dissabte, 25 de setembre del 2010

Perros del Ebro 2010.

Por Jaqueton:

1ª Parte.

Salida y llegada.


Cuatro menos cuarto del sábado veintidós de septiembre. Me levanto ilusionado y emocionado a partes iguales, por la inminente ruta que vamos a iniciar en AMICUS.
La –tradicional ya- ruta a Pina de Ebro! Concretamente, a vivir un pedazo de concentración como es, Perros del Ebro.
Aunque este año tenemos planeado incluir –por fin- una excursioncilla a Belchite…
Excursión que en los años anteriores, por H o por B, no se ha podido realizar. Y este año… tampoco. (Sic)

Pero bueno, vayamos por partes… que la crónica que aquí nos ocupa, tiene miga. Así que intentaremos poner orden y concierto al correcto y cronológico relato de los hechos… para no dejarnos –en la medida de lo posible- tinta alguna en el tintero, de cuanto nos acaeció aquél fin de semana de finales de septiembre de dos mil diez.

Después de rezar cuanto sabíamos a los dioses de la carretera, el petróleo, y los hierros… Y de ofrecer –por si acaso- el sacrificio de un cabrito –que no cabrón- al Gran Manitou… Éste se apiadó de nosotros, y nos concedió un fin de semana limpio e inmaculado, con un sol de justicia, que de no haber sido por el viento, hubiera derretido piedras y pedrolos por doquier.

Y menos mal… porque a dos días de la salida, no lo teníamos nada claro…

La mañana empezó fresquita. Y tras acicalarme como marcan los cánones, partí para el parking.
Tranquilo… pues la tarde antes ya habíamos dejado las motos preparadas con los bártulos, trastos, y demás enseres. Sólo restaba coronarlas con las banderas…
Allí debía encontrarme con Tito, para partir juntos hacia el encuentro con Escacs, en Igualada.

Así pues, no serían más de las cinco y veinte cuando Bilú It y Águila Negra, salían orgullosas del parking subterráneo… no menos ilusionadas que sus dueños. Poniendo rumbo al Penedès, y dispuestas a pasar dos días a la intemperie… gozando de la brisa del asfalto, la libertad y la alegría.

Mi pequeña, tenía una cantidad incierta de carburante. Así que pensé en llenar por si acaso, en Canyelles… Pero dicha gasolinera estaba cerrada. Lo dejé para Sant Miquel d’Olèrdola… pero también estaba chapada…! Así que pasamos Vilafranca del Penedès… y tiramos por la C-15, pasando por Puig d’Àlber. Que tampoco estaba operativa…!! Bufff…
Con lo cual, seguimos ruta… pensando que si en cualquier momento me entraba la reserva, a la distancia que estábamos del punto de encuentro, ya era seguro que podríamos llegar… je, je, je…

Y así fue como llegamos al Canaletes. Y para sorpresa mía y de Tito, Escacs no había llegado todavía.
Con lo cual, nos pedimos los cafelotes –carajillo para mí- y un par de esos excelentes y exquisitos croissants de mantequilla que allí preparan. Disponiéndonos a tomar “el desayuno de los campeones”!!

Tito se levantó a pedir dos croissants más –que es que con uno vamos cojitos-, y en ese punto, llegaba Escacs a lomos de una impresionante y estupenda Drag Star 1100.
Quien, contando que salíamos a las seis de Vilafranca… también se sorprendió de vernos allí…
Pero claro, no teniendo que recoger a nadie en la capital de l’Alt Penedès, pasamos por allí cuando serían las cinco y treinta y siete. Y llegamos, sensiblemente pronto a la capital de l’Anoia.

La señora de la barra, dura de bemba como era, le dio a Tito dos cortados… y éste le tuvo que repetir que lo que quería eran croissants.
Así que, para atrás los cafeles… y más cuernos para nosotros!! Je, je, je… Que hay que coger fuerzas para la ruta…

Total, que serían aproximadamente las siete de la mañana, cuando nos levantábamos de la mesa… y nos dispusimos a llenar los depósitos de nuestras bichas, en la gasolinera que hay en frente del local.
Allí, una abueleta catalana… confundió la bandera Republicana que llevo, con la italiana!!
Aunque en su defensa, diré que cuando la saqué de su “lapsus”… me confesó –en petit comité- que ella también ansía la llegada de La Tercera…

Y empezó la verdadera ruta!!!

Justo antes de llegar a Igualada… oí que mi pequeña hacía un ruido muy raro… Estridente, agudo, y repetitivo. Como un hierro roto… Y lo atribuí a un posible problema con el tubo. Pensando que quizá se había rajado la tripa. (El silencioso)
Pero al volver a arrancar, me di cuenta que el sonido provenía del motor, y pensé que quizá se iría como vino, porque al ralentí, no se oía apenas.
Y es que a veces, estos motores prehistóricos… tienen estos fenómenos inexplicables. Y así quedó la cosa…
Cuan errado estaba!!

Como decía… empezó la verdadera ruta… saliendo los tres de Igualada.
Tomando la popular A2, y poniendo la proa de las tres naves hacia tierras aragonesas!!
Delante –pa’ que no se espante-, me coloqué yo.
Seguidamente, Tito. Con su ciento veinticinco, marcando el ritmo de la rodada…
Y cerrando el grupo, en la posición de Moto Escoba, Escacs. Con una moto capaz de parar el grupo en cualquier momento.

Y de este modo, fuimos devorando kilómetro tras kilómetro. Sin prisa, pero sin pausa…
Hasta que el culo –el mío particularmente-, me hizo anhelar una pausa pitillera… y eso hice. Parar.

Coloqué el intermitente… y uno tras otro, nos fuimos parando en el arcén. Bien alejados de la vía, dispuestos a descansar unos minutos.
Faltaban solo veintiséis kilómetros para Fraga. Así que sabíamos que la pausa bocadillera la haríamos en breve… Pero aún así, si el culo lo pide, hay que concederle gracia… je, je, je…

La idea era que para el almuerzo, pararíamos en el mismo sitio que paramos el año pasado. Yo sabía que estaba por Fraga.
Así que cuando arrancamos, dije que en Fraga pararíamos… pero no fue así.

Yo sabía que tarde o temprano veríamos la gasolinera de marras, que sólo yo podría reconocer…
Y no la vi por ninguna parte!
Pasamos Fraga Norte… Fraga Sur… Fraga de arriba… de abajo, de lado, de perfil… A tomar por culo Fraga… y nada! Que no veía la puñetera gasolinera…!

De repente, tres motos se dispusieron a adelantar el grupo.
Algo que no tiene mayor importancia… si no fuera que no era así. Pues lo que pretendían en realidad, era agregarse al grupo!
Con lo cual, lo hicieron completamente al revés. Pues si lo que uno quiere hacer, es sumarse a un grupo de ruta… debe hacerlo por detrás. Es decir, por la cola.
Pero bueno, aunque éste es un detalle que ya “debería” conocer cualquiera… no profundizaré demasiado en él, pues no tuvo mayores consecuencias que cambiar el ritmo del grupo, y hacer frenara más de uno.
Para otra vez, ya lo harán mejor…

Pasamos, como digo, de tres a seis motos. Y es que Miguel y sus dos acompañantes, se disponían a seguir ruta con nosotros, hasta Pina.
Donde tenían pensado pasar media mañana, para luego regresar a casa.

Pocos kilómetros más tarde, llegamos a la gasolinera acordada para llenar los buches.
Menos mal!! Pues yo ya tenía serias dudas, por si me la había pasado… Aunque en mi interior sabía que no era así.
Pero como no la recordaba tan lejos de Fraga…

Llegamos pues, a la gasolinera. Y como de las dos que hay, solo funciona la del otro lado de la carretera… tuvimos que hacer una pequeña infracción para cruzar ésta, y situarnos en el lado correcto.
Aparcamos las burras en el parking para camiones, dispuestos a ir a por un refresco… y empezar a almorzar.
Nuestros nuevos compañeros de ruta, lo hicieron junto al bar. Pues ellos almorzarían dentro.
Y es que nosotros, que pasaríamos dos días fuera de casa, habíamos decidido llevar unos bocadillos hechos, para economizar –cuanto menos- en esa comida.

Después de dar buena cuenta de los bocatas, entramos –como habíamos prometido- a echar el cafelote con ellos.
Café al que nos convidó Miguel, regalándonos además, su grata compañía.

Listos ya como estábamos, del almuerzo… decidimos que ya era hora de partir. Así que cada uno fue a buscar su burra… y nos fuimos encontrando –uno por uno- en la gasolinera.
Donde solo había un par de surtidores de gasolina… y por eso, nos pusimos todos en fila.

Pero se conoce que algunos no saben qué es guardar el orden, y aunque yo estaba justo detrás de Miguel… ni corto ni perezoso, cuando Miguel terminó de llenar su magnífica Nighter 1200… se pasó por el forro de los cojones el orden de la cola y mi presencia, y se puso a llenar él…! Manda huevos…

No sé si lo hizo por mostrar su nueva montura, o por demostrar su falta de educación. Pero lo que está claro –y lo demostraría más tarde-, es que no tiene ni idea de guardar el orden en un grupo.
Esté éste circulando, o llenando en una gasolinera…

Antes de salir, reorganizamos el grupo. Pues circulando con motos más lentas… éstas son las que han de marcar el ritmo de la rodada.
Y eso, se consigue colocándolas justo detrás del Capitán de Ruta.
Así pues, anunciamos que yo seguiría delante. Tito, por detrás de mío… seguido por el resto de motos. Y Escacs, de nuevo, cerrando el grupo y guardando su perfecto orden.

Pero no tardó, cierto personaje al que me refería antes, a adelantar su posición… colocarse delante de Tito… Y no contento con esto, encima, en los tramos donde Tito podía coger más velocidad a lomos de su pequeña Águila Negra… le frenaba…!!

Si es que…

Pocos kilómetros llevábamos recorridos, cuando vi a un grupito adelantándonos.
Eran los amigos Birraiders!!!
Quienes no se unieron al grupo, porque les esperaban en Pina. Pero no pasa nada… porque hay más días que ollas para compartir ruta… je, je, je…
Y en Pina, ya tendríamos ocasión para compartir mesa, cervezas, y lo que hiciera falta…!

Nosotros, seguimos pasito a pasito… al ritmillo, acercándonos cada vez más, al pueblo de los compañeros Perros del Ebro.

A quienes también vi. O eso creo... Fue un par de motos que circulaban en dirección contraria. Y -si no me equivoco- les vi en el pecho el escudo de Wanderers...

La verdad es que en toda la concentra no vi a ninguno de ellos.
Así que, o bien me pareció verles... o tal vez sólo fueron el viernes...

En un momento dado, descubrí que el grupo se quedaba atrás, y Escacs acudía raudo a detenerme. (Ésta maniobra, sí la hicimos perfecta y ordenadamente. Y es de agradecer…)

La razón era Tito. Cuya moto se detuvo sin más. Pero por fortuna, parece que fue solo un susto… y pudimos reanudar nuevamente la marcha en pocos minutos.

Aunque, para nuestro asombro… la mejora fue solo pasajera. Y en unos kilómetros, se repetía la historia… deteniendo el grupo a lo largo del arcén de la Nacional II.

Un coche se detuvo delante de mí, con los warning en marcha, para preguntar si necesitábamos ayuda. Era Juanma!! De Birraiders!!!
Que reconociendo nuestro “Hipo”, se paró a echar un cable si fuera menester.
Pero tratándose de un percance –de momento- indefinido, aunque aparentaba ser pasajero… E informándole como le informé, que Osito y los demás ya habían pasado… Le animé a que siguiera ruta sin problemas. Pues ya llegaríamos…
Desde luego, ésta gente de Birraiders, son cojonudos todos ellos.
Buenos moteros, y mejores compañeros… los mires por donde los mires…!

Como la moto de Tito –esta vez – no parecía recuperarse… resolvimos que lo mejor sería tirar un poco más adelante, donde había una entrada al campo… y esperar allí. Pues tenía toda la pinta de ser un recalentón…
Y como los otros tres compañeros, tenían intención de subir y bajar el mismo día –de hecho, tenían intención de marchar a la una-, Escacs les sugirió que tiraran para Pina.
Pues aquello no sabíamos cómo acabaría… ni como se resolvería.

Así, que allí nos tenéis… echando un pitillo… y esperando a que la moto se enfríe…. (Cosa que fue bastante rápido, porque allí hacía un ventorro, que cortaba el forro…!)
Pero la moto de Tito, no arrancaba…

Paró una furgoneta, por si necesitábamos ayuda… Pero contándole nuestra teoría del recalentón, decidió seguir ruta, no sin antes –y en honor a la tricolor que ondeaba en mi moto-, soltar un sonoro: “Viva la República!”

Bueno… la moto de Tito no arrancaba… hasta que nos dio por tocar la llave, y ponerla en PRI…!
Momento en el que arrancó!! Albricias!!!
Con que, ni cortos ni perezosos… ya nos tenéis a los tres de nuevo en la ruta, hasta que “la niña” volvió a salirle de los cilindros pararse… (Sic)

Yo, aventurero soñador como soy, saqué unos de los pulpos que sujetaban la tienda… para atar la moto de Tito a la mía, y remolcarla hasta Pina por el arcén.
Pues ciertamente, quedaban menos que poquitos kilómetros…
Pero al bueno de Escacs, no le dio tiempo a poner los intermitentes para señalizar la maniobra… cuando el pulpo –que tenía sus añitos-, petó sin compasión… cuando la Intruder de Tito apenas había recorrido unos centímetros…!!
Hasta los huevos, le di la vuelta a la llave de paso de la gasolina, “creyendo” ponerla en reserva… y de nuevo arrancó, para pararse en unos centenares de metros…

Qué suplicio!! Mecagüenlaputa!!!

Pero ahí, Tito estuvo largo, y se dio cuenta de mi error… volviendo a colocar la llave –ésta vez sí- en posición de reserva.
Con lo cual, la moto arrancó sin problemas… y pudimos tirar para Pina sin más paradas!!! Yuju!!!

Y así, fue como dimos con el porqué de las cosas… je, je, je…

Resulta, que Tito no llenó el depósito como hicimos todos tras el almuerzo.
Convencido de conocer la autonomía de su vehículo, no cayó en la cuenta que en algunos tramos, se veía obligado a bajar marchas, y meter gas… Y en esas circunstancias, el consumo se dispara descontroladamente. Y claro, se quedó sin gasolina…

Pero como esa no era una posibilidad a tener en cuenta, cuando la moto apenas había recorrido un sesenta por ciento de su autonomía habitual… Tuvimos que descubrirlo por deducción y evidencia… je, je, je…

Total, que Tito dudo yo que vuelva a quedarse sin llenar la próxima vez que paremos todos… Pues menudo susto se llevó!!

Pero en fin. Bien está lo que bien acaba…

Y así fue como llegamos a Pina, marcando un nuevo récord en nuestras rutas:
Tito y yo, salimos de Sitges a las cinco y veinte de la mañana… y llegábamos a Pina, casi siete horas más tarde…!!! Je, je, je…


Continuará...



Por Jaqueton:

2ª Parte.

El día en Pina…


Así pues, entre la hora que era cuando llegamos.... Que había gente esperándonos ansiosos en Pina de Ebro. (Miguel nos había llamado varias veces)
Que todavía había que montar tiendas y acomodar enseres…
Y aparte, llevando yo a mí pequeña con un ruido en el cilindro, que no inspiraba confianza alguna…
Decidimos quedarnos definitivamente en Pina, y olvidarnos –un año más- de la excursión a Belchite…

Pero bueno, el caso es que ya habíamos llegado… Que la moto de Tito funcionaba bien… Y que teníamos por delante, un montón de diversión!!!

Así que… prosigamos.

Nada más llegar a Pina, nos dirigimos a la gasolinera que hay al entrar en el pueblo, y donde –evidentemente- todos llenamos nuestros depósitos.
Pero todos, eh? Je, je, je…

Allí en la gasolinera, se nos “unió” un chaval –suponemos que del pueblo-, con una camiseta de Perros… Una moto –de cuarenta y nueve-, más vieja que Matusalén… de la que colgaba una bolsa grande y negra, atada con cuerda a modo de equipaje… Y una bandera española, más alta que él, ondeando a sus espaldas!
Vamos… como un cromo…!

Un cromo que como os decía, se unió a la comitiva… y nos “guió” hasta la plaza.

La verdad es que tenía que quedar cuanto menos, curioso, la hilera de motos que formábamos las cuatro. Con la rojigualda monárquica, y la tricolor Republicana, ondeando en el mismo grupo…

Vivir para ver…

Llegamos a la plaza. El chaval siguió ruta, y nos quedamos el grupo primigenio, sin banderas monárquicas…
Aparcamos las motos donde mejor nos pilló, y nos dispusimos a saludar a cuantos hasta allí acudían a recibirnos…!

Osito, Razor, Huracaan, Merche… y evidentemente, Miguel y sus compañeros.

Sería la una menos veinte. Y como Miguel tenía pensado partir a eso de la una… decidimos posponer el montaje de las tiendas, y poder disfrutar así, de la primera cervezota en Pina con él. Pues ya que no íbamos a marchar de excursión… tiempo habría para montarlas tranquilamente.

Así que nos sentamos en la mesa de los amigos Birraiders, y allí todos juntos, cerveceamos mientras pudimos.
Digo mientras pudimos… porque una abeja curiosa –y borracha- se fue a meter en la caña de Tito… Y tanto, tanto se metió… que finalmente se cayó en ella, imposibilitando a cualquiera que no carezca de escrúpulos el bebérsela…
Y eso que dicen que cada vez quedan menos abejas…! Pues menos mal! Porque nosotros siempre pillamos alguna… je, je, je… Qué suerte!!

El reloj estaba a punto de marcar la una y media, cuando Miguel tuvo que tomar la decisión de partir. Y es que tenía pensado parar a comer por el camino… y no era cuestión de llegar tarde.
Así que nos despedimos de ellos… y nosotros también tomamos una dolorosa decisión: Ir a montar las tiendas!!

En el bosque, la parte donde siempre acampamos… estaba vacía!!!
Según nos contó el chaval de la cuarenta y nueve… éste año se habían habilitado nuevas zonas, y por eso la gente no acampaba donde siempre.
Pero ciertamente, la concentra en general, se veía menos visitada que otros años…

Como iba diciendo… acudimos –con un ventorro de cojones- a montar las tiendas en el bosque.
Escacs, muy listo él, hizo chasquear los dedos… y ya tenía montada la tienda!! Pero claro… con el ventorro… poner los vientos se convertía en una tarea bastante dificultosa, y corría el riego de tener que ir a buscar la tienda a Zaragoza capital.
Así que la parapetó en un árbol –la tienda- y le puso un pie encima para que nos se volara. Esperando que Tito y yo termináramos de montar la nuestra…

Y es que Tito y yo dormiríamos juntos… y no faltó quién le avisó del “peligro” al que se exponía… je, je, je… Cómo se nota que no le conocen. Porque menudo es él también!!

Tito, se calzó las playeras… y así, entraba descalzo a la tienda, acomodando en ella los enseres. Sacos, colchonetas, mochilas, chaquetas, etc.…

Terminamos de montarla –con porche y todo- con no pocos contratiempos, pero con un resultado más que satisfactorio… y nos dispusimos a clavetear con piquetas, los vientos de la tienda de Escacs.
Quien iba armado con un martillo especial para piquetas, patentado por su hermano…!
La verdad es que iba de puta madre!! Je, je, je… No solo para clavarlas… sino, sobre todo, para quitarlas. Que ésa es la función específica para la que fue diseñado…

Acto seguido, me cambié de camiseta… me acicalé… y nos dispusimos a buscar donde comer.
Y es que nos habíamos tirado más de hora y media para instalarnos!!! Como para hacer una expedición al Everest, oiga… je, je, je…

Eran las tres y pico de la tarde… y ya teníamos más hambre que los pavos de doña Elvira…
Caminando hacia la plaza, nos encontramos con Huracaan y Merche, que ya se estaban zampando un bocata. Así que les sugerimos venir con nosotros, y así comer juntos.
Una vez en el bar, nos sentamos en la mesa de los amigos Birraiders, que ya iban por los cafelotes…
Nos pedimos unos bocadillitos la mar de majos… unas cervezas grandes, afectuosas, abundantes, y de medio litro… Y nos dispusimos a llenar nuestras moteras panzotas.

Huracaan y Merche, se sentaron a la sombra. Pues ya conocemos esa plaza… y no conviene quedarse al sol. Pues éste ya te encuentra, ya…
Pero cuando la sombra llegó hasta nosotros, se trasladaron a compartir juntos los cafelotes, y la estupenda charla sobre mesera.

Ahí tuvimos la oportunidad de saludar a Tutanckamon. Que llegara el viernes anterior a Pina, y ya llevaba sobre sus espaldas, una noche de tienda…

Los compañeros Birraiders, decidieron ir a dar una vuelta y estirar las piernas… y nos encomendaron guardar la mesa… Pero el sol nos obligó a trasladarla unos metros, reconstruyéndola en otra posición.
Y allí nos quedamos charlando tan ricamente, Huracaan, Merche, Escacs, Tito, y yo.

Aunque cuando los culetes se empezaron a quejar de tanta silla… decidimos también emigrar de allí, y dedicarnos a ver tiendas. Que todavía no habíamos tenido la oportunidad de hacerlo.

Antes de nada, fuimos a ver la nueva montura de Huracaan y Merche! Una estupenda y preciosa, y fantástica… C1500!!! Qué maravilla d cabalgadura, señores!!! Je, je, je…
Una verdadera preciosidad, negra y brillante. Enorme y espectacular…!
A disfrutarla amigos!!!!

Volteando por allí, Escacs se perdió de nuevo…! Je, je, je… Y es que conoce a tanta gente, que es imposible seguirle la pista!
Así que el resto, fuimos mirando tiendas… motos…
Echamos un trago de la estupenda –aunque un poco dulce- tradicional sangría de Perros del Ebro, mientras observábamos como le tatuaban la espalda a un muchacho en uno de los tenderetes.

Y por ahí, poco más o menos, nos perdimos todos…!

Escacs, por ahí saludando gente, y buscando donde pillar pins…
Tito, embelesado con las tiendas…
Huracaan y Merche, echándole el ojo a las alforjas, para vestir su nueva y espectacular montura…
Y yo… buscando a un recién llegado, que me acababa de llamar… Pipeta!!!

Sí señor!! Pipeta!!! Ja, ja, ja… Que hasta allí se acercó con la family, a saludar, echarle un ojo a la concentra… pasar un buen rato…

La Pipeta’s Family. O lo que es lo mismo; Pipeta, Iris, y Sumage, no dijeron nada de sus intenciones por si las moscas… y así nos dieron una enorme y grata sorpresa…!!

Primero, me llamaron… y les fui a buscar frente a “La Viña”. Luego, juntos, fuimos recuperando la caterva…
Encontramos a Huracaan y Merche, que se alegraron mogollón de verles.
Y Tito! Que les conoció en la Matinal Birraidera…
Pero Escacs seguía sin aparecer…

Luego, Pipeta sugirió ir a refrescarse el gaznate. Pero empezaba el concurso de “ruido”, y Tito y mi menda lerenda, nos quedamos ensimismados y embelesados con el rugir de aquellos motores…
Especial mención para las Triumph! Indiscutibles ganadoras de esta edición del concurso… Menudos petardazos…!!! Je, je, je…

Terminado el concurso… dimos con Escacs. Y con él, fuimos en busca de Pipeta, que todavía no había tenido el placer de conocerle…
Y allí mismo, refrescamos gaznates y garganzuelas con unos zumitos de fresca cebada. Para luego entrar en el pabellón, a comprar camisetas, pins, y demás artículos conmemorativos del evento.

Por la hora, y por la distancia hasta Corbins… La Pipeta’s Family decidió llegado ya el triste momento de la partida. Así que entre besos, abrazos, apretones y arrumacos, nos despedimos de ellos, esperando verles de nuevo bien pronto…
Cosa harto dificultosa, porque el joío del Pipeta, solo nos permite disfrutar del brillo de su calva muy de vez en cuando… je, je, je…
Hasta muy pronto compañeros!!!

Y en ese momento, nos dimos cuenta que las temperaturas en Pina, iban bajando… y decidimos acudir a las tiendas, a echarnos algo de abrigo.

Llegando a ellas, descubrimos que como si de una seta se tratase… había salido una nueva tienda junto a las nuestras…!
Y es que… Daelin y Kori, habían llegado a Pina!!!

Escacs –cual Cicerone de la amistad- nos los presentó en un plis. Y tras los besos y abrazos oportunos… decidimos ir a echar unos cafelotes.
Bueno, éste que os habla, una jarrita de cervezota. Que para un día que no hay que conducir… bien está darle un poco al drinking…

Tiramos pues, para la plaza, donde pudimos despedirnos de los de Bellpuig… que justo en ese momento se disponían a partir para su pueblo. Felices y contentos por los buenos ratos pasados ese día…
Así que… hasta la próxima amigos!!!

Nosotros, en cambio, nos quedamos en el bareto. Sentados en la terraza… disfrutando de los bebercios, la charla… y la grata compañía de los recién llegados.
Kori, en un rato, emigró a mirar tenderetes.
Daelin, al descubrir el monedero de ella en su bolsillo, se quedó más tranquilo que un ocho, asegurando: -“Volverá…”
Y no se equivocó!
En menos de diez minutos, ya la teníamos de vuelta, reclamando su carta blanca de compra… je, je, je…
Y es que como tendríamos tiempo de comprobar… Kori no desaprovecha cualquier oportunidad de ver tiendas, paradas y tenderetes, allá donde éstos estén…

A todo esto, un “exceso de bienestar” se apoderó de nosotros… y decidimos movilizarnos, para no apalancarnos allí.
Con lo cual, y como era de esperar, nosotros también nos unimos a Kori en su paseo tenderetero.
Y arriba y abajo, fuimos viendo parches, camisetas, hebillas, mecheros, alforjas, y mil y un millones de historias bonitas y fascinantes.
Y es que la oferta se este campo, es como el universo. Infinito, inconmensurable, y en contínua expansión… je, je, je…

Definitivamente, la noche había caído ya. Y si las temperaturas se notaban en nuestras partes más nobles… Un poquito más arriba, se notaba un runrún famélico que nos hacía ansiar la cena.

Con lo cual, la búsqueda de un lugar donde papear… se convirtió en nuestra principal preocupación…

Continuará…


Por Jaqueton:

3ª Parte.

La noche en Pina, y el regreso.



Bueno... atacaremos ya la tercera y última parte de esta crónica, que como dije en un principio, tiene miga... Pero no por la cantidad de cosas acaecidas en ella, sino por la calidad y el buen rollo de los ratos pasados.
Y como en las obras maestras cinematográficas, aquí también tuvimos ocasión de disfrutar los mejores momentos, en la última parte de la salida...

Así pues, retomemos el hilo:

Como dije al finalizar la segunda parte, nuestra principal preocupación en ese momento, era encontrar un sitio donde cenar.
Y ciertamente, necesitábamos llenar los buches inminentemente... pues nuestros estómagos estaban ávidos de yantar y disfrutar opíparos manjares... así que empezamos una particular y curiosa peregrinación por los locales de Pina.

Primero, fuimos al mismo local donde tomáramos cafés el año pasado después de la cena...
Un lugar tranquilo, donde sirven tapas y bocatas, y que para nuestra desgracia estaba llenito. Tanto, que el camarero nos informó que las pocas mesas libres, estaban en realidad reservadas... y que si pretendíamos cenar, deberíamos esperar.
Así las cosas, acordamos seguir buscando. Pues para esperar allí parados... mejor hacerlo buscando nuevas ubicaciones...

Luego, fuimos a petar al local donde comimos al mediodía... y donde echamos el cafelote -en mi caso cerveza- de media tarde.
Pero aunque los bocatas eran realmente buenos, en nuestro interior teníamos la ilusión y la esperanza de empujarnos un platico combinado, caliente y suculento.
Y allí no los preparaban.

Fue Kori la que descubrió que en el local de al lado mismo, sí hacían platos. De hecho, los tenían anunciados en la puerta.
Y como tenían unas mesas vacías en la terraza... pues para allí que nos fuimos...!

Nos sentamos en la terraza, y aunque hacía frío, y los ánimos anhelaban un lugar más cubierto... la perspectiva de meternos unos huevos fritos con algo jugosito, nos animó.
Así que ya teníamos el sitio elegido. Ole!!

Llegó un agobiado camarero, que tenía la cara típica que se me ponía a mí en la época en que me ganaba el pan con la bandeja... y la noche se desbordaba.
Iba, en un par de palabras, de puto culo. Así que sólo acertó a preguntar qué nos apetecía, y nosotros, que lo teníamos muy claro, respondimos al unísono:

- "Plato!!"

Y un cliente, al oírlo, sacó la escopeta y... je, je, je... (Broma tonta del autor. No lo tengáis en cuenta...)

El camarero nos ofreció un combinado que se traía aprendido de memoria... que consistía en un par de huevos fritos, unas papas, unos lomitos, y un pedazo de longaniza. Vamos, una exquisitez habida cuenta de la hora, y del hambre que nos mantenía...
Con lo cual, no solo estuvimos de acuerdo, sino que le pedimos una botella de vinacho y una gaseosa para terminar el trámite del pedido, y poder dedicarnos cuanto antes al sano deporte de mover las muelas y los piños.

El camarero se fue... Y nosotros empezamos una auténtica velada chistosa. Venga chistes...!! Y más chistes!!
Y tan a gusto estábamos contado y escuchando chistes, que no nos dimos cuenta de la hora, ni del tiempo, ni de nada...
Nosotros, contando chistes... y el mundo dando vueltas a nuestro lado, como si no fuera la cosa con nosotros...

De repente, el camarero se acerca sigiloso, libreta en mano... Nos mira, como si no nos hubiera visto nunca... y nos pregunta:

- "Qué os pongo?"

Nos quedó la mismita cara que se le tuvo que poner al portero del congreso, el día del "todos al suelo"... Mecagüenlaputa!! No se acordó de nosotros!!!

En cuanto le informamos -de la forma más educada de que fuimos capaces- de la situación en la que estábamos; y que llevábamos no se sabe cuánto tiempo esperando... el pobre no sabía dónde esconderse, ni qué decir...
Se deshizo en atenciones y promesas, desapareciendo en cuanto pudo de nuestra presencia...
Pero volvió, para repetirnos que en cocina meterían mecha, y tendríamos todo en un periquete.
Momento que aprovechó Kori para preguntarle si no había mesas vacías dentro... y el fulano, como se sentía en deuda con nosotros, nos dijo que pasáramos. Que dentro tenían un comedor "privado" en el que podríamos estar más calentitos.
Bien por Kori!!!

Vaya si estuvimos más calentitos...!! Como que estábamos al ladito de la cocina...!!! Je, je, je...

Una mesita larga... sillas... Un espacio íntimo y calentito... Qué más se puede pedir?

Qué más?? Pues vino!!! Y qué vino señores!!! Un vinacho del pueblo... que tenía un saborcillo a aquél vinito de postre que tomábamos de críos, que le daba un toque que no veas...
Fresquito -que no frío-, con una graduación que apenas se notaba en el paladar y el estómago, pero que tenía sus efectos evidentes en la lengua y el cerebro... je, je, je...

Allí, siguió la racha de chistes. Las risotadas y las gracias, que solo conocieron media parte -o descanso-, cuando salieron los platos...

Y... si el vino era bueno, las viandas se salían de madre...!! Qué buenas las longanizas!!! Y los huevos... y las papas... y... todo!!!

Todo estaba riquísimo...!!!

Qué bien nos fue la equivocación -o mejor dicho, olvido- del camarero...

Repetimos con el vino, y seguimos deglutiendo sin parar, más que para respirar, beber, o -en algún caso- para contar algún que otro chistecillo rápido...
Y es que todo estaba de bueno, que era como para repetir...!

Terminamos los platos -que apenas necesitaban ser lavados-, y atacamos los cafés.

Antes, nos preguntaron si queríamos postre, y si mal no recuerdo... alguien sí pidió.
Y Daelin, como buen Tarragoní... pidió un "músic", pero no los hacían...
Y como tampoco se hicieron eco de poseer buenos frutos secos... la mayoría pasamos directamente a los cafés.

Bueno, a los cafés... y a los chistes! Que si antes de la cena, animaron la espera, ahora animarían la velada, la sobremesa, y el resto de la noche.

Si es que hasta un motero que se sentó en una mini-mesa que había en un rincón, se partía la innombrable al oírnos!!
Qué noche compañeros...! Qué noche...!!!

De allí salimos felices, contentos, hartos, y con ganas de juerga!! Je, je, je...
Pero Kori prefería acudir a la piltra... y nos fuimos todos para las tiendas....

Y aquí, es cuando pasó algo mágico y sorprendente:

Kori y Daelin iban delante, y Escacs, Tito y yo, les seguíamos.
Pero cambiamos el ritmo, les perdimos, y entendimos que se habían ido adelantando.
Así que cuando llegamos ante las tiendas... y comentando la posibilidad de ir a echar una copichuela... decidimos preguntar a Daelin si se venía con nosotros.

Allí estábamos, esperando si Daelin salía de la tienda... cuando detrás nuestro, apareció la parejita!!
Pero si nosotros os seguíamos!!!

No nos dimos cuenta, y nos tele transportamos sin notarlo... je, je, je...
Si es que el vino estaba muy bueno, coño...!!

Total, que Daelin se apuntó a la marcha nocturna, y ya nos tenéis a los cuatro, dando vueltas por el pueblo... charlando... paseando... y bajando el feliz papeo de un rato antes.

Damos la vuelta al pueblo... e incomprensiblemente, los pasos se dirigen hacia las tiendas! Pero a las tiendas, de dormir!!!
Pero qué pasa...?? Pensé yo para mis adentros... No nos íbamos a echar una copa...??
Pero no dije nada, por no... por no decir nada... (Y no parecer el borracho que soy en el fondo... je, je, je...)

Y aquí fue donde Daelin me sorprendió, parándose, y mirando a los demás con las palmas de las manos hacia arriba, y preguntando:

- "Pero que no íbamos a echar la última??"

Ja, ja, ja...!!! Albricias!!! Ole!!! Yuju!!!

Me salvó el amigo Daelin!!! Je, je, je.... Porque de lo contrario, me hubiera tenido que ir sólo a sofocar las "necesidades" de éste cuerpo jotero que llevaba yo...

Con lo cual, nos dimos media vuelta.... Y nos fuimos para el bareto donde a media tarde echábamos el cafelote.
Pasamos a su interior, y tras pedirnos unos bebercios, continuamos con la animada charla que llevábamos...

Bueno, uno pidió café... Otro pidió tónica... Daelin una copita de Brizard... Y mi menda lerenda, un roncete con naranja!
Concretamente, un Brugal dorado, que apenas dejaba sitio en el vaso para la naranjada!! Je, je, je... Menuda melopea que iba a pillar si repetía!

Cómo me iba a poner si sobraba!! Ja, ja, ja...

Pero no... Ni sobró, ni repetí, ni nada...

Seguimos allí, charlando alegremente... hasta que la hora apuntó que ya debíamos tirar para las tiendas...
Así que nos levantamos, liquidamos la dolorosa, y emigramos al bosque como si de la banda de Robin Hood se tratara.

Y llegó la tan temida noche en la tienda!!!

Escacs se metió en su tienda individual... y desapareció tras su verde lona.

Daelin, se escabulló tras la cremallera azul de la suya, donde le esperaba su amorcito...

Y yo, que me retrasé unos segundos, entré en la mía encontrándome a Tito metido en el saco y aparentando dormir...

Qué difícil que es quitarse las botas agachado, y sin nada a que agarrarse!!
Y si encima, llevas "media turca", pues ya me dirás...

Huelga decir que todos... Desde Osito, a Huracaan. Pasando por Moli, o incluso Pipeta... Todos... advirtieron a Tito de la imprudencia que podía suponerle el dormir conmigo en la tienda.

Pues bien, desde aquí quiero comunicaros a todos... que la víctima fui yo...!!!

No me metí en el saco, porque la verdad es que allí dentro no tenía frío... pero cuando fui a apagar el farolillo, y le deseé buenas noches... a modo de respuesta se soltó un cuesco de órdago! Y encima abría la cremallera del saco para ventilarlo bien... Bufff...!!!

Y eso, solo fue el preludio de una serenata interminable...

Una noche llena de sonoridades intermitentes, procedentes de ventosidades incontrolables.

Y eso, cuando estaba despierto... porque durmiendo, el tipo roncaba!! Y yo, me acordaba de la gente que le advirtió de esa "particularidad mía".... Ja!!

La noche empezó bien... Y yo, que llevaba unos días con el hábito cambiado, no lograba dormirme...

Vi las tres, las cuatro... y calculo que me dormí entre las cuatro y las cuatro y media.

Más o menos, cuando a un degenerado se le ocurrió arrancar su moto y darse un garbeo...
Si será animal...!!!

Y el bueno de Tito, mientras... aireando el saco por si quedaba algo dentro... ole!!

Fuera de la tienda, hacía un viento de tres pares de cojones.... que amenazaba con tumbar los pinos...

Yo, allí dentro, y sin dormirme... pensaba en salir a airearme... Pero el sueño finalmente, por fin, pudo conmigo y quedé dormido profundamente.

Dormido... hasta eso de las seis y media, o siete... cuando el fresquete mañanero me despertó, y me metí en el saco.
Y eso que en nuestra tienda teníamos calefacción central!! Je, je, je...

Llegó la mañana. Y con ella, el sol y un nuevo día...

Y yo, con ánimos renovados, salí para saludar a los recién levantados compañeros... No sin antes soltarme un fuelle en honor a mi compañero de tienda, con premeditación, alevosía, y exquisito placer... A modo de refinada venganza.

Fuera, me encontré con Escacs... que estaba hecho un cuatro, renegando de la tienda que no se adaptaba a su envergadura.

Daelin y Kori, que tenían la tienda al lado de la nuestra... y testigos como fueron de la serenata, sin conocer a ciencia cierta la autoría de la misma... prefirieron no hacer comentarios al respecto.

Yo estaba despeinado -hacía años que no decía esto-, somnoliento, y cansino. Así que solo acerté a seguirles hacia el bar, donde nos darían el cafeínico elemento que nos despertaría.

Ah!! Y Tito... se quedó sobando! Ja, ja, ja... Se conoce que en el último cuesco se le olvidó abrir el saco, y perdió el sentido.
Si es que... no era pa' menos!!

Nos fuimos al mismo garito donde echamos "la última" la noche anterior, y allí nos pedimos los cafeles, las pastitas...

...en una palabra: el desayuno.

Tito no tardó más de medio café en acudir, y así, todos juntos pudimos observar cómo se despejaban los párpados de nuestros compañeros... y como se activaban la neuronas.

Allí fue cuando decidimos que si dábamos con un mecánico que pudiera cerciorarnos que el ruido de mi moto no era peligroso, podríamos contemplar la posibilidad de ir a Belchite antes de comer.
Y, si por la contra, el ruido era el presagio de una avería grave... pues llamaría al servicio de asistencia y que la transportara una grúa hasta Sitges...

Así pues, emigramos a las tiendas, a desmontar el campamento... Y de camino hacia ellas, Daelin y yo pasamos por una parte de la zona de acampada donde habían motos transformadas y trikers, donde presumiblemente podría ser que hubiera algún mecánico.
Pero no fue así... Y nos remitieron a la organización.
Con lo cual, pospusimos la búsqueda del mecánico a después de desmontar campamento y cargar las burras...

Qué curioso...! Se tarda mucho más en montarlo, que en desmontarlo. Y en cambio... se hace mucho más largo y cansino lo segundo, que lo primero...
Si es que es verdad... nos mueven las emociones...

Una vez tuvimos cargadas las burras, partimos para la plaza a buscar a alguien de la organización, para que nos remitiera a algún mecánico.
Allí, ya había quien esperaba la salida de la ruta a Nuez de Ebro, para meterse el tradicional y suculentísimo almuerzo maño.

Me dirigí a la caseta de Perros -donde la tarde antes vendían los tickets para las birras-, y un simpático y atento motero llamado Lucifer, me envió a otro no menos simpático llamado Pequeño... para que éste me localizara a Animal. Quien, según el primero, me podría sacar de dudas...
Pero Pequeño me dijo que mucho mejor sería que esperara a la llegada de los mecánicos de "Motor Cycles 59". (Los que trajeron las motos de exhibición y el Chevy de los 50')

Así que allí me quedé, plantado, al lado del Chevrolet... esperando la llegada de los expertos mecánicos.

Y ese fue -para mí- el momento más triste de la salida...

Pues listos como estábamos todos para salir de ruta hacia donde fuera... por mi culpa, nos tuvimos que esperar un buen rato, desperdiciando más de media mañana...

La mañana avanzaba inexorablemente, y cada vez se acercaba más el mediodía...

Las motos salieron de ruta, y nosotros allí esperando. Y no venía nadie...!

Hasta que... no recuerdo bien, pero creo que fue Tito, quien me dijo que podíamos llamar al teléfono que había en el coche. Y eso hice.
Resulta que los mecánicos estaban bajando de Zaragoza... y llegarían de un momento a otro.
Con lo cual, a seguir esperando...

Cuando llegaron, en un periquete la escucharon... y su pronóstico no fue del todo favorable, pero tampoco tan "chungo" como yo me temía.
Me dijeron que podía ser una de las válvulas que estaba abierta... y que el pistón picaba contra ella. Y que con eso, no tendría mayores problemas si no "apretaba" a la niña.
Total, que podía salir tranquilo... que no "la clavaría" como yo presagiaba.

Menos mal!!!

Bueno... He decir que después supe que el diagnóstico no fue correcto...
Pero ciertamente, también mi mecánico se equivocó al hacer el primero...
Así, que nada que decir al respecto.
Todo lo contrario...!!
Desde aquí, mi total agradecimiento a la gente de Perros del Ebro, que me facilitaron a quién dirigirme... y por supuesto, también a los mecánicos de "Motor Cylcles 59".
Que me ayudaron cuánto pudieron a salir del mal trago que estaba pasando...

Bueno... Como dije, ya estábamos preparados para la marcha, y ya tan solo restaba acordar el plan de ruta para la misma.

Como era cerca de mediodía, ya no nos apeteció salir de excursión. Así que decidimos ir tirando para abajo, con la intención de comer por La Terra Ferma.
Presumiblemente, en Lleida capital.

El grupo, capitaneado en ésta ocasión por Daelin... salió -con los depósitos llenos- en búsqueda de la Nacional II.
Que nos llevaría derechitos a nuestro destino...

Bajamos sin prisa, sin pausa, y a muy buen ritmo. Y si no llega a ser por un par de adelantamientos, en los que -por encontrarme en tercera posición del grupo-, tuve que apretarle un poco la oreja a mi pequeña... no hubiéramos pasado de cien en todo el trayecto.

La verdad, es que todo el trayecto -o prácticamente- era de bajada... y la moto de Tito no volvió a tener problemas con el consumo, pues su dueño ya no tuvo que bajar marchas para mantener el régimen...

A la altura de Torrefarrera, nos salimos de la A2... y buscamos un lugar donde llenar nuestras panzas.
Y es que ya, nuestros estómagos rugían más que nuestros motores. Y era hora de darles lo suyo...

Aparcamos nuestras niñas donde pudimos, pues en el polígono donde nos metimos había mercadillo... y pasó un rato hasta que encontramos un espacio donde aparcar a nuestras monturas en batería.

Qué bonitas las cuatro allí, de lado...!! Je, je, je...

Elegimos para zampar, un "Wok"... de esos típicos, donde uno puede zampar lo que le venga en gana, pagando un precio fijo por el papeo, y la bebida aparte.

Y... compañeros... Qué os puedo decir que no sepáis ya de lo que llegamos a engullir?!

Nuestros piños molían a dos carrillos!!! Y mientras con una mano llenábamos el plato, con la otra nos lo llevábamos a la boca...!! Je, je, je...

Qué forma de comer, de beber, y de disfrutar...!!

Aquello era un no parar!!!

Ensaladas, ensaladillas, frituras, carnes, pescados, paella, pasta, gorrino, aves... de todo!!

Y luego... mi momento favorito!!! Los postres!!! Ja, ja, ja...

Dale!! Dale!!!! Buen trago!!! Mmmm.... Qué bueno!!! Je, je, je...

Acabamos, hechos polvo.

Pero hechos polvo, de comer...

Los que pudieron, tomaron café. Y los que no, nos limitamos a quedarnos sentados, sintiendo nuestras tripas hinchadas... y temblando de pensar en volver a las motos.

Saliendo de allí, y acordamos que lo mejor sería darse una vuelta por el polígono, para bajar todo aquello.
Y eso hicimos... aunque lo pedía nuestro sentido común, pero no nuestros cuerpos...

Como dije más arriba, Kori es una enamorada de visitar tenderetes. Y como aún quedaban unos cuantos del mercadillo que se pone allí los domingos... los visitó sin piedad, y acabó comprando y todo...!

Bueno, ella... y Tito! Je, je, je... Que también se apuntó.

Daelin, Escacs, y yo, nos limitamos a seguir arrastrándonos por el polígono, que por cierto... estaba de mierda, cajas, bolsas y papeles, que daba asquito verlo.

En ese momento fue donde acordamos que volveríamos por N-420, para Valls... Pues así, mi moto podría ir a un régimen más tranquilo. Y aparte, siempre es bueno cambiar un poco la ruta de la ida con la de vuelta.
Así, ves más cosas... y se hace más ameno...

Escacs nos comentó que a él le iba mucho mejor volver por la A2 hasta Igualada, pues le venía mucho más recto. Y como tenía razón... y no estaban los cuerpos como para dar muchas vueltas... nos pareció más que correcto, lógico.
Así que llegando a las motos, nos fuimos despidiendo unos de otros.
Bueno, aún rodaríamos un buen rato juntos. Pero lo hecho, hecho está. Y ya no hay que pensar en hacerlo...

Antes de salir del polígono, llenamos las barrigas de nuestras pequeñas... Que también tenían hambre y sed...!! Je, je, je...

Y ahí fue donde le comenté a Tito que nos volveríamos a parar -él y yo- para llenar de nuevo llegando a nuestras tierras... y que seguramente aprovecharíamos tomarnos algo.
Pero cansados como estábamos... me dijo que mejor llegar a casa. Así que lo de tomar algo, lo dejamos en el aire...

Y nada... Salimos de nuevo a la A2, manteniendo el mismo orden de grupo: Daelin y Kori, seguidos por Tito... luego yo, y cerrando el grupo, Escacs.

Bajamos de nuevo sin prisa... y bajo un sol de cojones, hasta el desvío para Tàrrega. Donde nos separamos de nuestro buen amigo Escacs, que a lomos de la Drag Star 1100, siguió camino por la autovía...
Hasta la vista compañero!!! Eres un genio...!!!

Nosotros en cambio, fuimos bajando por la nacional... dirección Montblanc. Y sin pasar por el temido Coll de l'Illa, el amigo Daelin nos dio una ruta tranquila y pseudocurvera, que nos encantó.
Y es que las carreteras de su zona son preciosas...!!

Llegamos a Valls... paró para indicarnos según la ruta que le dijéramos que queríamos seguir... y nos separamos en ese punto.

Daelin y Kori, para casa... Y nosotros dirección El Vendrell.

Hasta pronto compañeros!!! Un verdadero placer...!!!

Y partir de ahí, Tito y yo... bajamos la ya conocida carreterilla de Valls...

Yo sabía, porque Tito me lo había comentado un poco antes, en un semáforo de Valls... que la pronosticada parada se efectuaría. Y es que el culete reclamaba parada...! Je, je, je...
Así que seguimos bajando... Pasamos el Coll de Santa Cristina... Tiramos para Bellvei... y en La Bleda II (LB2), paramos a llenar depósitos, a plantar un pinito... a refrescarnos, y a reposar las posaderas.
Que ya estaban ansiosas por tomar asiento tranquilo...!

Y ya, desde allí... para Sitges!!!

Rutilla tranquila por Calafell y Cubelles... Cogiendo la variante, y saliéndonos en Vilanova i la Geltrú para evitar el pedazo de atasco que se había montado.
Y entrando final y triunfalmente en Sitges, donde guardamos a nuestras pequeñas en el parking.

Y posponiendo -por si alguien lo duda- el desmontaje de los trastos y enseres... partimos cada cual a su casa.
Que tiempo habría de hacerlo al día siguiente...!! Je, je, je...

Y así fue como llegamos... felices, contentos y satisfechos, por la estupenda ruta.

Por la genial salida... Y por el fantástico fin de semana motero y amistoso que habíamos pasado...

Y es que a decir verdad, salvo por un par de tonterías, y la avería de mi moto, fue una salida de esas que hacen época... Que crean afición, y enamoran...

Ansiosos estamos todos, de repetir algo semejante...! Oh, yeah!!!



NaClu2!!!