dissabte, 19 de desembre del 2009

Almuerzote en ÒDENA.

Por Jaqueton:



Diecinueve de diciembre de dos mil nueve... El país entero vive bajo la amenaza de un frente polar, que nos sume a todos, de golpe y sin aviso, en el más crudo invierno de los últimos cinco años... Qué frío!!

Tanto, que la noche antes, escuchando el parte meteorológico por la radio... decido llamar a Tito y a Fredy -los dos compañeros del día siguiente- para decirles que la ruta proyectada queda anulada.
Es decir, que la idea de subir a Igualada... para tirar por La Panadella, y seguir por Santa Coloma de Queralt para volver por Montblanc... mejor obviarla.

Obviarla, y en principio, ir a almorzar a Òdena.

Y una vez almorzados, decidir -según el tiempo que haga- dónde ir, y qué hacer...

Aparte, y en previsión de las heladas nocturnas que se pronosticaban, también cambiamos la hora de salida.
En vez de salir a las 8:00, decidimos salir a las 8:30... ergo, para tomar el café -como siempre- nos encontraríamos media horica antes, para calentarnos por dentro... je, je, je...

Así pues, al día siguiente, Tito y yo... en vez de encontrarnos en el parking a las 6:45 como habíamos quedado en un principio, lo hicimos media hora más tarde. Es decir, a las 7:15...

A las 7:15 de la mañana, arrancábamos nuestras burricas con la intención de subir por la C-15 y llenar depósitos en Sant Miquel d'Olèrdola... y así llegar con tiempo suficiente, para echar el cafetín tranquilamente en el Monterrey.

Subimos la mar de tranquilos, y sin prisa. La verdad es que el tiempo que hacía es lo que pedía...

Subimos, ataviados como esquimales... je, je, je...

Llegamos a Canyelles, y paramos a sacar dinero. Y allí, Tito lo flipó cuando vio los primeros coches "helados" que vimos, bajo tres milímetros de hielo...! Bufff.... Y sólo estábamos en Canyelles...!!

Después de allí, continuamos subiendo, paramos en Sant Miquel... llenamos depósitos, y relajamos los dedos, que ya necesitaban un calentón...

Menos mal que ya llegábamos a Vilafranca...!

Entrando a Vilafranca... dando vuelta a las rotondas, y buscando el Monterrey, encontramos por primera vez hielo en suelo, y eso nos dio aún más ganas -si cabe- de detener las motos y pedirnos un carajillo...! Je, je...

Y eso hicimos!!

Detuvimos las motos ante el Monterrey -punto de encuentro oficial de AMICUS-, nos quitamos las capas de ropa antes de entrar, y en ese momento, las ganas de entrar se tornaron imperiosa necesidad...!!
Qué frío de cojones que hacía en la calle, sin cubrirse la calva, coñio!!


"Dos carajillos de ron!!" dijimos al unísono, a las 7:55, cuando entrábamos por la puerta del local...
Y con ellos, nos sentamos relajadamente en una mesa, a deglutir un croissant de esos que acaban de hacer, y que le calientan a uno los morros, justo antes de calentarle el estómago...
Y es que humean!! Y qué ricos están!!

Allí estuvimos un rato charlando, tranquilamente, como siempre, y a las 8:25 nos dispusimos a pagar... para ir poniéndonos de nuevo las capas de ropa, preparándonos para ruta.

A la media, justo a la hora de salida, llegó Fredy.

Nos saludamos efusivamente, y al ver que estábamos preparados para la ruta, me dijo que entraría a echar un cafelote... y que ya nos pillaría por el camino.

Así pues, Tito y yo emprendimos la marcha hacia Igualada... Carretera helada... Todos los charcos como espejos...
Ritmo tranquilo, marcha con calma... Y poco a poco fuimos subiendo por la carretera de Igualada-Sitges, llamada C-15.

Llegamos al polígono previo a Igualada, y allí encontramos el restaurante Capri... que es donde tenía pensado parar a almorzar, pero no pudo ser.

Dejamos las motos bajo el porche... y como no lo veía claro, me acerqué hasta la puerta. Donde colgaba el cartel: "Cerrado"

Así pues, montamos de nuevo en las burras, y tras cruzar el resto del polígono... justo antes de entrar en Igualada, a nuestra derecha apareció un restaurante con un parking estupendo, en el que paramos ipso facto...! Y es que las manos -concretamente los dedos- ya ni los sentíamos...!!

Los pies, helados... Los pizarrines, encogidos... Los culetes pretos, y los dientes aserrados.

Vamos, congelados estábamos!! Je, je, je...

"L'Antiga Masia" se llamaba el restaurante, que ostentaba un carro en lo alto del edificio, y que por eso es fácilmente reconocible...

Entramos, buscamos una mesa apetecible, y aunque yo me quité rápidamente las capas de ropa, Tito prefirió dejarse la chaqueta, el palestino y el gorro puestos... Y es que el pobre, estaba como un carámbano!!!

Le mandé un sms a Fredy, comunicándole donde estábamos... Aunque ya dejamos las motos cerquita del paso, para que fueran fácilmente vistas desde la carretera...

Vino el simpático camarero a tomar nota... Y pedimos vinillo con gas... Allioli... Y unos platicos chulos y apetecibles. Típicos, o incluso tópicos, almuerzos moteros donde los haya...
El amigo Tito, una estupenda botifarra con un par de huevos, que si es verdad eso de que "de lo que se come se cría", la mujer de Tito tiene que estar muy, muy contenta... je, je, je...
Y yo, un par de huevos... con unos trozos de panceta... y unas mongetes de esas pedorreras...

Y ala! A llenarse el buche!!!


Almorzamos la mar de tranquilos... Atacamos los carajilletes, y el amigo Tito seguía tapado hasta las orejas...

Por fin, después de liquidar la cuenta -que por cierto fue muy, pero que muy asequible-, decidimos marcharnos a continuar la mañana... Pensando que habíamos tenido mucha suerte al descubrir el restaurante de marras, donde además de atenderte y servirte la ostia de rápido... lo hacen a un precio muy recomendable...!

Como hacía un par de días que llamaron a Tito diciéndole que ya tenía los papeles de la moto en la tienda donde la compró... decidimos tirar para Vilafranca, a buscar los papeles, y rentabilizar así la ruta.

Llegamos a la capital de l'Alt Penedès, y tras atravesarlo -no sin esfuerzo, pues estaban de mercadillo- pudimos llegar a la tienda, donde el colega y amigo Tito, se compró un soto casco de "wind stopper", que es un material la ostia de bueno...! Y lo digo por experiencia... y se lo aconsejo desde aquí a cualquiera...

Después de la visitilla al Sivill, decidimos tirar para Canyelles, a echar una cervezuela... y emigrar seguidamente para Sitges. Pues la hora ya se iba haciendo tardía... y tito ese día curraba de tarde.

No sin antes despistarme... acabamos saliendo de Vilafranca, yendo a buscar la N-340, para ir a buscar luego la C-15... para terminar buscando Canyelles. Donde acudimos al "Casal", donde admiramos uno de los pesebres más grandes y bien paridos que he visto.

Con luces.... ríos... norias, molinos y carros en movimiento... Hasta Penya Barcelonista tiene!!! Je, je, je...

A todos, os aconsejo que lo vayáis a ver, pues merece francamente la pena...

Y nada...

...después de allí, tiramos ya para La Blanca Subur, donde tras dejar las burricas en el parking, nos despedimos, cada cual para su keo... a esperar con ansia e ilusión, la próxima salida-aventura de AMICUS...!!

Oh, yeah!!!!


NaClu2!!!!