Por Jaqueton:
Domingo, veintisiete de diciembre de dos mil nueve...
La que iba a ser la penúltima salida del año, terminó -finalmente, pues la del treinta y uno se anuló-, siendo la última.
La última... y la muestra más clara que en esto de las salidas de AMICUS, nosotros proponemos... y alguien -llámalo X- dispone.
Je, je, je... Tócate las webs...
Aquella noche, la pasé currando. Así que en el curro mismo me cambié y acicalé como es debido, para de ese modo salir raudo en cuanto me relevaran... en busca de mi pequeña y dulce Bilú It.
Y así lo hice.
Apenas un par de minutos después de sonar la séptima hora del día, éste que os habla partió hasta el parking... a buscar a su niña bonita.
Y tras calentar motores, regresó al currelo... donde había quedado con el amigo Tito.
Quien la noche anterior, y debido a la lluvia, había dejado a su Águila Negra allí.
Lluvia que -como pronosticaran los compañeros del Meteocat- cesó a media noche, para no volver hasta al cabo de unos días...
Así pues, con tiempo seco por delante -que no las carreteras-, y con temperaturas mucho más benevolentes que en la última semana... salimos juntos de La Blanca Subur, dirección Canyelles.
Y allí, llenamos depósitos y proseguimos ruta hasta el punto de encuentro oficial de AMICUS.
El Monterrey!!
Pocos minutos más tarde, llegamos al punto... donde ya nos esperaba el amigo Moli.
Allí echamos los cafelotes... carajillotes... charlita mañanera...
...y a la hora en punto acordada, nos preparamos para montar en las burritas y dirigir nuestras proas hasta el destino elegido para ese día: Les Gunyoles.
La rutilla hasta allí -saliendo de Vilafranca- fue sobretodo breve.
Aunque más breve fue nuestra visita, pues el local estaba cerrado...!
Así las cosas, tuvimos que improvisar... y eso es lo hicimos.
La decisión fue ir a almorzar a Òdena, parando por el camino para que el compañero Moli llenara el depósito de su Negra.
La gasolinera elegida fue la que hay a la altura de Puigdàlber... y puesto que la de nuestro lado de la carretera -hay dos- estaba cerrada, paramos un momento para cambiar de lado... Momento que aprovechó Moli para comentar un posible cambio de destino en nuestro esperado almuerzo.
Cambio de destino acogido con entusiasmo... Con ilusión... Y sobre todo con hambre...!! Je, je, je...
Raudos y ligeros, continuamos la rutilla por la C-15 hasta que encontramos el desvío -a los pocos kilómetros- hacia Guardiola de Font-Rubí.
Pueblecico dónde íbamos a encontrar el restaurante "Cal Pau Xich". Boliche elegido para llenar nuestras panzas, y saciar los apetitos que -dicho sea a de paso- ya empezaba a ser algo imperativo, imperioso y urgente.
Tomamos asiento en un rincón del local, al lado de uno de los ventanales...
Elegimos platillos combinados, y en mi caso, unos pies de cerdo a la brasa.
Todos almorzamos de puta madre. Aunque personalmente pienso que los pies de cerdo que me papeé, dejaban mucho que desear... Pero es que ciertamente, el nivel de Can Joan es difícil... muy difícil de alcanzar.
Total, que almorzamos de puta madre, como decía... y tras el papeo, con los cafelotes, nos trajeron unas almendricas con unos carquinyolis, que degustamos pacíficamente mientras celebrábamos una estupenda sobremesa...
Más tarde de lo que hubiéramos previsto, decidimos levantar el vuelo y emigrar a otro lugar a echar la cervezuela.
El lugar elegido fue el Hollister, en Cubelles...
Salimos de allí, y tiramos directamente para la C-15. Carretera que nos guió hasta Vilafranca, donde pillamos la N-340 para volver a pillar la C-15 al otro lado de la capital de l'Alt Penedès...
Desde allí, bajamos por Canyelles hasta Vilanova i la Geltrú, donde pillamos la C-31... Variante que nos llevaría en un periquete hasta Cubelles.
Una vez allí, la atravesamos... Llegamos hasta la Térmica... Y cual no fue nuestra sorpresa, cuando descubrimos el Hollister cerrado!!!
Vaya tela de suerte la de aquél día para elegir garitos...!! Je, je, je... Como para comprar un boleto p'al niño, oiga...!!
Puesto que estábamos en Cubelles, decidimos ir a echar la cervezuela en el "Explorer". Bareto chulo y divertido de la calle Gallifa.
Calle en la que viven mis padres, y precisamente a mi padre y a mi cuñado, fue a quienes tuvimos el placer de saludar antes de parar ante el bar.
Se iban a echar un quinto al bar de un amigo, y por eso declinaron nuestra invitación de acompañarnos al Explorer, donde íbamos nosotros.
Allí -en el Explorer- se estrenó el amigo Tito, pues era el único de los tres que no había estado nunca.
Y como cualquiera que entre allí por primera vez, alucinó con el rinoceronte de la puerta... los mapas de las mesas... los cocodrilos-taburete... etc...
Allí echamos la cervervezota, la charla, picoteamos cacahuetes... y antes de pedir más zumo de cebada, decidimos darnos el piro.
Pues ya era hora... y el amigo Tito -además- tenía que entrar de tarde.
Así pues, allí mismo, dimos por terminada la ruta...
Acompañamos a Moli hasta la salida de Cubelles... Nos despedimos hasta la próxima...
Y Tito, con mi menda lerenda, tiramos para Sitges.
Cada mochuelo a su olivo... a soñar irremediablemente y como siempre, en la próxima aventura de AMICUS...
Oh, yeah...!!!
NaClu2!!!!
diumenge, 27 de desembre del 2009
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