino: Almorzar!!
Pasamos Mora d’Ebre. Y justo donde siempre doblamos a mano siniestra –cuando nuestro destino es Miravet o Benifallet- seguimos recto, poniendo rumbo a Gandesa. La capital del vi!!
Nada más entrar en el pueblo… di un giro extraño, y el amigo Josep (Heavy) pasó a primer puesto para indicarnos la localización del garito donde –sabiamente- quitaríamos los vientres de pena... atendidos por una simpatiquísima camarera.
Camarera que como veríamos más tarde al liquidar cuentas… formaba parte de una plantilla que en su totalidad –o casi- provenían del este de Europa.
Sin comentarios.
Los bocadillos fueron una verdadera pasada…!! Ricos, ricos, riquísimos…!!!
Y en verdad, el servicio atento y dilecto.
Sinceramente… un diez!!
La próxima vez que pasemos por allí –espero que para ir a La Fontcalda-, no hay duda que ya sabemos donde tenemos que yantar…
Cuando dimos por terminado el almuerzo, y después de haber liquidado cuentas con el local… decidimos ir a por la burras para –después de llenar en la gasolinera de la salida del pueblo- ponernos de nuevo en la ruta… y seguir la planificación que pusimos en el foro.
Pero… para una vez que seguimos el horario establecido en una ruta tan larga, tenía que venir el hijo la gran puta del Murphy a joderlo todo. Si será cabrón…!!
Estábamos todos llenando las tripitas de nuestras respectivas, y aparcándolas al otro lado de la carretera… cuando descubrimos a un Pitu desencajado, cuya Pitufina reposaba a no pocos metros del surtidor.
Aparentemente… no pasaba nada. Pero nuestro amigo languidecía pálidamente… como si hubiera visto un fantasma.
Nos fijamos más y mejor… y descubrimos –asombrados, acongojados, e incluso acojonados- que la correa de arrastre de la pequeña de Pitu, estaba en el suelo polvoriento!!
Inerte. Literalmente muerta… después que –asombrosamente- se hubiera partido cuando Pitu puso primera, con la intención de acercarse al surtidor…
Aquello fue una puñalada trapera en toda regla, que nos clavaba el cabrón del Murphy de las leyes!!
Si es que… tiene tela marinera…!!
La puta correa se partió… completamente seca. Como si de un plástico duro y viejo se tratara… cuando la moto –y por ende la correa- apenas contaba tres años y medio de vida.
Lo dicho. Una verdadera putada… que nos obligó a esperar largamente el vehículo de asistencia que vino a buscar a Pitufina, al tiempo que veíamos sin poder hacer nada… como se iba literalmente al traste toda la planificación de aquella mañanuela.
En fin. Qué se le va a hacer…!!
Mientras esperábamos… algunos nos refrescamos echando una cervecita en el bar de enfrente, que terminó justo cuando acababan de cargar la montura de Pitu en la furgona, y se disponían a asegurarla con cinchas.
Pitu a partir de entonces… se vino conmigo en Guillermina. Donde pudo dar fe de lo incómodo del asiento del acompañante de mi pequeña… que en breve será modificado para que mi media naranjuela pueda venir de ruta bien pronto.
Pero volvamos al relato, companys…
Cuando se llevaron a Pitufina en la furgoneta –fregoneta para puristas-, montamos raudos el grupo de ruta… y salimos sin dilación a la carretera, poniendo rumbo al siguiente punto de control…
…que no era otro, que Batea. Desde donde tiraríamos para Maella… y así poner rumbo a Caspe.
Y desde allí, bajo un sol de justicia, y recorriendo las secas carreteras de la zona… tiraríamos –por fin- para Escatrón.
Punto final de nuestra ruta de ida… y destino de ésta expedición que esperaba salir de allí –en el planning primigenio- casi a la misma hora que llegábamos…!!
Y es que es bien cierto aquello de que uno propone… mientras –llámalo equis- dispone.
Habíamos llegado a Escatrón…!! Destino de la ruta… y punto en el que nos íbamos a encontrar con el buen amigo Pipeta!!
Que acudiendo –como acudió- a la hora acordada en los días previos… eternizó la espera mirando tenderetes y metabolizando cerveza, bajo el sol de justicia infinita con que el Gran Manitou nos obsequiaba después del periplo tortuoso de Gandesa.
Y claro, calvete que es amigo… tuvo que pillarse una gorra para proteger tan valiosa cabecita…! Je, je, je…
Junto a él, nos echamos unas cervezuelas en el bar… después y antes de las dos visitillas que le hicimos a los tenderetes de la concentra.
Pero no fue todo lo a gusto que esperábamos… pues quieras que no, todos andábamos mirando el reloj, y sabiendo que todavía teníamos una buena ruta hasta la comida.
Por la comida no había problema, pues amigos como eran los del restaurante de Juanpoti… éste les llamó para avisarles del retraso.
El problema era las horas de sol…! Que a finales de septiembre ya se acortan… y no es plan de andar muy lejos de casa si se hace de noche rodando en grupo.
Así que tras la visita al tenderete de Idees Brodats, donde el amigo Salvador nos pasó la galleta de Roxie… que justo esos días se estrenaba como Futuro Miembro de AMICUS…
…una vez habíamos reposado gaznates como es debido, en el bar…
…después de haber chafardeando todo lo posible los tenderetes…
…saludados debidamente los amigos Cheyennes, que allí estaban…
…y después de haber vuelto a refrescar gaznates en la barra cercana a las burras, decidimos que ya podíamos volver a montar el grupo de ruta, para poner nuevamente los cauchos en la carretera… y arrancar –por fin- con la ruta de regreso…!!
Ruta cuya primera parada no iba a ser otra, que la parada para comer…!! Je, je, je…
Salimos de Escatrón. Y volviendo sobre nuestros propios pasos… tiramos para Caspe.
Luego… para Maella.
Y de allí, doblando a mano anarca… pillamos una carreterilla que nos iba a llevar –sí o sí- hasta Fabara…! Punto de la primera parada de la ruta de vuelta… y –creo- una de las comidas más esperadas de ésta temporada…!! Je, je, je…
El garito elegido, no fue otro que “El Farolet”. Un restaurante regentado por Ramón, su mujer Pepi, y sus simpáticas hijas... Jenny y Vanessa.
Ramón -amigo de hace muchos años de Juan- nos preparó un menú que no se lo salta un galgo…!!
Un pedazo de menú… que nos tuvo a todos entretenidos, saciando la hambruna motera que arrastrábamos después de la “aventura” que nos regalo el destino.
Y no era extraño! Pues bien mirado… estábamos comiendo a la hora en que teníamos planeado andar ya por medio camino a casa…
Pero vamos, las expertas manos de Ramón nos prepararon un menú riquísimo…
…que sumado al hecho que fuimos atendidos por toda la familia al completo, que nos trató a cuerpo de rey… os puede dar una idea de lo bien. De lo infinitamente bien que comimos…!!
No sin reparo… tuvimos que tomar la decisión de partir. Así que después de darle una vueltecilla en moto a las dos hijas. Una con Laia, la otra con Juan… Formamos el grupo de ruta nuevamente, para poner rumbo –en ésta ocasión- a Mequinenza.
Salimos de Fabara, y no tardamos en darnos cuenta que Pepi no había exagerado ni un ápice cuando nos dijo que la carretera que nos esperaba era mala.
Mala…?? Aquello era más malo que aquél niño que le pegó a su padre con un calcetín sudao!!
Menuda carretera!!
Me parece que desde entonces, ninguno tenemos los órganos en su sitio… je, je, je…
Nos echamos no sé cuántos kilómetros, botando como putas pelotas locas!!
Vaya tela…
Llegamos a Mequinenza, donde después de un descenso que a mí personalmente me cerró el culo como el de un delfín (a prueba de agua), paramos al lado del embalse… donde nos entretuvimos con preguntas metafísicas con las que el hombre se ha rascado el colondrilo desde el principio de los tiempos:
“De donde venimos?”
“A dónde vamos?”
“La corriente hacia dónde va…??”
Pero como vimos que no nos íbamos a poner de acuerdo en nada… decidimo seguir para adelante, en busca de una gasolinera donde llenar el estómago de las niñas. Que a esas horas –algunos- ya andaban medio resecos…
Pusimos rumbo a Fraga. Y de ahí… nos metimos en la A2 con la idea de no soltarla hasta pillar la C15 que nos llevaría a casa.
Pero como digo… algunos depósitos andaban pidiendo auxilio. Con lo cual… me metí en la primera área de servicio que pillé. Donde llenamos todos… y donde lamentablemente nos despedimos del amigo Pipeta… que puso rumbo a Corbins.
De ahí… tiramos para abajo. Y después de un par de intentos infructuosos de encontrar un lugar donde pararse a echar una cervecilla o algo, para refrescar el gaznate… acabamos dando –creo que a la altura de Tàrrega- con el mismo garito donde nos echamos los cafelotes… el día del almuerzo en el área de Guissona.
Allí algunos aliviaron intestinos yendo al baño, dispuestos a sacar la leña al patio… y sentados en la terracita, nos dimos cuenta que el sol –nuestro amigo Lorenzo- estaba próximo a dejarnos. Así que a partir de ahí… había que ir –si cabe- con más ojos en la carretera, y todos los sentidos en la conducción.
El amigo Daelin, quien nos llevó hasta el garito… nos dejó en ese punto. Pues desde allí… el descenso a tierras tarraconenses era mucho más directo. Y por eso mismo, el amigo Jordi883 se fue con él… y hasta el propio Juanpoti tuvo “tentations”… je, je, je…
Así que el resto reordenamos el grupo… y nos despedimos unos de otros, ya que no se adivinaba ninguna parada más en la ruta.
Con lo cual… a partir de ahí –en teoría- iba a ser todo de un tirón hasta casa.
La ruta de noche –y más si se va en grupo- no es ni de lejos placentera en absoluto.
Y si le añadimos rodar por la A2, que es una de las arterias principales de ésta nuestra tierra… la cosa se pone –si cabe- mucho más seria.
La ruta fue un poco jodida… porque a esas alturas, la moto de Laia empezó a hacer el tonto… y a todos se nos encogió el corazón viendo que la velocidad de rodada bajaba significativamente.
Por suerte, no sólo no pasó nada… si no que hace unas semanas –por fin- en el taller dieron con la tecla… y la moto ya funciona perfectamente…!!
Al llegar a la salida para la C15… nos despedimos sonóramente de Laia. Ya que ella siguió rumbo recto a Barna… mientras nosotros lo poníamos hacia Vilafranca.
Juanpoti –a quien puse delante en la A2-, tiró del carro… y el grupo bajó feliz la C15, a pesar que –como ya sabemos, y es costumbre- a mi menda lerenda le cuesta rodar a oscuras… y bajo –muy abajo- el ritmo.
Hasta el punto que perdí a Juanpoti… pero como la carretera es recta, pensé que en un momento u otro nos esperaría.
Y así fue…!!
Cuando un servidor puso el intermitente para entrar en El Plà del Penedès a dejar a Pitu… y el resto del grupo: Pepe, Juan Ninja, Heavy, y Tito, tiraron recto…
…descubrimos a Juan en lo alto de la loma –justo encima de la C15- donde nos esperaba… je, je, je…
Allí nos paramos medio minuto. El tiempo justo para comentar la jugada… y despedirnos nuevamente al descubrir en los móviles que la familia nos esperaba a todos.
Y es que eran como las nueve de la noche… y era normal que estuvieran intranquilos.
Juan tiró para El Vendrell… al tiempo que yo entre en El Plà, dejé a Pitu en su casa… y bajé raudo para Sitges…!!
No sin antes llevarme unas gotitas de lluvia en la pantalla, para que no pudiéramos decir que el Gran Manitou no está ahí… je, je, je…
Luego en casa, después de saludar cariñosamente a mi media naranjuela… no me separé del teléfono hasta comprobar –vía whatsapp- que todo el mundo había llagado bien a casa.
Y así fue…!!
Así fue la ruta…
…y así fue como –por fin- nos quitamos una espinita que nos clavamos hace un par de años…!!
Una espinita que nos hemos quitado… yendo a Perros del Ebro –por primera vez- en Escatrón.
Vayan vuestras mercedes a saber si en la próxima ocasión no vamos a pasar el finde…!! Je, je, je…
Pero bueno, sea como fuere… eso ya será otra historia.
Lo que aquí nos ocupa e importa, es que ésta –salvo la avería de Pitufina- terminó bien. Y eso…
…eso es lo más importante…!!
Oh, yeah…!!!
NaCluT!!!
dissabte, 20 de setembre del 2014
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