Por Jaqueton:
Bueno…. Iniciaremos ésta crónica, que es distinta a las demás.
Principalmente, porque quien la escribe no participó en ella…!
Pero bueno, en su día prometí que llegado el caso me haría cargo… y lo prometido es deuda…
Así pues…
Como lo bonito es improvisar… en la salida del pasado once de octubre –concretamente durante los cafés previos-, nació la idea de salir también el día doce.
Y como lamentablemente el compañero Moli y mi menda lerenda currábamos… fueron los amigos Fredy y Miguel, los encargados de dejar el pabellón de AMICUS bien alto…!
La idea era ir hasta Lleida a comer caracoles, pero como Miguel lo comentó al llegar a su casa a mediodía del once…. Nieves, su mujer, sintió crecer sus dientes y le pidió ir a comerlos ese mismo día.
Y claro, como dice el dicho: “si tu mujer te pide que te tires de un tajo, pídele a dios que sea bajo!” Je, je, je…
Con lo cual, ese mismo día, Miguel se fue a comer caracoles con la family!!!
Ergo, al día siguiente, el menú tuvo que ser otro…
La salida arrancó en Vilanova, a las ocho y media, en frente del bar “Doñana”. En la avenida Garraf.
Salieron ruta a Valls, para luego enfilar hacia Montblanc… Donde, tras pasar el Coll de l’Illa, y llevando ya los estómagos doloridos, decidieron parar a almorzar.
Precisamente el mismo garito en el que paráramos Fredy y yo, el día de Ulldemolins…. Con diferencia, la salida más fría de nuestra motera vida! (En febrero pasado, con un frío y un viento de tres pares de cojones!!)
Allí echaron el bocata, las cervecillas, los cafelotes, y una charlita amena y relajada…
Cuando recuperaron las fuerzas para atacar de nuevo la carretera, salieron raudos dirección a Lleida.
Allí, pillaron la A-2 que les llevaría de nuevo a nuestras tierras… Y en una ruta que por lo recto, no se vería tan afectado por el viento…
Tranquilamente y sin pausas… fueron bajando desde La Terra Ferma, hasta l’Anoia.
Pararon, eso sí, a echar una cervecilla en el Ruta al Oeste… donde charlaron un buen rato con Merche y Juan.
Cuando ya tuvieron sus traseros descansados, y las ganas de carretera se hicieron más acusadas… emprendieron ruta hacia casa.
Una ruta que en AMICUS conocemos muy bien:
De Rubió, a Igualada. De Igualada, a Vilafranca… De Vilafranca a Canyelles… y ya, a su Vilanova natal!!
Donde descansarían el resto del día, felices por los doscientos setenta kilómetros devorados, la mañana moteramente echada, el suculento almuerzo… y la última aventura de AMICUS felizmente terminada…
Y nada… A casa, a descansar y a esperar que llegue la próxima!!
Que si todo va bien, ésta vez sí podré salir y disfrutarla con ellos…!
Oh, yeah…!!!
NaClu2!!!!
dilluns, 12 d’octubre del 2009
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